La mayoría de las regiones del mundo están dominadas por un régimen de lluvias de invierno o de verano. Una de las pocas excepciones es la cuenca del río Indo y las regiones circundantes en el noroeste del sur de Asia que son climática y ambientalmente diversas, y presentan transiciones abruptas entre un régimen de lluvia dominante de verano versus invierno, ahora una serie de especialistas de la Universidad de Cambrigde han dado con pruebas que indicarían que una fuerte sequía registrada durante la Edad de Bronce en esa región puede haber sido la causa de la extinción de una enorme comunidad humana.
El comienzo de este período árido, que se inició hace unos 4.200 años y duró más de dos siglos, coincide con la reorganización de la civilización del Indo, que construyó metrópolis y abarcó los actuales Pakistán e India. La investigación, que acaba de publicarse en Nature Communications Earth & Envroment, identificó tres sequías prolongadas, cada una con una duración de entre 25 y 90 años, durante ese tiempo. “Encontramos información clara de que este intervalo no fue una crisis a corto plazo, sino una transformación progresiva de las condiciones ambientales en las que vivía la gente del Indo”, explicó el coautor del estudio, el profesor Cameron Petrie, del Departamento de Arqueología de Cambridge.
Los especialistas registraron las precipitaciones históricas al examinar las capas de crecimiento en una estalagmita recolectada en una cueva cerca de Pithoragarh, India. Al medir una variedad de indicadores ambientales, incluidos los isótopos de oxígeno, carbono y calcio, obtuvieron una reconstrucción que muestra la precipitación relativa con una resolución estacional. También utilizaron datación en serie de uranio de alta precisión para controlar la edad y la duración de las sequías.
Antecedentes inesperados
”Múltiples líneas de evidencia nos permiten reconstruir la naturaleza de estas sequías desde diferentes ángulos, y confirmar que son coincidentes”, añadió la autora principal de la investigación, Alena Giesche, quien realizó la investigación como parte de su doctorado en el Departamento de la Tierra de Cambridge. Giesche y el resto del equipo identificaron distintos períodos de lluvia por debajo del promedio tanto en el verano como en el invierno. “La evidencia de sequía que afectó a ambas temporadas de cultivo es extremadamente importante para comprender el impacto de este período de cambio climático en las poblaciones humanas”, afirmó Petrie, quien agregó que las sequías durante este período aumentaron en duración, “hasta el punto en que la tercera habría sido multigeneracional en duración”.
Los hallazgos respaldan la evidencia existente de que el declive de las megaciudades del Indo estaba relacionado con el cambio climático. “Pero lo que era un misterio hasta ahora era la información sobre la duración de las sequías y las temporadas en las que ocurrieron. Ese detalle adicional es realmente importante cuando consideramos la memoria cultural y cómo las personas se adaptan cuando se enfrentan al cambio ambiental” sostuvo Giesche.
Según Petrie: “La evidencia arqueológica indica que durante un período de 200 años, los antiguos habitantes tomaron varias medidas para adaptarse y mantenerse sostenibles frente a esta nueva normalidad”. Durante esta transformación, los sitios urbanos más grandes fueron despoblados en favor de asentamientos rurales más pequeños hacia la extensión oriental del área ocupada por las poblaciones del Indo. Al mismo tiempo, la agricultura cambió hacia la dependencia de los cultivos de verano, especialmente el mijo tolerante a la sequía, y la población hizo la transición a un estilo de vida que parece haber sido más autosuficiente”.
Las megasequías se han convertido recientemente en una causa popular para explicar una serie de transformaciones culturales, incluido el valle del Indo. Según explica David Hodell, coautor del estudio e integrante del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge. “Pero los vínculos son generalmente confusos debido a las dificultades que implica comparar los registros climáticos y arqueológicos”, dijo.
Esto ahora está cambiando porque “los registros paleoclimáticos son cada vez mejores para refinar los datos de las precipitaciones estacionales y anuales, completó. El equipo ahora busca expandir sus reconstrucciones climáticas a las partes occidentales de la región del río Indo, donde el sistema de lluvias invernales se vuelve más dominante que el monzón de verano. Lo que realmente necesitamos son más registros como este, de oeste a este a través de la región donde interactúan los monzones de verano e invierno y, lo que es más importante, capturar el comienzo de este período árido”, dijo Giesche.
”Actualmente, tenemos un gran punto ciego en nuestros mapas que se extiende por Afganistán y Pakistán, donde interactúan el monzón de verano de la India y los vientos del oeste. Lamentablemente, es poco probable que la situación política permita este tipo de investigación en un futuro próximo”, concluyó el profesor Sebastian Breitenbach, coautor y paleoclimatólogo de la Universidad de Northumbria.
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