En 1992 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Mundial del Agua para concientizar sobre la falta de acceso pleno a un recurso básico y su consumo responsable. El derecho al agua es indispensable para una vida humana digna, postula el organismo internacional.
Un nuevo reporte dado a conocer ayer, en la víspera de la primera Conferencia sobre el Agua de la ONU en más de 45 años, asegura que el 26% de la población mundial carece de acceso a agua potable y que el 46% carece de instalaciones básicas de saneamiento. El Informe Mundial de las ONU sobre el Desarrollo de Recursos Hídricos 2023 presentó un oscuro panorama sobre la enorme brecha que se necesita cubrir para cumplir con los objetivos de garantizar el acceso de todas las personas a agua limpia y saneamiento para el año 2030.
Latinoamérica no es ajena a esta realidad: el 30% de la población de la región no cuenta con acceso a agua segura, y el 70% carece de acceso a servicios de saneamiento, según investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo de 2020.
Por otro lado, en Argentina, actualmente una de cada 10 personas vive en asentamientos populares, donde el 94% de los hogares no cuenta con acceso al agua potable y el 98% carece de red cloacal, según estimaciones difundidas en el 2022 por la organización no gubernamental TECHO.
“Esta fecha es una oportunidad para sumarnos a ese propósito, pero también para ir más allá, pensar en soluciones concretas y en sus implementaciones”, dijo a Infobae Juan La Selva, gerente general de Softys Argentina.
“El propósito de la empresa de la que formo parte, es entregar el mejor cuidado, en el día a día y en cada etapa de la vida de las personas, es por esto que la problemática de agua, saneamiento e higiene nos moviliza y nos invita a sumarnos a trabajar en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible más apremiantes de la ONU: lograr un acceso universal y equitativo al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados, así como mejorar la calidad del agua a nivel global”, explicó La Selva.
Pero, ¿cómo ayudar a transformar la realidad de tantas personas? ¿Por qué es fundamental que más actores se comprometan con esta problemática? Como aporte a la solución de la problemática, explicó La Selva, “decidimos crear un paradigma de trabajo, una iniciativa regional con el que hacemos del acceso a la higiene nuestro propósito social”. Tres pilares a tener en cuenta:
- Agua y saneamiento: pilar en que nos aliamos con Fundación TECHO, comprometiéndonos a construir 2.000 soluciones de agua, saneamiento e higiene en comunidades en situación de carencia en 8 países de América Latina en un periodo de 5 años, trabajo realizado por personas voluntarias de la empresa.
- Educación en Higiene: en el que acompañamos a las familias en el fortalecimiento de los hábitos de higiene a través de talleres de educación.
- Ayuda oportuna: comprometiéndonos a acompañar a las comunidades en situaciones de emergencia y catástrofe, mediante la donación de nuestros productos.
“Me entusiasma pensar en la fuerza y el alcance que las alianzas entre empresas y organizaciones de la sociedad civil tienen para trabajar colaborativamente en entregar soluciones concretas que mejoran la calidad de vida de miles de personas a través del acceso al agua y saneamiento seguro. Sabemos que sin agua no hay higiene, y sin higiene no hay salud. Así, es fundamental que más empresas pensemos en comprometernos con esta problemática”, dice La Selva.
Elegir vivir un propósito social tan claro y real nos permite brindar soluciones a las comunidades más carentes de América Latina. “Ya hemos visto los resultados efectivos que da el trabajo conjunto del ecosistema privado y organizaciones locales u ONGs en proyectos que abordan estas problemáticas, generando iniciativas de largo plazo”, agrega el experto de Softys Argentina.
“Las compañías y ONGs que integran una comunidad son parte de ella, como si de un organismo vivo se tratara. De manera simbiótica, el lazo que se forja a partir de estas acciones cambia a las organizaciones, a la perspectiva de directivos y colaboradores, así como a la vida de las personas. Facilitar el acceso al agua potable, y concientizar sobre la importancia del consumo responsable de este recurso tan vital, es clave para el bienestar de nuestras comunidades. Como hemos visto, las empresas y organizaciones civiles jugamos un papel necesario y fundamental para lograr ese propósito”, suma La Calle.
Y cierra: “Espero que estas palabras sirvan para inspirar a aquellos que deciden sobre proyectos que, desde el sector privado, impulsan cambios para un futuro donde el cuidado de las personas sea prioridad de todos”.
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