Como parte de su actual proceso eruptivo, el volcán Cotopaxi, ubicado en la sierra ecuatoriana, volvió a emitir, la mañana de este lunes, una columna de gases de 500 metros sobre el nivel del cráter, según reportó el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, entidad encargada de monitorear a todos los volcanes del Ecuador. Durante el último domingo, el Cotopaxi registró 41 sismos leves de “largo periodo”, según el Instituto.
Estos sismos son parte de la actividad volcánica y se relacionan con el movimiento interno de los fluidos del Cotopaxi. Asimismo, el fin de semana hubo emisiones de vapor y gas de unos 500 metros. Adicionalmente hubo siete episodios de tremor, que son vibraciones volcánicas prolongadas que se relacionan con la circulación de fluidos.
A pesar de la última actividad registrada, el Instituto Geofísico considera que las emisiones de dióxido de azufre –90 toneladas, según lo informado– demuestran un descenso en comparación con los días de mayor actividad.
El volcán Cotopaxi, considerado uno de los 15 más peligrosos del mundo, inició su presente periodo eruptivo en octubre del año pasado. La amenaza radica en el extenso glaciar que lo cubre y que puede derretirse, lo que afectaría a las poblaciones que se asientan cerca del volcán. De acuerdo con el Instituto Geofísico, la frecuencia histórica de las erupciones del volcán, su estilo eruptivo, su relieve, su cobertura glaciar y porque, en caso de una erupción, la afectación sería significativa en la sierra y costa ecuatorianas.
El Cotopaxi es el volcán mejor vigilado del país y uno de los más vigilados del mundo. Este volcán tiene más de 60 instrumentos, como sismógrafos, detectores de lahares, entre otros, instalados para monitorearlo.
Aunque la actividad volcánica del Cotopaxi ha sido categorizada como baja, las autoridades declararon la alerta amarilla, para incrementar los niveles de vigilancia del volcán y movilizar recursos en caso de una erupción o emisión alta de ceniza.
Esta alerta es previa a la de color naranja, que se activaría ante la sospecha de una erupción inminente. Finalmente, con una erupción en curso, se activaría la alerta roja.
Ecuador es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico y mantiene una intensa actividad sísmica y volcánica. Según el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, de los 97 volcanes del país al menos 25 han presentado erupciones muy grandes durante los últimos 10 mil años.
Sobre el Cotopaxi, una investigación realizada en el 2015 indica que, en caso de una erupción, 29 parroquias de dos provincias (Pichincha y Cotopaxi) serían las más afectadas. El estudio también indica que el 47 % de los habitantes estarían en peligro por el descenso de los lahares del volcán y 24 % de la población de esa zona se vería afectada por la caída de piedras y cenizas.
Uno de los principales problemas frente a una eventual erupción es la falta de educación en prevención y actuación durante un fenómeno natural como este. Apenas entre el 33% y el 48% de las personas que viven en las zonas de riesgo conocen alguna información sobre el caso.
Es por esto que el Instituto Geofísico constantemente invita a la ciudadanía, no solo a informarse por fuentes oficiales, sino a revisar el mapa de riesgos que está disponible en la web para identificar si sus domicilios están en la zona de influencia del volcán.
La última erupción del Cotopaxi se registró en 1887.
El Cotopaxi tiene una altura de 5.897 metros sobre el nivel del mar y es uno de los volcanes más icónicos de la Sierra ecuatoriana. El volcán tiene forma cónica y un glaciar de 11 kilómetros cuadrados.
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