Las ciudades han sido ampliamente consideradas como componentes clave en la lucha contra el cambio climático. Particularmente porque son grandes emisores globales y tienen el mayor potencial para disminuir sus respectivas emisiones. Sin embargo, las áreas urbanas a nivel mundial están experimentando un aumento de la población que crea directamente una nueva demanda de desarrollos, tanto residenciales como no residenciales.
Estos desarrollos se han presentado para cargar la atmósfera con altas concentraciones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un corto período de tiempo. Es por esto que es fundamental mitigar estas emisiones al planificar nuevas áreas urbanas.
Un equipo de investigadores de la Universidad Aalto en Finlandia desarrolló una nueva herramienta para colaborar con los planificadores urbanos a mantener sus desarrollos en línea con los objetivos climáticos. Este instrumento proporciona una métrica que se puede usar para mejorar la planificación neutral en carbono del crecimiento urbano, que es esencial para cumplir con los objetivos de emisión de carbono.
La investigación presentó múltiples estrategias para disminuir la construcción y las emisiones relacionadas con la edificación. Estas consisten, por ejemplo, en un uso más intensivo de los edificios, diseños y uso de materiales más eficientes, techos verdes para una mayor eficiencia energética y sustitución de los materiales actuales por materiales de construcción biogénicos como la madera.
La opción de sustitución exhibe un beneficio adicional junto con emisiones incorporadas más bajas, ya que los materiales de construcción de madera (WCM) actúan como almacenamiento de carbono a largo plazo. El uso de estos materiales se ha sugerido como una estrategia para disminuir el consumo de materiales más intensivos en carbono.
A la par, el crecimiento urbano comúnmente invade áreas boscosas y tierras agrícolas. Esto significa que las ciudades consumen sumideros de carbono a medida que crecen, lo que dificulta que los municipios alcancen los objetivos de emisiones netas cero, que son vitales para evitar una catástrofe climática.
La nueva métrica, llamada factor de almacenamiento de carbono (CS), refleja cuánto carbono se puede capturar en los desarrollos urbanos planificados y se describe en un artículo publicado por científicos de esta casa de altos estudios en Environmental Research Letters.
Medir para planificar
El factor CS permite a los planificadores urbanos evaluar cómo un nuevo desarrollo afectará el balance de carbono de la ciudad. Al comparar la capacidad de almacenamiento perdida (por ejemplo, debido a la deforestación) con el factor CS de los planes de desarrollo que utilizan diferentes enfoques y tecnologías. Con este instrumento los planificadores pueden garantizar que el desarrollo urbano mantenga o incluso restaure la capacidad de almacenamiento de carbono natural de la región.
Hay muchas herramientas disponibles para aumentar el factor CS. Aumentar la construcción de madera es una buena opción en algunas regiones, pero también es posible almacenar carbono en el suelo utilizando biocarbón y otras herramientas, o incluir nuevas plantas de rápido crecimiento en el paisaje, o incluso a través de tecnologías de almacenamiento y captura directa de carbono. Esperamos que los planificadores adopten esta mentalidad y utilicen el factor SC para ayudarlos a programar un crecimiento urbano sostenible.
Esto requeriría el uso de métodos que almacenen cantidades significativas de carbono, como troncos o madera contralaminada. También se mostró que se pueden obtener resultados similares utilizando construcciones de madera en otros lugares de Europa, Asia y Oceanía. Sin embargo, los investigadores enfatizan que el aumento de la edificación con este recurso solo es una opción sostenible si los bosques se gestionan de esa forma.
Nuestro objetivo no es alentar a las ciudades a expandirse a nuevas áreas, sino brindar a los planificadores herramientas para mitigar el impacto del desarrollo en el almacenamiento de carbono cuando la tala de bosques es inevitable.
Junto con Junnila, formaron parte de la investigación: Ilmari Talvitie, Antti Kinnunen y Ali Amiri.
* Seppo Junnila es profesor en el Departamento de Urbanismo en Aalto University, Finland, y fue quien lideró el trabajo
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