Más de 1.820 hectáreas de cultivos y casi 6.000 productores de ganado de Chimborazo, una provincia andina ubicada a 210 kilómetros de Quito, fueron afectados por la caída de ceniza del volcán Sangay, cuya actividad se reactivó durante la primera semana de noviembre.
Las parroquias y comunidades, principalmente de agricultores, de los cantones Chunchi, Alausí, Guamote, Colta, Riobamba, Guano y Chambo fueron los más afectados. Aunque según los reportes del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, también se registró caída de ceniza en los cantones Guaranda, Chimbo, San Miguel y Chillanes, de la provincia de Bolívar y en las provincias de Azuay y Cañar, al sur del país, y de Los Ríos y Guayas, en la costa ecuatoriana.
De acuerdo con la información del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica del Ecuador, el volcán Sangay es el último coloso al sur del Ecuador. Está ubicado en la Cordillera Real, en la provincia de Morona Santiago, en la Amazonía ecuatoriana y es uno de los volcanes más activos del país. Su actividad eruptiva es constante desde 1628.
El Sangay tiene 5.230 metros de altitud. El 6 de noviembre, el volcán registró 122 explosiones en un día y lanzó una columna de ceniza que alcanzó alrededor de dos kilómetros sobre su cumbre, según el Instituto Geofísico.
Iván Vinueza, gobernador de Chimborazo, informó a la prensa local que en algunos lugares hubo cúmulos de ceniza de entre 3 y 4 milímetros. Las 1.824 hectáreas de cultivos afectadas pertenecen a 3.803 productores, según recogió El Universo. Otros 6.995 ganaderos también sufrieron la influencia de la ceniza del Sangay, pues 23.533 bovinos fueron afectados parcialmente.
Vinueza indicó que existe el riesgo de que algunas estructuras no resistan el peso del material volcánico: “hay muchos invernaderos que están cubiertos de ceniza y el peso puede hacer que colapsen las estructuras, además las afectaciones son en cultivos de maíz, cebolla, papa, pasto, lo que será difícil de limpiar y poder recuperar algo de lo que lamentablemente ha causado el volcán”. El funcionario resaltó que “la vocación de la población de Chimborazo es no dejarse vencer y continuar la lucha, porque el trabajo del campo es una lucha de todos los días”, pues este es un fenómeno que les afecta frecuentemente.
Una de las preocupaciones que tienen las autoridades ecuatorianas es que la producción de leche disminuya por los perjuicios que ha sufrido el sector ganadero a causa del volcán. Sin embargo, Vinueza aseguró que el Ministerio de Agricultura y Ganadería distribuyó compostaje nutricional para los animales, que no pueden comer la vegetación pues está cubierta de ceniza y podrían enfermarse.
Aunque la caída de ceniza suele afectar frecuentemente a esta provincia, Vinueza indicó que en esta ocasión cayó más material volcánico del esperado. Por esto, evalúa declarar la emergencia en la provincia con el propósito de movilizar más apoyo del gobierno central.
El Instituto Geofísico ha alertado que, desde las 09h00, de este lunes, 7 de noviembre, las imágenes satelitales del monitoreo satelital del volcán Sangay muestran una delgada nube de gases volcánicos y ceniza que alcanza los 2 km sobre el cráter y se dirige hacia el oeste desde el volcán.
Según la entidad, “existe una baja probabilidad de caída de ceniza en las provincias de Morona Santiago y Chimborazo” y señaló que “este fenómeno ha sido persistente dentro del actual periodo eruptivo que inició en mayo del 2019″.
El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias ha aconsejado a la ciudadanía que, ante la caída de ceniza, tome precauciones como usar tapabocas, proteger sus ojos y cubrir la piel y la cabeza. Además, la entidad ha recordado que no se debe limpiar la ceniza con agua.
La última semana de octubre, el volcán Cotopaxi, ubicado a 60 kilómetros al sureste de Quito, presentó signos de retomar su actividad. El coloso registró el descenso de lahares, que son flujos de agua y escombros que caen desde uno de los flancos de un volcán, provocados por el descongelamiento de la capa de nieve del volcán que ahora está cubierta por un manto de ceniza, así lo explicó el Instituto Geofísico que monitorea al Cotopaxi.
El volcán volvió a dar señales de actividad con registros de un tremor leve por la emisión de gases, vapor de agua y poca ceniza, que ha hecho recordar su reactivación en 2015. Sin embargo, las alertas respecto al Cotopaxi han cesado.
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