Cada iniciativa comenzó de a poco. Como una idea loca de conseguir el cambio de paradigma que significan la autogeneración y el consumo de energía. Los precios de los insumos, la capacitación y la prueba de que es posible concretarlo, los hicieron realidad aún con la falencia de condiciones que enfrenta la Argentina.
Se trata de ideas locales que no son las únicas, y que podrían ser el puntapié inicial y el camino de oportunidades que las energías renovables presentan a un Estado atosigado por las deudas y las crisis recurrentes.
En la Ciudad de Buenos Aires, la Escuela Media Nº3 Antonio Devoto es un ejemplo de ello: hoy en día, 200 paneles solares abastecen de energía a toda la institución. Y, durante los meses de verano, en que la actividad escolar disminuye, inyecta el sobrante a la red general. Similar es el caso de Armstrong, un pueblo en la provincia de Santa Fe, donde una planta fotovoltaica le brinda energía a toda la comunidad. Por último, Energe, una empresa argentina especializada en el diseño, producción y comercialización de sistemas de energía solar, en la que sobresalen los calefones para uso doméstico e industrial, que no para de crecer. Los detalles a Infobae en la voz de sus protagonistas
“Cada iniciativa visibiliza el enorme potencial y oportunidad que tenemos de virar hacia una matriz energética diversificada, basada en los múltiples recursos energéticos renovables distribuidos a lo largo y a lo ancho del país. Recursos que nos permitirían producir energía eléctrica y calor a partir de tecnologías factibles de desarrollar localmente y cuyo aprovechamiento trae, además, múltiples beneficios sociales, económicos y ambientales”, señaló Catalina Gonda, co-coordinadora del área de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales que presentó, en formato de miniserie documental, los puntos salientes de estas experiencias.
¿Pero de qué se trata esto de la energía distribuida? Básicamente, significa que cada uno de nosotros puede generar, consumir y hasta vender su propia energía. No son los parques solares y eólicos gigantes, ni desarrollos en geotermia o biomasa, los que la harán realidad sino la verdadera participación ciudadana. Aquí, algunos ejemplos de que es posible.
Armstrong, Santa Fe
La cooperativa del lugar, en conjunto con otras instituciones público-privadas, comenzó en 2013 con un proyecto pionero de energías renovables. Se realizaron varias reuniones y asambleas, en las que la ciudadanía fue partícipe y protagonista. El entusiasmo y la participación activa llevaron a la puesta en marcha de una planta fotovoltaica de 880 paneles y 50 techos solares bajo un modelo de gestión solidaria que hoy sigue creciendo. Gracias a todo lo que se genera a través de estas nuevas tecnologías, la cooperativa deja de comprar energía al mayorista y ese dinero queda en el municipio.
“Vamos hacia un mundo en que las energías fósiles dejarán de consumirse. Los lugares en donde se comience antes a trabajar en el abastecimiento tendrán una ventaja respecto de los demás”, explicó Pablo Bertinat, experto que fue parte del proyecto público-privado que funciona en Armstrong.
Escuela Media N” 3 Antonio Devoto, Ciudad de Buenos Aires
Un grupo de estudiantes presentó en 2016 ante la Legislatura porteña un proyecto para instalar paneles solares sobre los techos de la institución. Luego de un arduo trabajo por parte de autoridades educativas y estudiantes de 5to año salieron victoriosos. Es así que en la actualidad hay 200 paneles solares distribuidos en la escuela primaria y secundaria, abasteciendo de energía eléctrica a todo el establecimiento e inyectando el excedente a la red pública.
“Parecía algo futurista, pero nos dimos cuenta que había otros proyectos de energías renovables en la Legislatura y en el Congreso. Son proyectos, no prototipos, que en nuestra opinión no tienen la publicidad que merecen”, dijo Luciano Tapia, ex alumno de la institución y uno de los promotores de esta iniciativa.
“Este colegio es sólo un prototipo de energías renovables. Tenía buenas características para probar el proyecto. La idea es llevarlo a otras instituciones”, agregó. Las escuelas públicas, especialmente, cuentan con gran potencial para la instalación de paneles solares debido a su arquitectura.
Energe: especialistas en energía solar en Mendoza
Energe es una empresa de más de 15 años especializada en el diseño, producción y comercialización de sistemas de energía solar para uso doméstico e industrial. Es un emprendimiento 100% argentino que no para de crecer. Hoy, desde su planta en Mendoza, produce más de 250 termotanques por mes. Con lo cual abastece al mercado argentino y exporta a diversos países de la región.
“La perspectiva de crecimiento en la demanda de las energías renovables es total. Abrimos nuestra primera franquicia en Uruguay hace un mes y empezamos a exportar a México, que se suma a Bolivia, Chile y, como ya dije, Uruguay”, contó Tamara Cerioni, integrante de la empresa mendocina.
¿Cuál es la mala noticia? Pese al potencial que tiene la Argentina, especialmente en ciudades de hasta de 100.000 habitantes, durante 2021, el 84% de toda la energía consumida en el país provino del gas natural y el petróleo. En tanto, las energías renovables (solar, eólica y bioenergía) apenas cubrieron el 7%, según datos oficiales del Balance Energético Nacional del 2021.
“Uno de los problemas en la Argentina es que el debate continúa siendo ‘Vaca Muerta o renovables’, lo que no debería ser así. Argentina puede aprovechar todo el potencial de Vaca Muerta para reducir importaciones y a su vez exportar los excedentes y, en simultáneo, seguir creciendo en generación renovable para consumo interno”, indicó Martín Dapelo, representante de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader).
“La situación macroeconómica y la tensión política de los últimos años han estancado el crecimiento y desarrollo de las renovables, sin nuevas licitaciones [en el plan nacional] Renovar, con muy poco crecimiento del MATER (Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable) y con una generación distribuida que crece a cuentagotas atada a la falta de insumos por la imposibilidad de importar. Hoy tenemos poco más de 1.000 usuarios-generadores, cuando lo planificado al 2022 en los planes nacionales era más de 20.000, con lo cual, a este ritmo, estamos lejos de cumplir la meta de 1 GW de distribuida al año 2030”, agregó.
Esta semana se conoció el nuevo reporte de Ember acerca de la performance mundial de las energías renovables y es alentador. Las energías eólica y solar alcanzaron la cifra récord de generación del 12% de la electricidad mundial en 2022, y a partir de 2023 empujarán al mundo hacia una nueva era de caída de la generación de combustibles fósiles.
Como resultado, el informe prevé que 2022 sea el pico de emisiones en el sector eléctrico mundial. En América Latina y el Caribe, Uruguay (36 %) y Chile (28 %) registran los porcentajes más altos de las energías eólica y solar. Los datos revelan que más de sesenta países ahora producen más del 10 % de su electricidad a partir de las energías eólicas y solar, incluidos Brasil (15 %) y Argentina (12 %).
En Farn y en Cader sostienen que, a pesar de estas cifras, el país mantiene su potencial. Aseguran que las regulaciones que faltan podrían mejorar el escenario futuro y alivianar la carga económico-financiera que significa para la Argentina el consumo energético.
“Si consideramos lo que está sucediendo en la región, tanto en Chile con más de 100 proyectos de generación distribuida de hasta 9 MW, como en el auge de la generación distribuida en Brasil -que ya superó 1,6 millones de instalaciones residenciales y comerciales-, vemos que el futuro para la distribución en nuestro país es muy alentador. Siempre que podamos solucionar la importación de insumos, hay un potencial enorme también a partir de la distribución ‘Comunitaria’ o ‘Colaborativa’, en la cual varios usuarios pueden compartir la titularidad de un parque optimizando los costos de la obra y del mantenimiento. Esta metodología ya se encuentra reglamentada en Santa Fe, Córdoba y Mendoza y esperamos que otras provincias se sumen a la iniciativa, que significa un gran beneficio para los usuarios finales”, detalló Dapelo.
Jazmín Rocco Predassi, de Farn, sostuvo, en tanto, que para poder cambiar este modelo es necesario construir de forma participativa un plan integral de transición energética que trascienda los mandatos políticos y que brinde un horizonte de previsibilidad para la toma de decisiones. En ese sentido, la ONG elaboró un documento con una serie de recomendaciones de política de promoción para cambiar el rumbo. Estas sugerencias incluyen desde la segmentación tarifaria y un incentivo para el desarrollo de renovables hasta un trabajo serio y con las comunidades de eficiencia energética.
Seguir leyendo: