El cambio climático es una realidad. La temperatura del planeta ya superó los 1,1°C. Los pronósticos más optimistas establecen este incremento en los 1,5°C. Los más negativos, lo establecen por arriba de los 2°C. Con esto en mente, científicos de la Universidad de Leeds advirtieron que, si las emisiones de no se controlan, el calentamiento global provocará que la mortalidad infantil relacionada con el calor se duplique. Asimismo, instaron a que se apliquen medidas urgentes de mitigación y adaptación centradas en la salud de los niños.
“Los niños pequeños son especialmente vulnerables a los efectos de la exposición al calor. Tienen una capacidad limitada para termo-regularse y las altas temperaturas pueden aumentar la transmisión de enfermedades y los brotes”, señaló la coautora del estudio publicado en la revista Environmental Research Letters, la doctora Cathryn Birch. En ese sentido, la experta de la Escuela de la Tierra y el Medio Ambiente de Leeds advirtió, en un comunicado, que las emisiones de carbono deberían limitarse al lento incremento de la temperatura, con lo cual se evitaría la muerte unos 6.000 niños cada año en África.
El trabajo que realizaron los investigadores liderados por la Universidad de Leeds, junto a expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), evidenció que estos fallecimientos vinculados con el calor podrían evitarse si el incremento de la temperatura del planeta se limita al establecido durante el Acuerdo de París. Es decir, en los 1,5ºC.
Para determinar estas cifras, los expertos evaluaron el impacto del cambio climático en las muertes vinculadas con el calor entre 1995 y 2050. La población objetivo fueron los niños menores de 5 años del África subsahariana. “Las temperaturas ya están aumentando en África. Desde 1980, las temperaturas han aumentado entre 0,2 y 0,4 °C por década y, a medida que las temperaturas continúan aumentando debido al clima, también lo harán las muertes relacionadas con el calor”, afirmó Birch.
Según las estimaciones de los expertos, si las emisiones continúan en aumento, a mediados de siglo, las muertes infantiles relacionadas con el calor en el África subsahariana podrían duplicarse. Es más, aseguraron que, desde aproximadamente 2009, la mortalidad infantil provocada por el aumento de la temperatura fue “al menos el doble de lo que hubiera sido sin el cambio climático”.
“El aumento de la mortalidad por calor, debido al cambio climático provocado por las actividades humanas y el crecimiento de la población, superó las reducciones en las muertes relacionadas con el calor debido a las mejoras asociadas con el desarrollo, como son las mejores medidas de salud y saneamiento”, afirmaron en el comunicado emitido por la casa de altos estudios. En ese sentido, los autores destacaron la importancia de implementar “medidas urgentes de mitigación y adaptación centradas en la salud de los niños”.
En palabras de Birch, “esta investigación detalla cuáles son las consecuencias reales de permitir que las emisiones de carbono continúen sin control”. “Nuestros resultados subrayan la necesidad de medidas de mitigación más ambiciosas para proteger a las poblaciones vulnerables y la necesidad de una adaptación proactiva y efectiva”, agregó la experta.
Para señalar estos aspectos, los científicos evaluaron tres escenarios de emisión de carbono: bajo, medio y alto; además de su relación con el aumento de las temperaturas globales y el posterior efecto sobre la mortalidad infantil relacionada con el calor.
En un escenario de altas emisiones de dióxido de carbono, sin un verdadero interés en reducirlas, la mortalidad infantil relacionada con el calor se duplicará para 2049, en relación con 2005-2014; y esta región superará las 38mil muertes infantiles al año.
En tanto, ante un escenario de emisiones medias de dióxido de carbono, gracias a recortes urgentes y necesarios o casi ningún recorte en absoluto, los fallecimientos infantiles (en relación con las altas emisiones) caerían entre 2000 y 3000 al año.
Por último, si las emisiones son bajas se podrían evitar entre 4000 y 6000 muertes infantiles, al año, relacionadas con el calor, en África. Para alcanzar este objetivo se tendrían que alcanzar un incremento en la temperatura del planeta de 1,5°C, el mismo que fue planteado en el Acuerdo de París. Para esta meta, se necesitarían recortes rápidos en todos los sectores.
Esta no es la primera vez que los científicos advierten las consecuencias negativas del cambio climático en la salud, ya que también alertaron sobre fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, entre los que se encuentran “las altas temperaturas y el consiguiente el estrés por el calor; y el efecto indirecto de la temperatura sobre las enfermedades infecciosas y la seguridad alimentaria”.
“Los niños en entornos de bajos ingresos con altas temperaturas son particularmente vulnerables al calor debido a problemas preexistentes de infección y desnutrición, sistemas de salud deficientes y viviendas que no brindan suficiente protección contra el calor”, afirmaron los investigadores en el comunicado emitido por la casa de altos estudios y resaltaron que “debido a la disponibilidad limitada de datos ambientales y de salud, ha habido poca investigación en países de ingresos bajos y medianos, particularmente en relación con los efectos en los niños”.
Al respecto, el doctor Shakoor Hajat, profesor asociado de LSHTM, aseguró que, en la actualidad, “existe una comprensión limitada sobre cómo cambian los riesgos de mortalidad infantil ante diversos grados de calentamiento global, debido a la falta de estudios fisiológicos y epidemiológicos sobre el estrés por calor en los niños”. “Se necesita urgentemente más investigación para comprender cómo el calor extremo afecta la salud de los niños y qué intervenciones pueden manejar y mitigar de manera efectiva los impactos del calor en las poblaciones vulnerables y evitar, así, que miles de niños mueran innecesariamente”, recalcó.
“Los estudios en otras regiones con climas tropicales y subtropicales también han demostrado el grave impacto de las altas temperaturas en la mortalidad infantil. Por lo tanto, es probable que el cambio climático haya afectado la carga de mortalidad infantil relacionada con el calor en otras partes del mundo, particularmente el sur de Asia y América del Sur”, aseguró la autora principal de la investigación, la doctora Sarah Chapman.
Asimismo, la científica que inició esta investigación cuando aún era parte de la Escuela de la Tierra y el Medio Ambiente de Leeds, aseveró: “Nuestros resultados resaltan la urgente necesidad de que la política de salud se centre en la mortalidad infantil relacionada con el calor. Este es un problema actual, grave y que solo se volverá más apremiante a medida que el clima se calienta”.
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