La exposición a largo plazo a la contaminación del aire por partículas finas (PM 2,5) es un factor de riesgo conocido de eventos cardiovasculares, pero sigue existiendo controversia sobre si el estándar actual (12 μg/m3 para la media de 1 año de PM 2,5) es suficientemente protectora. Este fue el punto de análisis de un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open.
Allí, un grupo de científicos de Kaiser Permanente en California y de la Escuela de Salud Pública de Harvard, ambos en Estados Unidos, informaron que incluso la exposición a pequeñas cantidades de contaminación del aire puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares potencialmente fatales.
En su documento los científicos indicaron que las personas que se encuentran con niveles de contaminación por debajo de los estándares actuales de calidad del aire en EEUU tienen aún más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares.
Los hallazgos sugieren que los estándares regulatorios del mundo no son lo suficientemente protectores y necesitan ser más estrictos. Estos resultados provienen de un análisis de 3,7 millones de adultos en California, uno de los estudios más grandes de este tipo.
”Descubrimos que las personas expuestas a la contaminación del aire por partículas finas tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o morir de una enfermedad coronaria, incluso cuando esos niveles de exposición están en por debajo de los estándares actuales de calidad del aire”, advirtió la autora principal Stacey Alexeeff, científica investigadora y bioestadística de la División de Investigación de Kaiser Permanente.
La especialista señaló que esta reciente investigación tiene el potencial de desempeñar un papel importante “en las conversaciones nacionales en curso dirigidas por la Agencia de Protección Ambiental sobre si ajustar los estándares de calidad del aire y en qué medida para proteger al público de los efectos de la contaminación”.
Mensurar los riesgos
El equipo analizó los niveles de partículas finas (PM2.5), el principal factor de riesgo ambiental para las enfermedades. Con menos de una quincuagésima parte del ancho de un cabello humano, ingresan a la sangre a través de los pulmones, haciéndola más pegajosa y provocando inflamación.
Las partículas comúnmente provienen de los gases del diésel, el humo de la madera, las pastillas de freno, los neumáticos y el polvo de las rutas. El estándar regulatorio anual actual de la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) para la contaminación del aire por partículas finas PM2.5 es de 12 microgramos por metro cúbico.
Sin embargo, los autores del estudio encontraron que la exposición a una concentración entre 12.0 y 13.9 microgramos por metro cúbico muestra una asociación con un aumento del 10 y 16% en el riesgo de ataque cardíaco y muerte por enfermedad cardíaca o cardiovascular, respectivamente.
Esto es en comparación con concentraciones de contaminación de menos de ocho microgramos. En enero, la EPA anunció una propuesta para reducir el nivel aceptable con el argumento de que la salud pública no tiene la protección adecuada contra la contaminación del aire.
Los participantes del nuevo estudio vivieron en California durante al menos un año y los investigadores rastrearon datos hasta por una década. Las tasas de mortalidad por ataques cardíacos y enfermedades cardíacas también aumentaron en un 6 y 7%, respectivamente, entre las personas expuestas a concentraciones moderadas de 10 a 11,9 microgramos por metro cúbico.
Los hallazgos sugieren que habría beneficios para la salud si el nuevo estándar fuera de 10 microgramos por metro cúbico o menos. El aumento del riesgo de ataques cardíacos persistió incluso en concentraciones de ocho a 9,9, lo que indica que se registrarían menos casos si el nuevo estándar estuviera por debajo de los ocho microgramos. El estudio también vinculó vivir en barrios más desfavorecidos con la exposición a la contaminación y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
“Encontramos pruebas sólidas de que el vecindario es importante cuando se trata de exposiciones a este tipo de contaminación del aire. La asociación más fuerte entre la exposición a la polución y el riesgo de eventos cardiovasculares se observó en personas que viven en áreas socioeconómicas bajas, donde a menudo hay más industrias, calles más transitadas y más autopistas”, señaló el coautor Stephen Van Den Eeden, científico investigador de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
“Nuestro estudio claramente se suma a la evidencia de que los estándares regulatorios actuales no son suficientes para proteger al público. Nuestros hallazgos respaldan el análisis de la EPA de que es necesario reducir el estándar a por lo menos 10,0 microgramos por metro cúbico para proteger al público. Nuestros hallazgos también sugieren que puede ser necesario reducir el estándar hasta a 8,0 microgramos para reducir el riesgo de ataques cardíacos” afirmó Alexeeff.
El autor principal Stephen Sidney, describe el estudio como uno de los más grandes que analizan el impacto de la contaminación del aire en las enfermedades cardíacas. “Los registros de salud electrónicos de Kaiser Permanente nos permitieron tener en cuenta otros factores que podrían aumentar el riesgo de una persona de sufrir un ataque cardíaco o desarrollar una enfermedad cardiovascular, como el tabaquismo, el índice de masa corporal o tener otras enfermedades, como diabetes. Esto nos permite confiar en nuestra conclusión de que la contaminación del aire por partículas finas tiene asociaciones adversas con la salud cardiovascular”, concluyó Sidney.
Seguir leyendo