El Niño es un fenómeno natural que provoca variaciones en las temperaturas de la superficie del mar sobre el océano Pacífico. La fase de calor es conocida como El Niño, mientras que la etapa de enfriamiento se denomina La Niña. Recientemente, un grupo de expertos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, analizó cómo este proceso impacta en la erosión de las playas.
En un reciente estudio científico, publicado en la revista Nature Geoscience, los investigadores utilizaron los datos y las imágenes de satélites que orbitan la Tierra hace casi 40 años. En ese marco, procesaron información minuciosa y cronológica de 8.000 kilómetros de costas ubicadas en países como Australia, Estados Unidos y Chile.
Según estos hallazgos, las playas de la región sureste de Australia se estrechan durante períodos prolongados de La Niña y se ensanchan cuando se manifiesta el fenómeno del Niño. Por el contrario, las costas que se encuentran en el otro extremo del Pacífico, como las de Chile, se erosionan durante El Niño y “se recuperan” durante La Niña.
“Los científicos han sabido que las playas responden a los ciclos del Niño o de la Niña durante décadas, pero solo hemos podido pintar una pequeña imagen de esto a partir de unos pocos sitios de monitoreo de playas esporádicos. Para esta investigación, pudimos tomar un ángulo completamente diferente para completar el panorama general de cómo los ciclos climáticos impactan en todas las costas del Pacífico”, detalló Mitchell Harley, uno de los autores.
Para estos investigadores, comprender el impacto de los ciclos de El Niño y de La Niña en diferentes zonas del Pacífico puede ayudar a anticipar los riesgos de erosión costera y a prepararse con medidas de protección.
Kilian Vos, otro de los científicos a cargo del estudio, consideró: “Si bien nuestro trabajo analiza el comportamiento promedio de las playas de arena correlacionado con el ciclo del Niño y la Niña, esto es consistente con lo que hemos observado, por ejemplo, con la reciente caída triple de La Niña en Australia, donde las sucesivas tormentas costeras han estado despojando arena de las playas a lo largo de las costas”.
Según precisó Vos, la herramienta satelital que utilizaron para esta investigación “mapea automáticamente la posición de la interfaz entre la arena y el agua. Al hacer esto en múltiples imágenes y playas, y al corregir la marea, se pueden descubrir cambios en la costa en una gran escala temporal y espacial y cómo esto se correlaciona con los ciclos climáticos. Las costas de arena son algunos de los entornos más dinámicos y poblados del planeta. En algunas condiciones, pueden desaparecer por completo de la noche a la mañana y tardar años en volver”.
En ese tono, el experto destacó: “Es esencial que continuemos monitoreándolos a través de estudios como este que ayudan a informar cómo podemos administrar nuestras playas, que brindan un amortiguador entre las olas del océano y la infraestructura de alto valor que las rodea. Si eres un turista que busca pasar unas vacaciones en la playa, podría valer la pena mirar el pronóstico del Niño o la Niña, ya que podría darte una indicación de dónde esperar amplias playas de arena”.
Por su parte, Harley cerró: “Algunos estudios sugieren que el cambio climático alterará los patrones del fenómeno del Niño, lo que puede afectar la forma en que las costas cambian aun más en términos de intensificación de estos efectos de erosión y acumulación, o un cambio en el lugar donde ocurren. Usando todas estas increíbles fuentes de datos del espacio y la comunidad, podemos continuar aumentando nuestra comprensión de cómo están cambiando nuestras costas ahora y en el futuro”.
El ciclo del agua
No es la primera vez que la ciencia profundiza sobre los efectos de los ciclos climáticos del océano. Recientemente, una investigación de la Universidad Nacional de Australia (ANU), que fue publicada por el Consorcio Global Water Monitor, advirtió que por tercer año consecutivo el fenómeno de La Niña intensificó “las sequías existentes en las Américas, al tiempo que provocó inundaciones en partes de Asia y Oceanía”.
En ese sentido, los autores alertaron que el calentamiento global “está cambiando el ciclo del agua en todo el planeta” y pronosticaron que se registrarán sequías repentinas de una forma más frecuente en los próximos años.
“Es una predicción segura que veremos más y más de estas olas de calor y sequías repentinas. También vemos evidencia del impacto del calentamiento global en los glaciares y el ciclo del agua en las regiones frías y, de hecho, el derretimiento de los glaciares contribuyó a que Pakistán inundaciones Eso continuará hasta que esos glaciares desaparezcan “, indicó el profesor Albert Van Dijk, autor principal del trabajo, en un comunicado.
Van Dijk detalló que este estudio científico “ofrece una instantánea única de la disponibilidad mundial de agua. Normalmente, lleva muchos meses recopilar, cotejar, analizar e interpretar este tipo de datos. Al hacer el mejor uso posible de los instrumentos satelitales que orbitan la Tierra y al automatizar todo el proceso de análisis e interpretación de datos, el equipo ha podido reducir ese tiempo a unos pocos días”.
Para llegar a estas conclusiones, los expertos australianos combinaron mediciones de agua efectuadas en miles de estaciones terrestres y por satélite. ¿El objetivo? Poder contar con “información actualizada sobre precipitaciones, temperatura y humedad del aire, agua del suelo, caudales de ríos y volumen de agua en lagos naturales y artificiales”.
Seguir leyendo: