La cubierta de hielo marino del Ártico ha disminuido en todos los meses desde principios de la década de 1950 y casi a la mitad durante el verano. La cantidad de hielo marino que sobrevive al verano ártico ha disminuido un 13% por década desde finales de la década de 1970 y las proyecciones muestran que la región podría experimentar su primer verano sin hielo para 2040.
Esto altera los intercambios de calor y humedad entre el océano y la atmósfera y contribuye a la amplificación del Ártico. Este rápido derretimiento no solo es perjudicial para las ciudades costeras circundantes y las pequeñas naciones insulares; también puede tener un impacto duradero en los patrones climáticos globales, según un nuevo artículo que se publicó en la revista Nature Communications y que ha realizado un equipo de investigadores de la Universidad de Albany.
En ese documento los científicos revelaron que la magnitud y el patrón de la pérdida de hielo marino en el Ártico pueden influir directamente en El Niño. Además, a medida que el Ártico se vuelve libre de hielo estacional, la frecuencia de eventos fuertes de El Niño aumenta significativamente.
Esta corriente es un patrón climático complejo que ocurre cuando el agua superficial en el Océano Pacífico central y oriental se vuelve más cálida que el promedio y los vientos del este soplan más débiles de lo normal. Los eventos, que generalmente ocurren cada pocos años, pueden producir condiciones climáticas inusuales y, a veces, peligrosas en todo el mundo, incluidas sequías, inundaciones y tormentas severas.
“Antes de este estudio, se sabía poco acerca de si la disminución del hielo marino del Ártico es capaz de influir en los fuertes eventos de El Niño”, indicó su autor principal, Jiping Liu, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Atmosféricas y Ambientales de la Facultad de Artes y Ciencias de UAlbany.
Y añadió: “El Niño es un fenómeno climático importante, reconocido como un impulsor de la variabilidad climática responsable de impactos sociales grandes y diversos. Nuestro estudio, por primera vez, encuentra que la gran pérdida de hielo marino del Ártico influye directamente en los extremos climáticos globales, incluido un aumento en la frecuencia de fuertes eventos de El Niño”.
Siguiendo el termómetro
Liu y sus colegas realizaron una serie de simulaciones de modelos de intervalos de tiempo que se basaron en variables de la atmósfera, la tierra, el océano y el hielo marino para determinar la influencia de la pérdida de hielo marino del Ártico en los eventos de El Niño. Antes de ejecutar las simulaciones, fijaron directamente la capa de hielo marino del Ártico durante tres períodos: 1980–99, 2020–2039 y 2080–99.
Las simulaciones se generaron utilizando el Modelo del Sistema Climático Comunitario del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica, un modelo climático global que proporciona simulaciones informáticas de última generación de los estados climáticos pasados, presentes y futuros de la Tierra.
Al comparar los resultados, los investigadores no encontraron cambios significativos en la ocurrencia de eventos fuertes de El Niño en respuesta a la pérdida moderada de hielo marino en el Ártico, lo cual es consistente con las observaciones satelitales hasta la fecha. Sin embargo, a medida que continúa la pérdida de hielo y el Ártico se vuelve libre de hielo estacional, la frecuencia de eventos fuertes de El Niño aumenta en más de un tercio.
“Después de décadas de investigación, existe un acuerdo general, aunque no universal, de que la frecuencia de los eventos de El Niño, especialmente la de eventos extremadamente fuertes, aumentará con el calentamiento del efecto invernadero -afirmó Liu-. Dado que se prevé que el hielo marino del Ártico continúe disminuyendo drásticamente, era importante evaluar si el aumento proyectado de El Niño fuerte se puede conectar directamente”.
Para separar el papel de la pérdida de hielo marino del Ártico y las emisiones de gases de efecto invernadero, los investigadores realizaron un experimento adicional en el que se fijó la capa de hielo marino del Ártico en función de las simulaciones históricas, pero aumentaron los niveles de dióxido de carbono en un 1% durante 100 años a partir de su nivel en el año 2000.
Así, los expertos llegaron a la conclusión de que entre el 37 y el 48% del aumento de eventos fuertes de El Niño cerca del final del siglo XXI estaría asociado específicamente con la pérdida de hielo marino en el Ártico. “Cada vez es más claro que los modelos climáticos deben simular la disminución del hielo marino del Ártico de manera realista para dimensionar correctamente la variabilidad de El Niño”, concluyó Liu.
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