Los ríos son importantes ecosistemas caracterizados por flujos de agua, sedimentos y biodiversidad, proveedores de bienes y servicios que aportan importantes beneficios a las comunidades que los habitan. Su libre flujo asegura el funcionamiento de sus humedales asociados y, a su vez, de los servicios ecosistémicos que estos proveen.
Sin embargo, muchos de los ríos urbanos del planeta están contaminados. Durante décadas han sufrido procesos de contaminación. Una de las cuencas con mayor nivel de polución mundial está en Argentina: la cuenca Matanza-Riachuelo. El lugar de ingreso para la fundación de Buenos Aires con un caudal por el que circula poco oxígeno y mucha pestilencia.
El Riachuelo, un curso de agua que recorre 70 kilómetros, es una de las grandes deudas ambientales del país. Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ordenó su saneamiento integral hace 15 años. Aunque hubo avances, no alcanzan para hablar de una recuperación socio-ambiental. A pesar de esto, desde hace varios años se discute la posibilidad de navegar el río, prohibida desde 2011.
Hace un par de semanas el juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, habilitó la navegación para uso turístico desde la desembocadura del Riachuelo hasta la altura del Transbordador Nicolás Avellaneda.
La resolución judicial ordena: “Exceptuar la prohibición de navegación ordenada el pasado 28/03/2011 las embarcaciones incluidas en el “Paseo náutico Circuito turístico Quilmes Tigre” en el tramo desde Cuatro Bocas al Transbordador Nicolás Avellaneda.”.
El pedido de uso turístico, que fue debatido en audiencia pública, fue impulsado por el gobierno nacional y el porteño. Tal como consta en la causa, el Ministerio de Turismo de la Nación pidió que se habilite la navegabilidad del curso de agua para “generar un circuito sociocultural que integre las dos orillas del Riachuelo, La Boca e Isla Maciel, enlazadas por el cruce a través del histórico Puente Transbordador Nicolás Avellaneda”.
La solicitud lleva la firma de Matías Lammens que argumenta que la iniciativa apunta a “construir y reconstruir los lazos que unen las márgenes y sus poblaciones, por medio de un recorrido turístico que atraviese el río” para promover el desarrollo de trayectos turísticos protagonizados por las comunidades locales.
Algunas ONGs que forman parte del Cuerpo Colegiado, encargado de velar por el cumplimiento de la sentencia de la Corte que ordena el saneamiento, manifestaron sus reparos en la audiencia y destacaron que la resolución sólo habilita a una sola empresa que es la que actualmente hace esos recorridos en la costa del Río de la Plata. “Esto también puede ser un primer paso para terminar de habilitar la navegación de todo el lecho del río algo que sería perjudicial”; indicaron a Infobae.
Raúl Estrada Oyuela, presidente de la Academia Argentina de Ciencias Del Ambiente y apoderado de la Asociación de Vecinos de La Boca, una de las organizaciones que integran el cuerpo rechazó de plano la posibilidad de navegación: “La idea de volver a navegar el Riachuelo es totalmente rechazable mientras, por inacción de Acumar, se mantenga la contaminación. Esta no se redujo a pesar de la sentencia de la Corte de 2008″, indicó el ex embajador.
Para Andrés Nápoli, especialista en Derecho Ambiental y director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), “la propuesta de navegar el Riachuelo obedece únicamente a mostrar algo en la gestión y a allanar el camino a las grandes areneras que quieren navegarlo”.
“Siempre planteamos la necesidad de control industrial transparente y sistemático, para que las industrias necesariamente cambien sus conductas. Sus resultados deben ser publicados: no se conocen ni los nombres de los que descargan”, destacó Nápoli.
El problema de la navegación en un lecho de agua tan contaminado como el Riachuelo radica, según los expertos, en la remoción de los barros y sedimentos contaminados del lecho. ¿Estaría prohibido para siempre? No, pero según la opinión de las organizaciones, el plan de saneamiento debería estar mucho más avanzado.
Estado del río
Las principales causas de la contaminación de la Cuenca, en orden de importancia, son los efluentes cloacales en un 70%, los residuos sólidos urbanos y los efluentes líquidos industriales en un 30%. Una buena parte de esta polución se eliminará cuando queden conectados el gran colector cloacal que descargará en el Río de la Plata.
En julio pasado, cuando se cumplieron 15 años del fallo de la Corte, Daniel Larreche, director ejecutivo de Gestión de la Acumar reconoció a Infobae que aún falta para hablar de un saneamiento integral, pero es optimista: “Lo primero que tenemos que ver es cómo estábamos en ese momento. El Riachuelo y su situación se veían, pero no se sabía mucho respecto de su estado. Entonces primero tuvimos que identificar las acciones necesarias para poder atender el fallo judicial. Fue necesario determinar las obras necesarias, armar un sistema de indicadores. Creo que hoy tenemos un vaso medio lleno. Por supuesto que falta, pero estamos llegando al primer escalón que son los cimientos del plan”.
El funcionario indicó que entre fines de este año y principios del próximo estarán en funcionamiento dos de las obras que consideran troncales: el colector cloacal que desembocará en el Río de la Plata, que recoge los efluentes de la población asentada a la vera del río y la planta de tratamiento para el polo de curtiembres, en Lanús.
Pero no todo es tan sencillo en esta cuenca habitada por más de 5 millones de personas. Luis Duacastella, director del área de Seguridad Ciudadana del i-Ciudad y Defensor de vecinos de barrios populares y asentamientos de la sirga del Riachuelo sostuvo que no sólo la relocalización de familias sigue en deuda, sino que las obras de infraestructura están lejos de cumplir los objetivos.
“La propia Acumar reconoce oficialmente que hay un 38% de cumplimiento de relocalización de las familias que había que reubicar y desde 2018 que no se construye vivienda nueva en la Ciudad de Buenos Aires para el colectivo de personas que esperan por esa política”, detalló durante un workshop sobre ríos urbanos.
Pero, tal vez, el dato más preocupante es el que aportó Cecilia Alvis, arquitecta, al frente del proyecto DES-LIMITES, cuyo objetivo es la limpieza del río Riachuelo: “No hay un plan para concretar un millón y medio de conexiones cloacales domiciliarias”, indicó. Es decir, estará el colector, pero más de 1,5 millones de familias no tirarán sus desechos orgánicos en él.
“Sería grandioso poder pensar que un estudiante de Villa Fiorito pueda viajar en barco hasta la Ciudad Universitaria en un transporte sustentable, pero primero es necesario contar con un plan territorial. Antes de ejecutar las obras de saneamiento o las aprobaciones de acciones por separado es necesario diseñar un verdadero ordenamiento con saneamiento ambiental”, agregó Alvis que forma parte del colectivo de arquitectas que reclama el rediseño del plan porteño sobre el Río de la Plata.