El Palacio Legislativo uruguayo acogió un conversatorio organizado por Naciones Unidas Uruguay (ONU Uruguay) sobre crisis climática, en el cual participaron la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, representantes de varios ministerios, de la Intendencia de Montevideo, de las Naciones Unidas, de Unicef y voceros de organizaciones ambientalistas.
En esta ocasión se conformaron distintos paneles de discusión en los cuales dialogaron sobre los actuales problemas ambientales en torno a la crisis climática y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Uruguay, informó La Diaria.
Algunos de los presentes consideraron positivo el camino y el rumbo del país en lo que respecta a sostenibilidad y medioambiente, sin embargo, hubo quienes tuvieron una visión más negativa sobre el tema. Ese fue el caso de la doctora en Biología Lorena Rodríguez, docente e investigadora del Centro Regional Este (CURE) de la Universidad de la República (Udelar), que lamentó no poder coincidir con las miradas más esperanzadoras.
Según explicó, la floración de cianobacterias en las aguas del Río Uruguay está creciendo en gran medida, dando cuenta de un “colapso de las aguas uruguayas”. “Tuvimos desplazamientos hasta las costas de Rocha, lo que representa un crecimiento de kilómetros”, expresó Rodríguez.
Como motivo de este fenómeno mencionó un vínculo directo con la producción agrícola y ganadera, sus efectos en el suelo, el uso de pesticidas y el cambio en la alimentación del ganado para reducir las emisiones de gases. Sobre este último punto dijo que “las medidas paliativas a nivel ambiental son una forma de tratar un daño enorme con curitas y aspirinas” y pidió una mayor cantidad concreción de acciones políticas para colaborar con problemas como la reserva de áreas naturales. También se refirió al control y a la fiscalización que, según explicó, no se está llevando a cabo de la manera debida por falta de presupuesto.
Entre las distintas problemáticas mencionadas aparece el aumento del nitrógeno y fósforo en aguas dulces, la intoxicación de animales y la pérdida de la biodiversidad.
Distinta fue la intervención del brasilero Eduardo Viola, profesor y experto en políticas climáticas, que felicitó la neutralidad en las emisiones de carbono uruguayas y la baja forestación que habilita a pensar en un futuro más positivo para el desarrollo sostenible del país.
Además, hizo énfasis en la necesidad de erradicar la pobreza y el hambre para combatir la crisis climática de manera efectiva. En ese sentido, consideró necesario fomentar cambios tributarios que disminuyan los impuestos al trabajo y las ganancias, y aumenten los precios a las emisiones de gases de efecto invernadero. A nivel mundial las consecuencias del cambio climático son padecidas principalmente por los más vulnerables, mientras que los más favorecidos son quienes genera el 80% de los gases.
En ese sentido, el director de Limpieza de la IM, Ignacio Lorenzo, coincidió en que el impacto más grande es sentido por las poblaciones más vulnerables y agregó que se debe a que el crecimiento de las urbanizaciones en el continente se dio de manera injusta y desigual.
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