El auge mundial de la edificación y la construcción han hecho que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del sector alcancen un máximo histórico de 10 gigatoneladas. Esa reactivación se produjo tras la liberación de las restricciones por la pandemia del coronavirus y significa que ahora se está “fuera de camino” para cumplir con los compromisos de descarbonización para 2050
Lo advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). ”Años de advertencias sobre los impactos del cambio climático se han convertido en una realidad”, dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA. “Si no reducimos rápidamente las emisiones en línea con el Acuerdo de París, estaremos en problemas más graves”, agregó.
Científicos y autoridades de diferentes niveles han puesto énfasis en la eficiencia energética y en el uso de menos energía en el proceso de construcción. Sin embargo, el consumo y las emisiones de CO2 han repuntado por completo tras la interrupción por la pandemia.
El reporte se dio a conocer en el marco de la conferencia COP27 que se lleva a cabo en Egipto. Ante la creciente crisis energética, las concentraciones récord de gases de efecto invernadero y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, la COP27 busca renovar la solidaridad entre los países para cumplir el histórico Acuerdo de París para desacelerar el cambio climático y reducir su impacto.
El sector de la edificación y la construcción representó el 37% de las emisiones de carbono relacionadas con la energía y los procesos en 2021 en todo el mundo, según el Informe sobre la situación mundial de los edificios y la construcción de la ONU.
‘El sector de los edificios representa el 40% de la demanda energética de Europa, el 80% de ella procedente de combustibles fósiles. Esto hace que el sector sea un área de acción inmediata, de inversión y de políticas para promover la seguridad energética a corto y largo plazo, afirmó Andersen en un comunicado.
La descarbonización de los edificios desde hoy a 2050 es un objetivo crucial e implica una amplia gama de cambios: mejorar el rendimiento energético de los edificios, reducir la huella de carbono de los materiales y aumentar las inversiones en eficiencia energética. El informe detalló los pasos que se han dado para intentar mantener las emisiones bajo control.
Las inversiones en la eficiencia energética de los edificios han aumentado a niveles sin precedentes, con un incremento del 16% en 2021 respecto a los niveles de 2020, hasta alcanzar los 237.000 millones de dólares. Este tipo de esfuerzos están dando sus frutos en cierto modo, ya que el informe señala que la intensidad de las emisiones del sector en kilogramos de CO2 por metro cuadrado se redujo de 43 en 2015 a 40 en 2021.
Sin embargo, el crecimiento incesante del mundo se está produciendo con demasiada rapidez como para que los esfuerzos de reducción de emisiones se pongan al día. El aumento de la superficie bruta mundial entre 2015 y 2021 equivale a la superficie total cubierta por edificios en Alemania, Francia, Italia y Países Bajos; si se construyera en un solo nivel, a unos 24.000 kilómetros cuadrados”, señaló el informe.
El informe de la ONU también puso de relieve la necesidad de materiales de construcción alternativos en África, donde se prevé que el uso de recursos brutos se duplique para el año 2060. Además, la población de ese continente alcanzará los 2.400 millones en el año 2050 y el 80% del crecimiento se producirá en las ciudades.
“El acero, el hormigón y el cemento son ya grandes contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero”, explicó la agencia de la ONU, añadiendo que los materiales de construcción ya representan alrededor del 9% de las emisiones de CO2 derivadas de la energía en el continente.
Entre las recomendaciones de la ONU figura que los gobiernos nacionales y provinciales deben establecer códigos energéticos obligatorios para los edificios; las industrias de la construcción e inmobiliaria deben comprometerse a reducir sus emisiones de dióxido de carbono en toda su cadena de valor; los gobiernos deben promover un cambio hacia las llamadas “economías de materiales circulares”.
En lo que respecta a Europa, el PNUMA señaló que el sector de la construcción representa el 40% de las necesidades energéticas totales de Europa, y que el 80% proviene de combustibles fósiles. “Esto hace que el sector sea un área de acción inmediata, de inversión y de políticas para promover la seguridad energética a corto y largo plazo”, expresó Andersen.
Para reducir las emisiones totales, la agencia de la ONU explicó que el sector de la construcción podría ayudar con estas medidas: Mejorar el rendimiento energético de los edificios; reducir la huella de carbono de los materiales de construcción; y multiplicar los compromisos políticos junto a la acción, especialmente a la luz del aumento de los costes de los combustibles fósiles vinculados a la invasión de Rusia en Ucrania y los claros incentivos de la inversión en eficiencia energética.
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