Día de la Biodiversidad: cuáles son las principales amenazas a los ecosistemas y cómo enfrentarlas

Tras la firma de un acuerdo, el año pasado, la ONU cree que habrá un nuevo vínculo entre la humanidad y la naturaleza. Se establecieron metas y medidas para revertir la pérdida de ecosistemas. Restaurar áreas naturales y reducir los desechos de alimentos, son algunos de los objetivos

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“Los recursos biológicos son los
“Los recursos biológicos son los pilares que sustentan las civilizaciones”, resaltaron desde el organismo internacional (Morgan Miller)

La relación entre la humanidad y la naturaleza parece haber dado un paso adelante tras la firma del Marco Mundial Kumming-Montreal de la Diversidad Biológica, alcanzado en diciembre de 2022. Y, quizá por eso, desde la Organización de la Naciones Unidas afirman que este 2023 podría ser el inicio de un nuevo vínculo.

Este escrito, que establece “metas y medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza de aquí a 2050″, podría ser el puntapié inicial para que la humanidad respete, proteja y repare la riqueza biológica que tiene el planeta. “Nuestra comunidad global debe reexaminar nuestra relación con el mundo natural”, afirmaron desde la ONU.

Es por este motivo que, en el Día Internacional de la Diversidad Biológica, desde el organismo multilateral destacaron que “ahora que tenemos un plan de acción pactado a nivel mundial, debemos implementar todas las medidas que el acuerdo contempla antes de 2030″.

De acuerdo con el documento, entre las metas establecidas se encuentran: restaurar el 30% de los ecosistemas, reducir a la mitad los desechos de alimentos e invertir al menos 200.000 millones de dólares anuales en estrategias que beneficien a la biodiversidad”.

Según explicó la ONU, “se entiende por biodiversidad la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes”, entre las que se incluyen las diferencias genéticas dentro de cada especie, los ecosistemas que tienen múltiples interacciones entre miembros (como son lagos con plantas y animales y humanos) y su entorno.

Si esta relación se analizara en números fríos, bien se podría advertir que, hasta el momento, se han identificado 1,7 millones de especies en todo el planeta, siendo que la mayoría son pequeñas criaturas, como son los insectos.

“Los peces proporcionan el 20%
“Los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas”

Sin embargo, los científicos advierten que aún hay más por descubrir y así lo demuestran los constantes anuncios sobre nuevas especies. Es más, según estiman algunos expertos, esta cifra podría escalar hasta más de 10 millones. Es por eso que es importante, aseguran, poner en claro las amenazas a las que se enfrentan.

Cuáles son las principales amenazas sobre la biodiversidad

En 2019, la ONU indicó cinco acciones que la humanidad realizó para poner “a un millón de especies en peligro de extinción”. Ahora, tras la firma de este acuerdo, algunas de ellas podrían revertirse en el corto plazo, aseguran.

1- Cambios en el uso de la tierra y el mar: en la actualidad, “los humanos extraen más recursos y producen más desperdicios que nunca. A nivel global, el cambio del uso de la tierra ha tenido el mayor impacto en los ecosistemas terrestres y de agua dulce”, afirmaron.

“Se han producido pérdidas de ecosistemas intactos principalmente en los trópicos, donde se encuentran los niveles más altos de biodiversidad en el planeta”, afirmaron desde el organismo internacional. Al tiempo que resaltaron que “cerca un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi tres cuartas partes de los recursos de agua dulce disponibles se destinan a la producción agrícola o ganadera. La producción de cultivos se produce en el 12% de las regiones libres de hielo y el pastoreo sobre el 25%”.

“Casi la mitad, (el 47%)
“Casi la mitad, (el 47%) de los mamíferos terrestres amenazados, excluyendo los murciélagos y una cuarta parte (23%) de las aves en peligro de extinción habrían sido afectadas negativamente por el cambio climático” (EFE/Daniel Ariano-Sánchez)

Pero eso no es todo, según enumeraron, un 25% de los gases de efecto invernadero proviene de la deforestación, la producción de cultivos y la fertilización; la minería oceánica, aunque relativamente pequeña, se ha expandido desde 1981 con hasta 6.500 instalaciones de petróleo y gas en 53 países; las áreas urbanas se han duplicado desde 1992; mientras que las extensiones de rutas y caminos pavimentados crecieron y para 2050 se estima que aumentarán en 25 millones de kilómetros.

“Las expansiones de carreteras, ciudades, represas hidroeléctricas y gasoductos pueden conllevar altos costos ambientales y sociales, incluida la deforestación, la fragmentación del hábitat, la pérdida de biodiversidad, el acaparamiento de la población, el desplazamiento de la población y la interrupción social, incluso para los pueblos indígenas y las comunidades locales”, habían explicado.

2. Sobreexplotación: la población humana global ha aumentado de 3700 millones a 7600 millones de personas desde 1970 de manera desigual en todos los países y regiones, lo que tiene importantes implicaciones para la degradación de la naturaleza, afirman desde la ONU.

Con este incremento, el consumo per cápita también se elevó. Según señalaron, año a año la humanidad explota millones de toneladas de recursos renovables y no renovables, las cuales se traducen en una disminución de especies nativas.

Contaminación: desde la ONU afirmaron
Contaminación: desde la ONU afirmaron que este factor es “la causa y la consecuencia transversal a todos los impulsores de la pérdida de biodiversidad”

“Al menos 680 especies de vertebrados fueron llevadas a la extinción desde el siglo XV, entre ellas la Tortuga Gigante de Pinta de las islas Galápagos en 2012″, indicaron desde el organismo internacional. Es más, según advirtieron “en los ecosistemas marinos, la pesca ha tenido el mayor impacto en la biodiversidad en los últimos 50 años”. “Una proporción cada vez mayor de las poblaciones de peces marinos está sobre explotada, un 33%, mientras que un 60% está casi al punto de ser insostenible”, alertaron.

3. Cambio climático: el aumento de la temperatura del planeta y su impacto en las especies es cada vez más notorio. “La frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, y los incendios, las inundaciones y las sequías que pueden provocar, han aumentado en los últimos 50 años”, indicaron.

Al tiempo que resaltaron que, entre otros efectos, se encuentra el aumento del nivel medio global del mar “a una tasa de más de 3 mm por año, en las últimas dos décadas”. “Estos cambios han contribuido a los impactos generalizados en muchos aspectos de la biodiversidad, incluidas las distribuciones de especies, la fenología, la dinámica de la población, la estructura de la comunidad y las funciones de los ecosistemas”, resaltaron.

“Los efectos se están acelerando en los ecosistemas marinos, terrestres y de agua dulce y ya están afectando a la agricultura, la acuicultura, la pesca y las contribuciones de la naturaleza a las personas”, advirtieron desde el organismo internacional.

Y recalcaron: “Casi la mitad, (el 47%) de los mamíferos terrestres amenazados, excluyendo los murciélagos y una cuarta parte (23%) de las aves en peligro de extinción habrían sido afectadas negativamente por el cambio climático”.

Desde la Organización de la
Desde la Organización de la Naciones Unidas afirman que este 2023 podría ser el inicio de un nuevo vínculo

4. Contaminación: desde la ONU afirmaron que este factor es “la causa y la consecuencia transversal a todos los impulsores de la pérdida de biodiversidad”. En lo que se refiere a los plásticos, los desechos se han multiplicado por diez desde 1980, siendo que “las micropartículas plásticas y las nanopartículas están entrando en las redes alimenticias de manera poco conocida”.

“La contaminación en los océanos afecta a al menos 267 especies, incluyendo el 86% de las tortugas marinas, el 44% de las aves marinas y el 43% de los mamíferos marinos”, afirmaron desde la ONU, al explicar que “las aguas costeras contienen los niveles más altos de metales y contaminantes orgánicos persistentes de las descargas industriales y la extracción de residuos agrícolas”

Pero, como si fuera poco, “las emisiones de gases de efecto invernadero, los desechos urbanos y rurales no tratados, los contaminantes de las actividades industriales, mineras y agrícolas, los derrames de petróleo y los vertidos tóxicos han tenido fuertes efectos negativos en la calidad del suelo, el agua dulce y marina y la atmósfera global”.

"Más del 80% de la
"Más del 80% de la dieta humana está basada en plantas. El 80% de las personas que viven en las zonas rurales de países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales obtenidos de la vegetación de su entorno” (EFE/ Jesús Diges)

5. Introducción de especies exóticas invasoras: es el último factor analizado por la ONU. Según resaltaron, el aumento del transporte aéreo y marítimo, “ha aumentado significativamente las especies exóticas invasoras”.

“Los registros acumulativos de especies exóticas han crecido en un 40 por ciento desde 1980”, destacaron desde el organismo internacional y señalaron que “casi una quinta parte de la superficie de la Tierra está en riesgo de invasiones de plantas y animales, afectando a las especies nativas, las funciones del ecosistema y las contribuciones de la naturaleza a las personas, así como a las economías y la salud humana”.

Cómo se puede combatir a estas amenazas, según la ONU

Según el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), hoy ratificado por un gran número de países, indicó una serie de medidas que se pueden realizar para frenar esta situación:

Hábitats: este convenio advierte la importancia de impulsar la conservación de hábitats naturales y la protección de espacios esenciales para la biodiversidad, entre los que se encuentran los parques nacionales y las reservas naturales. Al tiempo que resalta la importancia de que los Estados establezcan e impulses “redes de áreas protegidas”.

Recursos naturales: este acuerdo advierte la importancia del uso sostenible de los recursos biológicos mediante la promoción de “prácticas agrícolas sostenibles”, además de una gestión forestal y una pesca sostenible y la protección de las especies amenazadas.

La relación entre la humanidad
La relación entre la humanidad y la naturaleza parece haber dado un paso adelante tras la firma del Marco Mundial Kumming-Montreal de la Diversidad Biológica, alcanzado en diciembre de 2022

Tecnología: para los expertos, realizar una transferencia tecnológica adecuada y ambientalmente segura podría ser la clave para la biodiversidad y la conservación de las especies. Según resaltaron, entre las acciones se encuentran el intercambio de conocimientos científicos y técnicos, y el acceso a tecnologías sustentables.

Estado y ciudadanos: mientras las naciones deben implementar acciones para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en sus políticas y planes de desarrollo, es imprescindible que las personas participen activamente en aspecto y acciones de conciencia sobre esta situación, se establezcan marcos de educación ambiental y se divulgue información sobre la conservación.

“Los recursos biológicos son los pilares que sustentan las civilizaciones”, resaltaron desde el organismo internacional al indicar que “los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas”, que “más del 80% de la dieta humana está basada en plantas” y que casi “el 80% de las personas que viven en las zonas rurales de países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales obtenidos de la vegetación de su entorno”.

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