A 2.900 metros sobre el nivel del mar, en los bosques montanos siempreverdes de la provincia del Azuay, al sur del Ecuador, en un pequeño arroyo fueron encontradas dos nuevas especies de ranas de cristal. Fue realizado por un equipo de investigadores del Instituo Nacional de Biodiversidad (Inabio), de la Universidad San Francisco de Quito y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Las ranas de cristal pertenecen al género Centrolene y se distribuyen a lo largo de los Andes, desde el Macizo de Mérida en Venezuela hasta el Valle de Kosñipata en el sur de Perú, según señala el artículo científico donde se describen a las nuevas especies. Los anfibios fueron nombrados en honor a dos importantes zoólogos: Centrolene ericsmithi por el estadounidense Eric N. Smith y Centrolene camposi alude al zoólogo ecuatoriano Felipe Campos.
Según se explica en la publicación científica, la especie C. Ericsmithi tiene el hocico inclinado en vista lateral; franja labial blanca y gruesa y una línea blanca tenue entre el labio y el cuarto anterior del cuerpo; piel dorsal shagreen con verrugas dispersas; dorso verde uniforme con verrugas verde amarillento claro; y huesos verdes.
En cambio, la segunda especie C. Camposi se distingue por su hocico redondo en vista lateral; una franja labial amarillenta delgada con una fila de tubérculos blancos entre el labio y la inserción del brazo, y una línea amarillenta entre la inserción del brazo y la ingle; dorso verde uniforme; piel dorsal shagreen; huesos verdes, entre otros.
Ambas especies fueron recolectadas en la provincia del Azuay, en la vertiente suroeste de la Cordillera Occidental de los Andes ecuatorianos: “Los Andes son una formidable barrera de dispersión para los anfibios, lo que da como resultado comunidades de anfibios casi completamente diferentes en vertientes opuestas de los Andes de Ecuador, a pesar de tener bosques ecológicamente similares”, se lee en el artículo.
De acuerdo con los investigadores, las nuevas especies de rana habitan los bosques montanos siempreverdes. En este ecosistema existen árboles de más de 15 metros de altura que están densamente cargados de bromelias, musgos y orquídeas.
El equipo de científicos también realtó que “la diversificación y adaptación de una alta diversidad de vertebrados en el suroccidente ecuatoriano, específicamente en la provincia del Azuay y El Oro, aparentemente se debe a la complejidad topográfica de la zona, con presencia de la cuenca del río Jubones y el golfo de Guayaquil, la Andes y su proximidad a la costa del Pacífico, y la influencia biogeográfica de diferentes zonas climáticas”.
Pese a esas características favorables para la diversidad, los investigadores advirtieron que “desafortunadamente, su biodiversidad sigue siendo poco estudiada y está fuertemente amenazada por la incesante pérdida, degradación y fragmentación del hábitat debido a la tala legal e ilegal, la expansión de la frontera agrícola y las actividades mineras”. La intromisión y explotación en esos ecosistemas han generado que “los remanentes de bosques montanos nativos en las provincias del Azuay y El Oro sean restringidos y escasos”.
Al describir dos nuevas especies de anfibios en pequeños remanentes andinos, los científicos insisten en la necesidad de realizar “acciones urgentes de conservación, para evitar el colapso de estos ecosistemas en el suroeste de Ecuador”.
Para el muestreo, los investigadores examinaron especímenes de la División de Herpetología del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, del Instituto Nacional de Biodiversidad; del Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas; del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; del Museo Nacional de Historia Natural; y de la Institución Smithsonian, de Washington DC.
Además, los investigadores trabajaron su investigación con fondos del Gobierno Autónomo Provincial de El Oro, de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación del Ecuador, de una subvención de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; y de becas y fondos de la Universidad San Francisco de Quito.
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