El sistema productivo de alimentos representa 1/3 de las emisiones de gases de efecto invernadero, según datos de Naciones Unidas. Esto incluye el metano producido por el proceso digestivo del ganado bovino, el óxido nitroso proveniente del uso de fertilizantes en la producción de cultivos, el dióxido de carbono causado por la tala de bosques para la expansión de los terrenos de labranza y otras emisiones en agricultura causadas por el aprovechamiento del estiércol, el cultivo de arroz, la quema de los residuos de cultivos y el uso de combustibles en las granjas.
Vale recordar aquí que el 60% de lo que los seres humanos comen procede de cuatro productos agrícolas: el arroz, la papa, el maíz y el trigo. Por eso los expertos insisten en la importancia de trabajar sobre este sistema para lograr un impacto positivo, porque una chacra es la unidad productiva que más beneficios provee al ecosistema en materia de servicios naturales. Pero, en el campo no solo se decide lo que se come, sino también el impacto ambiental que se ocasiona, por eso las mejores prácticas son tan necesarias.
Estos datos dejan claro que los cambios hacia las buenas prácticas en la producción de alimentos significarían un gran impacto positivo, revirtiendo una tendencia que está generando contaminantes. Con el el objetivo de generar conciencia en las industrias sobre la gravedad del cambio climático, el mes pasado se llevó a cabo Change Now 2023, una exposición internacional realizada en el Grand Palais Éphémère de Paris.
Durante los tres días de exposición, de las que participó Infobae, hubo diversas charlas temáticas, abordando la problemática desde diversos ángulos. También se presentaron muchas soluciones. Empresas, pequeños emprendimientos y startups que entendieron la importancia de cambiar a tiempo y desarrollaron alternativas para desarrollar las acciones necesarias respetando al medio ambiente.
Philippe Birker de Climate Farmers, recordó que desde los ‘90 se habla de la huella de carbono, pero también que la mayoría de los agricultores europeos no hizo nada para cambiar esto. Por ende, no practican la agricultura regenerativa, la cual les traería soluciones para muchos de sus problemas actuales. Una de las explicaciones puede ser que tengan 58 años en promedio y que, pronto a jubilarse, no quieran implementar cambios a mediano y largo plazo, consideró.
Además, las nuevas generaciones no quieren ser agricultores. Pero ellos siguen siendo muy importantes para todos porque son los grandes proveedores de alimentos. Otro obstáculo es que no están formados ni organizados y eso no les permite ver los beneficios económicos que les traerán, por eso los “viejos” siguen buscando volumen y no la biodiversidad en sus campos, señaló Birker.
“La clave está en los jóvenes que valoran la biodiversidad y que con el conocimiento pueden pasar del concepto de rendimiento al de salud del suelo y hasta encontrar el financiamiento necesario para el desarrollo de sus emprendimientos porque en breve habrá que pagar por los servicios al ecosistema”, aseguró Birker. Según el experto agrónomo, el consumidor actual debería hacerse tres preguntas básicas antes de realizar una compra: de dónde viene lo que come, cómo se hace y a dónde va el dinero que paga por eso.
Por su parte, Sandrine Sommer, Jefa de Sustentabilidad de Moët Hennessy, explicó a Infobae cómo las decisiones de la industria pueden influir en la agricultura regenerativa. “Tenemos una gran responsabilidad con el planeta y la gente, por eso creamos el programa Living Soils Living Together, que busca recuperar la vida de los suelos y, por consiguiente, no usamos pesticidas en ninguna de nuestras viñas, a la vez que promovemos la agroforestería para que vuelva la naturaleza al viñedo”.
Hay una anécdota de Berta de Pablos-Barbier, la actual CEO de Moët & Chandon que, al visitar los viñedos de Champagne por primera vez, preguntó dónde estaban los pájaros y las flores. Ella es agrónoma y está muy preocupada por la biodiversidad desde su primer día en la empresa. “Muchos miran la parte llena de la copa, pero a veces también hay que mirar la parte vacía y pensar cómo la llenamos”, sostuvo Berta de Pablos-Barbier. Esto significa que hay que encontrar soluciones porque siempre hay que tratar de dejar las cosas en una mejor forma de cómo las encontramos”.
“Debemos agregar valor para que nuestra gente viva en un mejor lugar y de una mejor manera”, agregó la creadora de Natura Nostra, el programa de biodiversidad de Moët & Chandon diseñado para afrontar los desafíos del cambio climático. Se sabe que la empresa lleva veinte años trabajando en el diseño de buenas prácticas agrícolas para causar un impacto positivo en la Champagne, Francia, pero era necesario acelerar y restaurar la biodiversidad, como por ejemplo implantando corredores ecológicos en los viñedos, reduciendo el impacto (bajando la huella de carbono) y transformando las labores de la viña en agricultura regenerativa.
En diálogo con Infobae, Sandrine Sommer destacó la importancia de atender el problema de la crisis hídrica en Mendoza, ya que los años secos se van a empezar a repetir cada tres o cuatro años por causa del cambio climático y esto tiene un efecto directo en los vinos. Porque las cosechas se anticipan y porque el nivel de azúcar se incrementa por la mayor insolación. Y la única manera de lidiar con esto es adaptar los viñedos, y la mejor forma es a través de la ROC (regenerative organic certifications, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, plantando árboles y arbustos que ayuden a retener el agua en los suelos, a la vez que den sombra a las viñas y favorezcan la biodiversidad del viñedo. En Champagne, donde ya lo vienen haciendo, lograron frenar las heladas. “Son claves estas prácticas para adaptarse y, cuando los suelos estén en una mejor manera, nos van a ayudar a retener más agua. Y si miramos a largo plazo, con nuestro departamento de I+D estamos trabajamos con diferentes variedades para asegurarnos que tenemos o que tendremos las mejores uvas en cada lugar para adaptarnos al cambio climático”, agregó Sandrine.
Nicolas de Brabandiere de Urban Forests; una empresa que crea bosques donde habitan personas tan apasionadas como ellos por la naturaleza; explicó a una audiencia de la exposición que “un bosque es un ecosistema completo, un gran hábitat donde la cooperación es más importante que la competencia”. El primer paso, explicó, es no destruir más bosques. Y el segundo, regenerarlos plantando árboles. Y así como para este empresario el suelo soñó algún día convertirse en un bosque, para la presidente de Moët & Chandon las uvas en sus viñedos sueñan convertirse en Champagne, por eso trabajan para proteger 280 años de patrimonio natural.
“No es un problema de dinero sino de cómo lo pensemos, proteger la naturaleza, entrenar a la gente en los viñedos, no usar tractores o cambiarlos por eléctricos, tener ovejas sueltas entre las viñas, etc. Es un cambio completo a cómo se estaba trabajando y debe ser en equipo. ¿Estamos haciendo lo correcto por el planeta y la gente? nos preguntamos a diario. Y acá no existe un conflicto de intereses, porque para nosotros nuestra gente siempre fue lo más importante”, cerró.
Otro de los aspectos sorprendentes que dejó Change Now fue la conciencia de las nuevas generaciones y cómo se están involucrando cada vez más a través de miles de start ups y emprendimientos alrededor del mundo. Muchos de ellos dedicados a las mediciones y data analytics, una de las claves de las certificaciones Orgánica y Regeneración Orgánica.
Es destacable el trabajo de empresas como Genesis, una de las expositoras que captó mayor interés de los asistentes, que lleva a cabo mediciones reales de los suelos para tener un gran diagnóstico, profundo y certero, de cómo ese suelo puede contribuir a los servicios del ecosistema.
Como responsable de sostenibilidad de Moët Hennessy; la división de Wine & Spirits del Grupo LVMH; Sandrine Sommer destacó que “uno de los mayores compromisos del programa holístico de sostenibilidad “Living Soils Living Together” es regenerar los suelos. Desde la década pasada, las 26 bodegas de la compañía alrededor del mundo, implementan agricultura regenerativa y tratamientos saludables de los suelos, creando un expertise colectivo que culminó con la primera edición del “World Living Soils Forum” en junio de 2022, en Arles, Francia”.
Por su parte, Hennessy lleva a cabo desde 2020 un ambicioso plan de reforestación (Cultivating our Forests, Cultivating our Future) en el que ya llevan 4.500 hectáreas regeneradas, 2.700 beneficiaros directos (viveros, trabajadores rurales y productores que recibieron semillas), ya produjeron 3,1 millones de árboles de 133 especies diferentes y, para 2030, habrán regenerado 50.000 hectáreas.
Philippe Schaus, Presidente y CEO de Moët Hennessy, destacó la importancia de este programa y lo relacionó con las recientes certificaciones obtenidas por tres bodegas del grupo, una francesa (Chateau Galoupet) y dos argentinas (Chandon Argentina y Terrazas de Los Andes). “Estas dos certificaciones representan un verdadero logro de nuestras bodegas y equipos de campo. Además, validan el trabajo de transformación que venimos haciendo en nuestros suelos, que han sido el foco de Moët Hennessy en los últimos años, como así también nuestro compromiso con nuestros consumidores para ofrecerles cada vez mejores vinos y bebidas espirituosas”.
Hacer, pero también comunicar lo que se hace
Además, la sostenibilidad tiene que ser en todo el proceso ya que es integral e interdisciplinaria. Por eso, también se habla de economía circular o economía en espiral. Pero hay un famoso lema que reza “hazlo, pero hazlo saber”, y esa es la razón por la cual expertos periodistas internacionales hablaron sobre la influencia del periodismo en el cambio climático. Simon Mundy (Financial Times), viajó durante dos años por 26 países en busca de historias de gente común; trabajadores y productores; que reflejen la gravedad que está provocando el cambio climático.
Su libro “Race for Tomorrow” demuestra cómo el cambio climático afecta a los que menos tienen y terminan mudándose de sus tierras hacia las grandes ciudades para subsistir. También habló del ejemplo de una importante empresa petrolera, cuyos accionistas ganaron mucha plata porque no pagaron el costo de la polución generada; lo hizo la gente. Pero, por otra parte, dependemos de los combustibles fósiles. Es por ello que Arabia Saudita está en camino a convertirse en líder en producción de energía verde.
El periodista inglés también dio otros ejemplos innovadores, como el de una start up en Islandia que toma el CO2 (gas carbónico) del aire y lo inyecta, a través de agua, al suelo y por la reacción química se generan piedras. También sostuvo que China produce un cuarto de la emisión de gases de efecto invernadero, pero también lidera el cambio en muchos aspectos. “La oportunidad está en movernos mejor, pero con menos emisiones”, cerró.
Los medios también expusieron cómo están trabajando. Hace algunos años Le Parisien; periódico regional francés sobre París e Île-de-France; tiene una sección dedicada especialmente a todos estos temas. Lo mismo que para la revista Time y la CNN, en donde la cobertura del cambio climático se ha duplicado en los últimos años. No es suficiente, pero aumenta la información y eso es clave para generar un cambio en las sociedades antes de que sea tarde, afirmaron los expertos. Por eso es importante comunicar las novedades.
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