En abril de este año, los océanos del mundo batieron un nuevo récord de temperatura, algo que preocupa a los científicos ya que estas mediciones son cada vez más frecuentes y más altas.
Los expertos advirtieron en ese momento que esto puede tener impactos negativos en el clima del planeta, la vida marina y las comunidades costeras. Para muchas de las especies es como si estuvieran inmersas en un incendio forestal en el mar.
Así el récord de temperatura media de la superficie del mar se alcanzó el 4 de abril de este año en 21,06° C, superando el máximo anterior de 21,01° C en marzo de 2016. El 1 de agosto, las temperaturas medias se situaron en 21,03° C, según el Copernicus Marine Service, que es el ente europeo que proporciona información autorizada, periódica y sistemática sobre el estado de los océanos.
Además, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), que utiliza una base de datos diferente, también registró una tendencia similar en las térmicas marinas en los últimos meses. El aumento de la temperatura de los océanos está asociado a la quema de combustibles fósiles, como carbón, gas y petróleo. Las emisiones contaminantes hace que los océanos se calienten.
Los pronósticos sobre los efectos negativos del cambio climático causado por los seres humanos no son infrecuentes, pero una nueva investigación publicada esta semana por científicos que trabajan en el ente europeo hace afirmaciones aún más preocupantes, al afirmar que “la vida en el planeta Tierra está bajo asedio” y que “estamos empujando a nuestros sistemas planetarios hacia una peligrosa inestabilidad”.
El estudio, titulado “Informe sobre el estado del clima en 2023: entrando en territorio inexplorado” y publicado en la revista Bioscience, señala eventos climáticos específicos en 2023 para respaldar sus hallazgos, incluidas olas de calor excepcionales en todo el mundo, temperaturas cálidas históricas y sin precedentes, altas temperaturas del océano y niveles bajos sin precedentes de hielo marino que rodean la Antártida.
Los 12 científicos internacionales que elaboraron el informe indicaron que en lo que va de 2023, se han registrado 38 días con temperaturas medias globales más de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. La NOAA y el Servicio de Cambio Climático Copernicus de Europa indicaron a principios de este mes que 2023 probablemente quedará registrado como el año más caluroso jamás registrado.
Según el informe, también la temperatura media más alta jamás registrada en la superficie de la Tierra se produjo en julio pasado, que puede ser la temperatura superficial más alta que la Tierra haya experimentado en los últimos 100.000 años.
El equipo de investigación, que incluyó a científicos de Estados Unidos, Australia, Alemania, Brasil, Reino Unido, China y Países Bajos, afirma que el calentamiento global antropogénico (es decir, el calentamiento global causado o amplificado por los humanos) es el factor clave de los recientes fenómenos extremos.
Los expertos tuvieron en cuenta que algunos de estos eventos son complejos y están impulsados, al menos parcialmente, por factores no humanos, incluidos los efectos del vapor de agua de un volcán submarino, así como el polvo de África y el patrón climático global de El Niño.
Los investigadores también señalan “progresos mínimos” por parte de la humanidad para frenar los impactos del cambio climático antropogénico. “Aunque el consumo de energía renovable (solar y eólica) creció un sólido 17% entre 2021 y 2022, sigue siendo aproximadamente 15 veces menor que el consumo de energía de combustibles fósiles”, afirma el informe.
“Sin acciones que aborden el problema fundamental de que la humanidad toma más de la Tierra de lo que puede dar con seguridad, estamos en camino hacia el potencial colapso parcial de los sistemas naturales y socioeconómicos y a un mundo con un calor insoportable y escasez de alimentos y agua dulce”, declaró el coautor principal del informe, William Ripple, de la Facultad de Silvicultura de la Universidad Estatal de Oregón. “La vida en nuestro planeta está claramente bajo asedio”, afirmó Ripple.
Se prevé que el recalentamiento de los océanos produzca también otros efectos sobre la vida animal y vegetal marina, como la migración de ciertas especies y la propagación de especies invasoras. Esto podría amenazar las poblaciones de peces y, por tanto, socavar la seguridad alimentaria en ciertas partes del planeta.
Los océanos más cálidos también son menos capaces de absorber dióxido de carbono (CO2), lo que refuerza el círculo vicioso del calentamiento global. Encima, es probable que se produzcan temperaturas más altas, ya que el fenómeno de El Niño, que tiende a calentar las aguas, se estaría desarrollando
Los autores dicen que se deben tomar medidas ahora para evitar mayores impactos climáticos extremos: “Para mitigar estas emisiones pasadas y detener el calentamiento global, los esfuerzos deben dirigirse a eliminar las emisiones de los combustibles fósiles y el cambio de uso de la tierra y aumentar el secuestro de carbono con la naturaleza.
Otro ejemplo preocupante es que las aguas superficiales del Océano Atlántico Norte alcanzaron en agosto una temperatura media récord de 24,9 C, según datos provisionales de la NOAA. El Atlántico Norte no suele alcanzar su temperatura máxima hasta septiembre.
Sin embargo, desde marzo, mes en que el Atlántico Norte empieza a calentarse tras el invierno boreal, las temperaturas han sido más altas que en años anteriores y la diferencia con los registros anteriores ha seguido aumentando en las últimas semanas. De esta manera, la región se ha convertido en un punto clave para observar el calentamiento de los océanos del mundo.
En julio, el mar Mediterráneo batió su récord de calor diario, con una temperatura media de 28,71 C, según el principal centro de investigación marítima de España.
Las olas de calor marinas se han vuelto dos veces más frecuentes desde 1982, según un informe de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).