Este martes 13 de diciembre, Latinoamérica recibió una gran noticia. En el marco de la Convención de Biodiversidad, que se está llevando a cabo en Canadá, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció el trabajo de restauración forestal en el Bosque Atlántico, nombrándolo oficialmente como Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial de la Década.
La nominación reconoce a la restauración como una actividad que va más allá de plantar árboles. ¿Por qué? Porque promueve múltiples beneficios para las personas y para la naturaleza. En un contexto de cambio climático, el cuidado de la selva es primordial para enfrentar los impactos. Este trabajo es liderado por la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico y por el Pacto por la Restauración del Bosque Atlántico (PACTO), que incluye a diversas entidades de la región.
El Bosque Atlántico es uno de los focos verdes con mayor diversidad de vida del planeta. Se extiende a lo largo de la costa oriental de Brasil y penetra tierra adentro hacia Argentina – en la Selva Paranaense - y hacia Paraguay. Más de 148 millones de personas viven y se sustentan social, cultural y económicamente de los servicios ambientales que brinda esta especial selva, entre ellos energía, protección del suelo y agua. Este bosque contiene el 7% de las especies de plantas y el 5% de las especies de animales vertebrados del mundo.
“Este reconocimiento de la ONU es una puerta a nuevas oportunidades que permiten impulsar la restauración del Bosque Atlántico y generar más beneficios. La acción trinacional de Argentina, Brasil y Paraguay es un diferencial en nuestra forma de trabajar. Es a través de esta construcción multiinstitucional y aliada a varias organizaciones que hemos logrado importantes avances en los últimos años”, consideró Lucía Lazzari, coordinadora de paisajes terrestres en la Fundación Vida Silvestre Argentina, una de las organizaciones representantes de la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico en Argentina.
En segundo término, Lazzari agregó: “Para poder conducir y propiciar verdaderos procesos de conservación y restauración del Bosque Atlántico -nuestra selva misionera-, es fundamental que las comunidades locales estén informadas e involucradas. Son ellas y ellos los verdaderos agentes de cambio”.
Para esta histórica nominación, la ONU creó un comité compuesto por científicos e investigadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El resultado final fue confirmado por las principales agencias de la Década de la ONU, por el Programa para el Medio Ambiente (PNUMA) y por la FAO. Se tuvieron en cuenta más de 20 criterios de evaluación, como por ejemplo: involucramiento de comunidades locales en la toma de decisiones; formación de coaliciones; replicabilidad; potencial de crecimiento; y contribución a acuerdos internacionales para la reducción de emisiones.
Este título de la ONU reconoce no solo el legado del cuidado del Bosque Atlántico, sino también las iniciativas que están alineadas con el Plan de Acción de la Década de Restauración de Ecosistemas de la ONU. “La restauración es un sistema inclusivo que funciona de manera diversa y de largo plazo, involucrando a varias instituciones. Restaurar es mucho más que plantar árboles: es asumir un compromiso con la calidad de vida de miles de personas”, precisó Taruhim Quadros, analista de Conservación de WWF Brasil y representante de la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico.
Por su parte, Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, aseveró: “En todo el mundo, nuestros bosques están bajo asedio. La restauración del Bosque Atlántico, a través de la participación de las comunidades locales, es un poderoso recordatorio de que la naturaleza puede sanar cuando se le da la oportunidad y ofrece enormes beneficios en el proceso”.
Las iniciativas de restauración en el Bosque Atlántico también promueven la conservación de especies, aumentan la conectividad del paisaje, mejoran la calidad del agua, la educación ambiental, la participación y el bienestar de la comunidad local, entre otros beneficios sociales y ambientales. Ambos colectivos también traen iniciativas destinadas a recaudar fondos, monitorear la calidad de los bosques restaurados y construir asociaciones para la restauración a gran escala y a largo plazo.
La historia del Bosque Atlántico
El Bosque Atlántico es un pulmón verde que recorre tres naciones sudamericanas. Está conformado por 15 ecorregiones, en las que abundan especies únicas de plantas y animales como el yaguareté, el tapir, el oso hormiguero y la yacutinga. Originalmente cubría 1.345.300 km2. Sin embargo, en los últimos 40 años fue reducido significativamente debido a la deforestación, a la urbanización y a la producción: hoy queda solo el 17% de los bosques originales.
El proceso de degradación y deforestación del Bosque Atlántico en Brasil comenzó hace casi 500 años, con la sobreexplotación de especies maderables que ocurrió en diferentes ciclos económicos. Como aún se enfrentan desafíos para la conservación de la ecorregión, la restauración del paisaje es fundamental para aumentar la cobertura forestal y mejorar la calidad de vida de las personas.
El PACTO es una coalición que reúne a más de 300 organizaciones multisectoriales con el objetivo de restaurar la Mata Atlántica. Por su parte, la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico es un movimiento multisectorial que cubre la Ecorregión Trinacional del Alto Paraná en Argentina, Brasil y Paraguay, con 30 organizaciones. Los miembros de estas entidades cuentan con más de 30 años de experiencia en restauración.
Fundación Vida Silvestre Argentina trabaja en la selva misionera hace más de 20 años. Allí, se restauraron más de 345 hectáreas, con más de 150.000 plantines de 40 especies nativas, en Andresito y em San Pedro. En estas acciones se involucraron más de 115 familias, y las Escuelas Familiares Agrícolas de la zona.
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