El primer día de la cumbre climática (COP27) que se celebra en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh tuvo de todo: celebración de la sociedad civil por la inclusión del tema pérdidas y daños en la agenda, reclamo a las petroleras, fuertes pedidos de los países más afectados por los efectos del calentamiento global y algunas ausencias importantes como las de China y Rusia.
Entre los discursos de la primera jornada se destacaron el del secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres; el de la presidenta de Barbados, Mia Mottley; y el del primer mandatario colombiano, Gustavo Petro. “Redirijamos el dinero [que ganan las petroleras] a las personas que luchan con el aumento de los precios de los alimentos y la energía y a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática. Estamos en una autopista hacia el infierno climático con el pie en el acelerador”, propuso el titular del organismo internacional.
Para poder frenar esa inercia es necesario dar un giro radical: “Para evitar ese terrible destino, todos los países del G-20 deben acelerar su transición ahora, en esta década”, dijo el funcionario que le habló directamente a los mandatarios que asistirán a la reunión que se realizará, paralelamente a la COP en Bali, Indonesia.
Sin embargo, mientras los diplomáticos encuentran el café en el inmenso venue de negociaciones en Sharm El Sheikh, las emisiones no paran de aumentar y la Organización Meteorológica Mundial acaba de confirmar que los últimos 8 años han sido los más cálidos de la historia, medidos desde la Revolución Industrial.
“Vengo de un estado insular que tiene mucha ambición, pero no puede hacerlo solo. Este mundo sigue pareciéndose demasiado a lo que era cuando formaba parte de un imperio. El norte global pide prestado a tipos de interés de entre el 1% y el 4%, el sur global del 14%. Y luego nos preguntamos por qué no funcionan las asociaciones de energía justa”, dijo Mottley.
Es que las diferencias entre el Norte y el Sur global son notorias en esta cumbre que llega devaluada por los pocos avances, especialmente en materia de financiamiento desde los países en desarrollo a los, paradójicamente, más pobres y más afectados por la crisis climática.
Los oradores en la reunión que realiza diariamente la coalición de ONGs (CAN, por sus siglas en inglés), destacaron que, si bien esto es bienvenido, el plazo para establecer un mecanismo de financiación de pérdidas y daños no puede retrasarse hasta 2024, ya que las comunidades en primera línea son testigos de una mayor devastación cada mes que pasa. Los ponentes advirtieron de que la COP27 corre el riesgo de convertirse en un festival de lavado verde, ya que se espera la asistencia de un gran número de grupos de presión para el fomento del uso del gas natural.
Mohamed Adow, fundador y director de PowerShift Africa, advirtió que la Unión Europea no puede utilizar a África para llegar a nuevos acuerdos de extracción de reservas de gas natural para satisfacer las demandas energéticas de Occidente. “Se trata de un nuevo tipo de colonialismo y los acuerdos sobre el gas que afectan a los recursos de África no pueden hacerse en Berlín”, afirmó.
En el mismo sentido, Petro se presentó ante el pleno y propuso un decálogo con acciones urgentes para poder afrontar con realismo la crisis climática. El presidente de Colombia afirmó que es la hora de la humanidad y no de los mercados, aseguró, al reconocer que las cumbres COP “ya no dan respuestas y el tiempo se agotó”. Para él, la banca privada y multilateral también debe dejar de financiar al sector de los hidrocarburos y el FMI debe iniciar el programa de cambio de deuda por inversión en la adaptación y mitigación del cambio climático”.
Como representantes del Norte global, dieron sus discursos Emmanuel Macron, presidente de Francia y el flamante primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, que llegó a último momento. “Como hay otras prioridades, pensamos que el clima puede esperar, pero no. La urgencia climática está ya aquí, no tenemos que esperar a mañana. Nuestra obligación es seguir actuando para la mitigación y la adaptación a pesar de que haya vuelto a haber una guerra en suelo europeo. No vamos a sacrificar nuestros compromisos climáticos por la amenaza de la guerra de Rusia. Tenemos que estar presentes y apoyar con 100.000 millones de dólares a los países más pobres para luchar contra la crisis climática”, sostuvo Macron.
Energía y emisiones
El primer ministro británico volvió a comprometer ayuda financiera a los países menos desarrollados: “Sabemos que la lucha contra el cambio climático es lo que hay que hacer como deber moral, pero también por la crisis energética. La diversificación de las fuentes energéticas invirtiendo en renovables es lo que hay que hacer para dejar de depender de Rusia y también genera trabajo”. Además, Sunak anunció un acuerdo de 65 millones de libras con Kenia y Egipto para financiar varios proyectos verdes en ambos países. Y destacó: “La lucha contra el cambio climático puede ser una misión para crear empleo”.
Sin embargo, mientras los líderes daban sus discursos, se conoció un nuevo reporte sobre emisiones de gases de efecto invernadero, que son las que generan la crisis climática. Y las noticias no son buenas. Según el equipo científico del Global Carbon Project, si los niveles actuales de emisiones persisten, hay un 50% de probabilidades de que el calentamiento global de 1,5°C se supere en nueve años.
El nuevo informe proyecta las emisiones globales totales de CO2 de 40.600 millones de toneladas (GtCO2) en 2022. Esto está impulsado por las emisiones de CO2 generadas por los combustibles fósiles que se prevé que aumenten un 1% en comparación con 2021, alcanzando 36,6 GtCO2, ligeramente por encima de los niveles anteriores a la COVID-19. El panorama de 2022 entre los principales emisores es mixto: se prevé que las emisiones decrecerán en China (0,9%) y la UE (0,8%), y aumentarán en los EE. UU. (1,5%) y la India (6%), con una suba del 1,7 % en el resto del mundo.
Alianza contra la deforestación
Durante la primera jornada de negociaciones varios líderes volvieron a reunirse por la lucha contra la deforestación. La Alianza por la deforestación y los líderes climáticos es una actualización de la alianza de 140 países por bosques presentada en la COP26 el año pasado, en Glasgow. Sin embargo, esta vez sólo firmaron 26 países. La principal diferencia respecto de la original es que la iniciativa se convertirá en un grupo que se reunirá una vez al año y deberán presentar compromisos con contabilidad para lograr el objetivo de frenar la deforestación para 2030.
Tres de los países con mayor tasa de deforestación del mundo, Argentina, Paraguay y Brasil no firmaron. Según las fuentes consultadas por Infobae, el gobierno analiza la iniciativa. Cabe recordar que nuestro país anunció el objetivo de deforestación cero 2030 en 2016, durante la cumbre que se celebró en Marrakech, Marruecos. De América latina firmaron Colombia, Costa Rica y Ecuador.
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