Dentro de la inmensa diversidad de especies que habitan el Mar Argentino, hay también tiburones. Hasta ahora se han descripto 55 especies de tiburones, y casi no hay registros de ataques a los seres humanos.
Sin embargo, varias de sus poblaciones están amenazadas principalmente por la pesca, y dos de las especies están en peligro crítico: son el tiburón escalandrun y el cazón.
Uno de ellos, el cazón, es parte de un singular monitoreo acústico en el Golfo de San Matías, cerca de la costa de la Provincia de Río Negro, y ya está aportando los primeros resultados. La iniciativa es impulsada por la organización Wildlife Conservation Society (WCS) en Argentina , con apoyo de Shark Conservation Fund.
“Les colocamos transmisores a 17 individuos de cazones. Dentro de ese total, 15 eran hembras y 2 machos. También se los colocamos a 4 bacotas, que es otra especie de tiburón de aguas costeras”, contó a Infobae Juan Martín Cuevas, biólogo marino, doctor en ciencias naturales y coordinador de conservación de rayas y tiburones de WCS) Argentina.
Después de colocarles los transmisores, los animales fueron liberados. A su vez, el equipo de investigadores desplegó un sistema de 12 receptores acústicos, a lo largo de 100 kilómetros de la costa norte del Golfo San Matías, un ecosistema donde también habita la ballena franca austral. A través de la tecnología, se busca identificar la ubicación espacial y temporal de los individuos de tiburones marcados con los transmisores.⠀
Cuando los tiburones que portan transmisores pasan cerca de los receptores indican un registro de la presencia del individuo en el lugar. Recientemente, los investigadores tuvieron una sorpresa. Una de las hembras de cazón con transmisor ha vuelto durante tres temporadas consecutivas al mismo lugar y su imagen fue capturada por un video.
“Se trata de una hembra de cazón de 133 centímetros de longitud, que porta una marca acústica en su interior desde abril 2021 cuando fue liberada en Bahía Creek, Río Negro”, contó Cuevas. Luego, el animal abandonó el área en otoño para volver a fines de la primavera al mismo lugar en el que se la marcó por primera vez. Y ya se la registró por tercera vez en el lugar.
¿Y qué implicancias tiene el resultado? “El resultado demuestra que el sitio de Bahía Creek es importante para la especie. Consideramos que hay fidelidad al sitio. Queremos avanzar en saber más sobre el estado reproductivo del cazón, pero no hay dudas de que el sitio forma parte de la ruta migratoria de la especie, que puede ir hasta las costas de Uruguay y Brasil y volver”, afirmó el biólogo.
Como se trata de un monitoreo acústico que no sigue en aguas más al Norte, aún no se sabe dónde van los tiburones entre junio y noviembre. “Es probable que tengan que sortear redes de pesca y anzuelos entre la Patagonia y el sur de Brasil para poder seguir su viaje en libertad”, comentó.
Por otra parte, hay también otra movida de ciencia ciudadana, por la cual se busca promover la pesca deportiva con devolución de los tiburones, incluido el marcado convencional de los ejemplares. Además de WCS Argentina, colabora la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el Museo Argentino de Ciencias Naturales, y pescadores independientes.
En caso de que alguien recapture al animal marcado, se cuenta con información para determinar los recorridos migratorios, el crecimiento corporal, la supervivencia postcaptura, entre otros datos. Días atrás, se dieron a conocer 8 recapturas de diferentes individuos de cazones cerca de las costa sur de la provincia de Buenos Aires por pescadores que lo devuelven al mar.
Hay también poblaciones de cazón en mares templados de otras regiones del mundo, a profundidades de hasta 800 metros. Por su carne, sus aletas y su hígado, que tiene un alto contenido en vitamina A, los cazones han sido intensamente capturados, y eso llevó al declive de sus poblaciones. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó a la especie como en peligro crítico en su Lista Roja de Especies Amenazadas.
Para las poblaciones del Mar Argentino se considera que el cazón está en peligro crítico porque sus poblaciones han disminuido en un porcentaje superior al 80% en las últimas tres generaciones. Por el momento no hay un estudio actual que informe sobre qué cantidad de cazones aún viven en el mar.
“Se considera que a través de diferentes medidas de protección, las capturas del cazón habrían disminuido. Ahora, se desembarcan menos de 100 toneladas de cazón por año”, comentó a Infobae Jorge Colonello, jefe del programa de Pesquerías de Condrictios del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
El cazón está incluido en el Apéndice II de la Convención de Especies Migratorias (CMS), un acuerdo que obliga a los países a trabajar regionalmente para su conservación. En 2018 se aprobó el Plan de Acción Regional para la Conservación y Pesca Sustentable de los Condrictios del Área del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo (PAR-Tiburón).
También desde el INIDEP y en el marco de un proyecto ejecutado por el Ministerio de Ambiente de la Nación, el año pasado se elaboró un guía de buenas prácticas de pesca y devolución.
Sin embargo, estos factores podrían enlentecer la recuperación de sus poblaciones: cada individuo tiene un lento crecimiento, una maduración tardía, y un bajo número de crías por camada. Son características particulares que determinan una elevada vulnerabilidad de la especie, señaló en diálogo con Infobae la bióloga Verónica García, especialista en ecosistemas marinos y pesca sustentable de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Si bien ya hay varias medidas que sirven para la protección, desde las organizaciones ambientalistas consideran que todavía no son suficientes. “Consideramos que se deberían armonizar las diferentes normativas que hay en Argentina, Uruguay y Brasil para que los tiburones cuenten con el máximo nivel de protección en sus rutas migratorias”, afirmó García.
Desde WCS Argentina, Cuevas opinó que la conservación del cazón debe ser una cuestión prioritaria, ya que la especie está en peligro crítico. Para eso, se debería promover una mejor regulación de la presión pesquera, el desarrollo de planes de manejo, el manejo y la fiscalización efectiva de las áreas costero-marinas ya protegidas, y la creación de un corredor costero patagónico.
“En la Argentina, se da la particularidad que existen diferentes normas provinciales con respecto a la pesca con caña y reel. En la provincia de Buenos Aires, los tiburones que están cerca de la costa se tienen que devolver por ley. Pero como no hay normas en las provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz, se puede matar a los tiburones cuando se los captura. Eso debería cambiar”, sostuvo el doctor Cuevas.
Lejos de ser feroces animales que pueden atacar a los seres humanos, los tiburones hoy están amenazados. Cumplen un rol vital en el ecosistema marino: contribuyen a la salud de los océanos porque mantienen el equilibrio en la cadena alimentaria y controlan las poblaciones de sus especies presa. Su extinción impactaría el mar y afectaría a las personas que de él dependen, de acuerdo con Cuevas.
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