La diversidad de árboles de la Tierra es crucial para la biodiversidad y las funciones y servicios de los ecosistemas. Salvaguardarla es una prioridad de conservación debido a la importancia en situaciones como el secuestro de carbono. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que muchas especies de árboles son raras y corren el riesgo de desaparecer.
Son llamados los pulmones del planeta porque purifican el aire y contribuyen a regular el clima. Su impacto sobre el medio ambiente es de un valor incalculable. En muchos países se celebra el Día del Árbol en distintas fechas, por ejemplo en Argentina es el 29 de agosto, el 12 de octubre en Colombia y el 1 de julio en México. El Día Mundial del Árbol que se celebra el 28 de junio fue creado por impulso del Congreso Forestal Mundial en 1969 y luego fue aceptado por la ONU.
Recientemente se conoció un estudio encabezado por Jens-Christian Svenning, profesor de biología en la Universidad de Aarhus en Dinamarca, quien tomó la iniciativa de realizar un proyecto de investigación a gran escala. El experto es el director del Centro para la Dinámica de la Biodiversidad en un Mundo Cambiante (Biochange) y anteriormente participó en el mapeo de las especies de árboles de la Tierra.
En la nueva investigación, recientemente publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), medio de comunicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, que encabezó el especialista, se muestra que para las 46.752 especies de árboles incluidas en el estudio, la mitad de la distribución de cada especie de árbol se encuentra, en promedio, en paisajes sin áreas protegidas. Para el 13,6% de las especies, no hay protección en absoluto, y todas tienen una distribución limitada, lo que en sí mismo las hace vulnerables. Además, un promedio del 14,8% de las especies están expuestas a presión humana alta o muy alta, mientras que el 68,5% están bajo presión moderada. Solo el 17% de las especies no están amenazadas por la presión de las actividades humanas.
Mediante la integración de cinco grandes bases de datos con registros de ocurrencia de especies arbóreas, los especialistas lograron crear este mapeo del riesgo arbóreo. Utilizaron estos datos para calcular la distribución geográfica de cada especie. Luego combinaron estas distribuciones con un mapa global de cuán intensamente las actividades humanas afectan la naturaleza y con la Base de datos mundial sobre áreas protegidas, que incluye información sobre más de 200.000 de esas áreas.
“Al reunir millones de registros recopilados por investigadores y compartidos en bases de datos abiertas, podemos calcular dónde es más importante preservar y restaurar áreas naturales para proteger eficazmente la biodiversidad”, explicó Josep M. Serra-Diaz, quien anteriormente estuvo afiliado a la Universidad de Aarhus y ahora es profesor asociado en AgroParisTech en Francia, pero que fue activo participante de este proyecto.
Los investigadores no solo han cuantificado la amenaza a la riqueza mundial de árboles, fueron un paso más allá y analizaron sugerencias posibles para mejorar la situación. “Lo hicimos calculando las ubicaciones más adecuadas de las posibles áreas de protección si queremos salvaguardar la diversidad, no sólo con respecto a la cobertura de especies, sino también considerando sus diferencias evolutivas y funcionales”, dijo el autor principal, Wen-Yong Guo, quien comenzó el trabajo en Biochange, pero ahora está afiliado a la Universidad Normal de China Oriental en Shanghái.
Los investigadores han basado su trabajo en dos planes existentes para proteger la biodiversidad mundial. El primero, considerando que de acuerdo con el Plan Estratégico de las Naciones Unidas para la Biodiversidad 2011-2020, adoptado en 2010, al menos el 17% de las áreas terrestres, lagos y cursos de agua debían protegerse en 2020. El segundo, tomando en cuenta la Visión 2050 de la Biodiversidad muchos grupos de interés están pidiendo que se acerque a las métricas del Proyecto Half-Earth propuesto por el biólogo de Harvard, EO Wilson, quien aboga por proteger la mitad de la superficie terrestre a más tardar en 2050. Los estudios realizados por el grupo de investigación muestran que la implementación de estos dos objetivos de área marcará una diferencia sustancial.
“Pero adoptar un enfoque amplio o simplemente designar las áreas más convenientes, por ejemplo, tundra deshabitada y áreas desérticas, no tendrá el efecto deseado. Según nuestros cálculos en este estudio, hemos identificado las áreas en que la conservación de la naturaleza hace una diferencia para salvaguardar la diversidad mundial de árboles. Si somos inteligentes, proteger el 17% de las áreas terrestres significaría que, en promedio, una especie de árbol tendrá áreas protegidas en el 66% de los paisajes en los que se encuentra, en lugar del actual 50%”, advirtió Jens-Christian Svenning.
“Con la visión del proyecto Half-Earth, la proporción sería del 83%. Dos tercios de las especies de árboles que actualmente están totalmente desprotegidas tendrán áreas protegidas en los paisajes en los que se encuentran si llegamos a el objetivo del 17%. Pero para lograr esto, tenemos que observar la distribución de todas las especies en todo el mundo y establecer áreas protegidas para que las cubran de la mejor manera posible”, concluyó.
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