La evidencia científica que se renueva diariamente en la cumbre del clima (COP27), en Sharm El Sheikh es contundente. Los expertos agrupados en la World Weather Attribution (WWA, por sus siglas en inglés) mostraron que la actividad humana hizo 80 veces más probables los aluviones que azotan a África occidental desde junio y han dejado más de 800 muertos en Nigeria, Níger, Chad.
“La devastación en Nigeria es peor que la catástrofe de las inundaciones de 2012, con 34 de los 36 estados y más de 3,2 millones de personas afectadas, entre ellas 1,5 millones de desplazados y 2.776 heridos”, detalló el reporte. Sin embargo, al parecer, los estudios y proyecciones que dan cuenta de la urgencia necesaria para actuar contra la crisis climática no alcanzan para que los líderes del mundo se pongan de acuerdo en un texto que ponga en marcha la maquinaria que se necesita. De esto se trata, al final del día, esta cumbre internacional en Egipto.
Las idas y venidas están relacionadas con el financiamiento y directamente con las presiones que ejercen la industria petrolera para su supervivencia y los países más desarrollados que insisten con su iniciativa de “Escudo” de protección, por fuera de la convención de la ONU, en medio de la crisis financiera y política que les genera la guerra en Ucrania.
Hasta esta cumbre la pelea de los países más vulnerables estaba enfocada en conseguir que las potencias aportaran los 100.000 millones de dólares al año que se comprometieron a poner en 2015, en el Acuerdo de París. El incumplimiento lleva tres años ya que esos fondos para que los menos desarrollarse pudieran adaptarse y mitigar la crisis climática. Pero este año se coló un nuevo tema en la agenda oficial: Pérdidas y Daños, una cuestión que el Sur Global viene empujando hace décadas.
Pero, de qué se trata: desastres como inundaciones, sequías, huracanes, deslizamientos e incendios forestales son cada vez más frecuentes e intensos como consecuencia del cambio climático y los países más afectados llevan años pidiendo ayuda financiera para hacer frente a las consecuencias. El término cubre tanto las pérdidas económicas (viviendas, tierras, granjas o negocios) como las no económicas (la muerte de personas, sitios culturales o la biodiversidad). Se entiende que las compensaciones por pérdidas son aquellas que ya no tienen posibilidad de ser recuperadas y daños, ayuda para reconstruir.
En este punto, se observa un avance, pero muy lento. Australia y Estados Unidos (históricos bloqueadores) parecen oponerse firmemente a un nuevo fondo. La Unión Europea podría estar de acuerdo, si China también paga. La Alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS), compuesta por 38 miembros, emitió una declaración ayer en la que acusa a “algunos” países desarrollados de “intentar frenar el progreso” de un fondo para Pérdidas y Daños, y socavar esta cumbre.
“La distopia que llegó a nuestra puerta vendrá por todos”, dijo Sherry Rheman, ministra federal de Cambio Climático de Pakistán en referencia a las pérdidas y daños que sufre su país desde hace meses debido a los desastres climáticos. “Si esto se echa a perder, lo veremos como un asunto de justicia denegada, la vulnerabilidad no puede ser una sentencia de muerte”, agregó en conferencia de prensa. “La decisión de retirarse de la negociación es prematura. Estamos negociando aún. Las decisiones que tomemos estarán relacionadas con las declaraciones finales que se conozcan en las próximas 24 horas”, advirtió.
Con una reflexión en el mismo tono, Molwyn Joseph, ministro de Ambiente de Antigua y Barbuda declaró: “Esto no debería ser tan difícil. Tenemos que pasar a la decisión de un fondo [de pérdidas y daños]. Eso es lo mínimo que se puede aceptar. Cualquier cosa menos es una traición”.
La conferencia de prensa de los países del Sur Global agrupado en Oasis, el G-77 más China y los países menos desarrollados fue convocada luego de que se conociera el borrador del texto final de esta cumbre que debería terminar mañana.
Muchas cuestiones clave de esta COP —la reducción de los combustibles fósiles (objetivos, fechas), el aumento de las energías renovables (objetivos, financiamiento) y la adaptación, entre ellas— quedaron eclipsadas por el debate sobre Pérdidas y Daños.
El texto borrador que se conoció hoy está lejos de ser el draft final. Por ahora se sabe que:
● Incluye la meta de 1,5°C y referencias a la ciencia.
● Reitera la reducción de carbón expresada en la COP26 de Glasgow, el año pasado; no menciona el gas y el petróleo ni el lenguaje de reducción de combustibles fósiles de India; contiene una referencia a “eliminar y racionalizar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”.
● Alienta (no obliga) a los países ricos a aumentar el apoyo y alinear los flujos de financiación con 1,5°C.
● Hace referencia a la duplicación de la financiación de la adaptación a 40.000 millones de dólares para 2025.
● Acoge con agrado el ítem de agenda sobre el fondo para Pérdidas y Daños, pero no contempla un acuerdo al respecto.
Avances
Uno de los temas que avanza es la Agenda de Bridgetown, presentada por la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, en la Asamblea General de Naciones Unidas a principios de este año. La reforma del sistema financiero multilateral tuvo un gran protagonismo en el G20 y está apareciendo en múltiples lugares de la COP27. Sin embargo, a China parece no gustarle: “Decidiremos las condiciones de pago de nuestros deudores por nosotros mismos, en nuestra propia moneda”. Dado que China presta ahora más de un tercio del crédito a los países de renta baja, eso podría ser un gran problema.
Otra cuestión que no está trabada en la COP es el avance del gas natural y del petróleo. Se han hecho por lo menos 15 acuerdos en el marco de estas negociaciones. Iniciar una nueva exploración fósil o construir una terminal de gas natural licuado requiere de varios años, entre 5 y 10 años. Traducción: la capacidad para aumentar la producción más allá de lo que está en desarrollo antes de 2025 es limitada. Los acuerdos post-2025 no hacen nada por los precios del gas hoy. Sin embargo, van viento en popa.
Hoy se celebra el Día de las Soluciones y también es la última jornada de eventos paralelos en la cumbre. Entre los eventos destacados estará el denominado “Agenda de Acción COP27: progresos y prioridades”, presidido por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y el presidente de la COP27, el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri.
Se espera que allí hagan un balance de todas las actividades que se han hecho durante las casi dos semanas de cumbre y que también hagan llegar a la opinión pública sus reflexiones sobre la agenda de acción climática de las partes negociadoras.
También se lanzó una entidad que busca ser puente entre las organizaciones líderes en el mundo en el transporte cero emisiones. Se llama Coalición A2Z. El objetivo es crear una plataforma para ayudar a comprender, desarrollar e implementar políticas y planes ambiciosos en esta materia.
“El transporte de cero emisiones es el futuro”, dijo Mónica Araya, experta en movilidad internacional y parte del equipo central de A2Z y de la campaña Global Drive Electric. “Para cumplir con el acuerdo de París con una transición justa, es imperativo aumentar la ambición de los principales emisores mientras se movilizan apoyo a los mercados emergentes. En Drive Electric, celebramos y apoyamos esta coalición de países desarrollados y en desarrollo, gobiernos y fabricantes, ciudades y otros actores no estatales que aspiran a ir más rápido que el resto”, indicó.
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