Dos de los colectivos más movilizados en reclamo de la crisis climática tuvieron su día en la COP27 que se celebra en Sharm El Sheikh, en la península del Sinaí: los científicos y los jóvenes. En el día que la cumbre les dedica, Johan Rockstrom, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research, fue contundente: “No se puede negociar con el planeta”, en clara alusión a la lentitud de las negociaciones diplomáticas, al tiempo que advirtió sobre los riesgos que presenta para la humanidad seguir como estamos respecto de los “cambios estructurales y rápidos” que habría que dar para no superar el 1,5 ºC de calentamiento. “No es un objetivo, es un límite físico”, destacó.
“Tenemos que poner la salud humana y el bienestar en el centro de las negociaciones”, indicó la experta de la Universidad de Washington Krisie Ebi, quien también forma parte del consejo de gobierno del programa de investigación Future Earth, que se presentó hoy en Egipto.
“Tenemos evidencia científica de que los impactos del cambio climático en la salud están esparcidos y crecen con rapidez”, explicó Rockstrom, no sólo refiriéndose a los efectos del calor extremo, sino también al aumento de enfermedades infecciosas, como el cólera, que entidades como la Organización Mundial de la Salud han relacionado a las consecuencias del calentamiento global.
Los jóvenes reunidos en la cumbre —cada vez se ven más niños— intentan aportar, no sólo su lucha y convicciones, sino también propuestas. Entre ellos hay representantes argentinos de la escuela The Global School, de la localidad bonaerense de Pablo Nogués, quienes forman parte del proyecto #Decarbonize, una iniciativa internacional de educación ambiental que nuclea a alumnos de todo el mundo que intercambian experiencias de sus países.
Las estudiantes de 14 años que representan a la Argentina en la Green Zone se llaman Chiara Terzolo y Olivia Gainza Depalma. “Se siente muy emocionante, es muy impactante saber que estoy representando a mi país y a Latinoamérica. Siento mucha responsabilidad y estoy muy agradecida y orgullosa de mí misma”, dijo Gainza Depalma.
Para Gabriel Rshaid, director de The Global School, esta oportunidad que tuvieron las estudiantes tiene que ver con poner en el centro de la escena a los chicos: “Se habla mucho de la escuela centrada en el alumno, pero también es parte de un nuevo orden social el hecho de que sean los jóvenes mismos los que marquen la agenda y a través de sus inquietudes, y por qué no, de su activismo, los que logren generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente”.
La juventud latinoamericana también está representada por miembros de la RCOY, la Conferencia Regional de las Juventudes, impulsada por las organizaciones Sustentabilidad Sin Fronteras y Eco House Global de Argentina, La Ruta Del Clima, Red de Juventudes de Cambio Climático de Costa Rica y Uno.Cinco de Chile. Estas organizaciones que nuclean a miles de jóvenes, eligieron dos iniciativas para presentar en Egipto.
Tras un proceso de votación online, las propuestas para presentar en la COP27 fueron RUA PERÚ, la Red Universitaria Ambiental de ese país. Este proyecto tiene como finalidad crear conciencia y realizar proyectos relacionados a la mitigación y adaptación de comunidades vulnerables, que se viene desarrollando en el Asentamiento Humano de Quebrada Alta, Villa El Salvador, Lima.
“Entre las acciones principales que se vienen trabajando están los relacionados a la agroecología, con lo cual se capacita y se implementa sistemas de pequeños invernaderos y huertos ecológicos, con lo cual se busca que las madres de hogar y las encargadas de las ollas comunes puedan adaptarse a los cambios del uso de suelo producto del cambio climático, además de mitigar en pequeña escala los gases del cambio climático; además, de capacitar e involucrar a los niños en todo el proceso”, explicaron los organizadores.
La otra iniciativa ganadora fue la de Haitian Youth Biodiversity Network. La organización con sede en Cabo Haitiano propuso “Race for Oceans”, un nuevo proyecto lanzado este año que permite a los jóvenes, incluidas mujeres y niñas, recolectar desechos plásticos en playas, calles y lagos, para así transformarlos en objetos de arte.
“El objetivo principal de esta iniciativa es recopilar datos y desechos plásticos, así como también crear pequeños empleos verdes para los jóvenes más pobres de Haití. Su indicador de impacto son las toneladas de residuos recolectados o evitados. Su vinculación con la lucha contra el cambio climático es la adaptación, ya que ayuda a tener comunidades más resilientes. Además, involucra especialmente a las comunidades aborígenes y pueblos originarios, a las personas LGBTIQ+, y a niños y niñas. El alcance de esta iniciativa es nacional y, al igual que la de RUA PERÚ, su ODS principal (entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, creados por la ONU), es la 14, de Vida submarina”, agregaron.
Plan net zero a 2050
La Argentina presentó hoy su plan de adaptación a 2030 y de descarbonización a 2050. El adelanto se dio la semana pasada en conferencia de prensa con la presencia del presidente, Alberto Fernández, y de todos sus ministros. Según el anuncio, en términos de mitigación, la Argentina no debe exceder la emisión neta de 349 MtCO2e para 2030 (en 2018 el país emitió 366 MtCO2e). Y para adaptación el plan prevé construir capacidades, fortalecer la resiliencia y disminuir la vulnerabilidad frente al cambio climático, en los distintos gobiernos locales y sectores, a través de medidas que prioricen a las comunidades y los grupos sociales en situación de vulnerabilidad, y que incorporen el enfoque de género y la equidad intergeneracional.
Estas metas buscan alcanzarse a través de 250 medidas agrupadas en 6 líneas estratégicas: transición energética, transición productiva, movilidad sostenible, territorios sostenibles y resilientes, conservación de la biodiversidad y bienes comunes y gestión sostenible de los sistemas alimentarios y bosques.
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