Mucho antes de que existiesen las marchas masivas contra la crisis climática a nivel mundial, la imagen de osos polares debilitados, sobre plataformas de hielo cada vez más pequeñas, era un símbolo de uno de sus efectos más brutales. Científicos de todo el mundo vienen alertando sobre la crisis del sistema terrestre desde hace décadas, a la vez que señalan cuáles son las fuentes de mayor emisión de carbono y metano, dos de los principales gases que recalientan el planeta, otra de las amenazas del capitalismo al futuro de la humanidad.
Cuando se habla de cómo el cambio climático afecta al planeta, muchas personas no alcanzan a comprender las graves consecuencias que este fenómeno puede tener, hasta que tiene pruebas tangibles, como es el caso de Osa Polar, un documental de Disneynature que sigue la historia de una madre osa polar que enseña a sus cachorros a sobrevivir en el duro entorno que los animales del Ártico tienen que soportar para poder sobrevivir.
Alastair Fothergill llevaba años queriendo hacer una película de osos polares. “Todos los años íbamos a los Walt Disney Studios en Burbank y presentábamos nuestras ideas. Y cada año, yo proponía los osos polares. Son animales solitarios -osos blancos en medio de un entorno ártico- y a menudo me preguntaba cómo podría hacer una película de 75 minutos sobre ellos. Pero realmente lo creía posible”, explicó el director.
Fothergill, que lleva más de 20 años filmando a los osos polares, sabía que había una historia que contar, y esa idea solo se profundizó en los doce años transcurridos desde que propuso la película a Disneynature, la marca de cine independiente de The Walt Disney Company. “Siempre supe que los osos polares darían la talla: son criaturas increíblemente bellas y simplemente dominantes en su hábitat. Y el paisaje es increíble; es insuperable. Además, los cachorros de oso polar son los más bonitos del planeta, lo que es perfecto para una película”, añadió.
“Si bien el principal objetivo fue crear un película entretenida y poder acercarle a la audiencia este hermoso pedazo del mundo al que la mayoría no podría acercarse de otra manera, queríamos que se queden asombrados por la belleza, el poder y la increíble adaptabilidad y determinación de los extraordinarios personajes que son los osos polares. Además, que se den cuenta de la crisis a la que se enfrentan ellos y todo el planeta. Leemos mucho sobre el cambio climático, pero es muy difícil visualizarlo. Lo que hace esta historia es darle a la gente la oportunidad de ver lo que está sucediendo realmente. Es un reto global y probablemente el mayor al que se ha enfrentado la humanidad”, explicó en diálogo con Infobae el cineasta británico.
Y añadió: “Pero cuando planteamos la película por primera vez, no esperábamos que tuviera un componente medioambiental, porque entonces no sabíamos hasta qué punto iba a afectar el cambio climático al Ártico”, continuó Fothergill. “Siempre supimos que estaba ocurriendo más rápido en el Ártico que en cualquier otra parte del mundo, pero no esperábamos que fuera tan drástico como lo es. Los osos polares se han visto obligados a adaptarse -lo presenciamos y captamos algunos de esos comportamientos- es extraordinario. Pero tienen un duro camino por delante”.
“El corazón de la historia es la familia, ese vínculo entre madres y cachorros”, dijo el productor Roy Conli. “Esa relación dura entre dos años y medio y tres años; en ese tiempo la madre enseñará a sus cachorros todo lo que necesitan saber para sobrevivir”. Para el director Jeff Wilson, que lleva dos décadas investigando y filmando el mundo natural, “es imposible no relacionarse con la madre de nuestra historia y sentirla mientras reflexiona sobre el pasado y se enfrenta a la incertidumbre sobre el futuro en un mundo que cambia rápidamente.”
Wilson y Fothergill trabajaron en Frozen Planet, una serie de 2008 para la Unidad de Historia Natural de la BBC, que alimentó la pasión de ambos cineastas por el Ártico. “Nuestro conocimiento -el conocimiento del mundo- del mundo natural está en constante expansión”, subrayó Wilson. “El oso polar es un animal icónico cuya narrativa es increíblemente poderosa. Cada vez es más poderosa con cada año, dado lo mucho que está cambiando su hábitat. Teníamos muchas ganas de contar su historia. Pero es algo increíblemente difícil de hacer, sencillamente porque el mero hecho de acceder a su hábitat es un reto, y mucho más encontrar a los osos y filmar el comportamiento suficiente para un largometraje. La tecnología ha mejorado mucho, así como nuestra comprensión de cómo acceder al hábitat de los osos. Si hubiéramos intentado esto hace 10 años habría sido casi imposible”.
La actriz estadounidense nominada a los Premios Óscar en dos ocasiones Catherine Keener es la responsable de narrar la película. “Había algo en la calidad de su voz”, indicó Conli. “Es una actriz que, en mi opinión, toma decisiones muy interesantes y con mucho fundamento. Tenía una clara conexión emocional con la historia”. Es que Keener ya era fan de la compañía. “Quería trabajar con los directores y el reparto de osos polares. Es muy importante que nuestra comunidad colectiva aprenda sobre estos temas tan importantes. Espero que las familias puedan debatir sobre dónde está nuestra Tierra y qué podemos hacer al respecto”, remarcó la actriz.
Dirigida por Alastair Fothergill y Jeff Wilson, el equipo de directores detrás de Pingüinos y El Reino de los Monos de Disneynature, y producida por Fothergill, Wilson y Conli, Osa Polar se lanza exclusivamente en Disney+ el 22 de abril de 2022. “Al igual que las anteriores películas de Disneynature, Osa Polar ofrece una experiencia increíblemente bella y verdaderamente cinematográfica. En mi opinión, los niños abrazarán el corazón de esta película cuanto más la vean, construyendo un aprecio por el mundo natural que crece a medida que lo hacen”, subrayó Conli.
“Siempre supimos que los osos polares tenían el potencial de ser personajes realmente especiales para una película como esta. Además de ser animales increíblemente bellos, están perfectamente adaptados a su hábitat que es exquistamente bello. Sabíamos que había muchos comportamientos que nadie había podido filmar. Pero con Disney tienes el personal y la ambición de hacer las cosas que nunca se han hecho antes. Nos pareció que era una película muy contemporánea, una película de nuestro tiempo, porque nos permitía contar el relato más amplio del cambio climático: está ocurriendo cuatro veces más rápido en el Ártico que en cualquier otro lugar del planeta y los osos polares están realmente en la vanguardia de ello”, destacó Alastair.
Desafiando a la naturaleza
El rodaje de la película comenzó en 2019 en Svalbard, Noruega, a 650 millas del Polo Norte. El archipiélago -situado entre la Noruega continental y el Polo Norte- cuenta con glaciares, grandes extensiones de tundra helada, montañas, fiordos, costas... y más osos polares que personas. Durante el invierno y la mayor parte de la primavera, los mares que rodean Svalbard se congelan, proporcionando el terreno de caza ideal para los osos polares.
Trabajar en el Ártico como cineasta dista mucho del trabajo de un oficinista. La región se queda a oscuras desde principios de octubre hasta febrero, temporada conocida como el invierno de las auroras boreales. Las otras dos estaciones son el invierno soleado y el verano polar, y el sol no se pone entre abril y agosto, lo que permite a los cineastas trabajar las veinticuatro horas del día, una bendición y una maldición a la vez. La toma de imágenes de osos polares vagando por la tundra helada era importante para la historia, especialmente las imágenes de madres y cachorros. “Tuvimos que averiguar cómo estar en presencia de los osos durante el mayor tiempo posible para poder captar realmente los momentos de carácter y los comportamientos que sabíamos que podían sustentar una película. Para ello -especialmente en esos meses de invierno- tuvimos que averiguar cómo sobrevivir ahí fuera”, aseguró Wilson.
Los cineastas eligieron un lugar estratégico para acampar y tener las mayores posibilidades de encontrar a los osos que buscaban. Para ello, crearon un revolucionario campamento móvil, ecológico y autónomo, montado en un trineo, con cocina, sala de estar y dormitorios, entre otras dependencias. “Tenía su propia calefacción, generaba su propia agua, nos protegía de los osos y permitía a los miembros de nuestro equipo sobrevivir hasta cuatro meses”, contó Wilson.
Todo tuvo que ser transportado 100 kilómetros a través de un glaciar: la operación duró 10 días. “Sólo eso abrió un nuevo camino”, añadió. “Nadie se había puesto nunca en situación de sobrevivir durante tanto tiempo en ese lugar. Supuso una diferencia significativa en lo que podíamos conseguir y en el nivel de ambición que podíamos tener. Se necesitaron 18 meses de planificación y construcción antes de empezar a rodar”.
Incluso con un campamento de última generación y guías expertos, el rodaje en el Ártico es toda una ardua cuestión. “La oscuridad, el frío y el hielo marino siempre cambiante hacen que sea muy difícil trabajar. El hábitat cambia estacionalmente más que cualquier otro hábitat en la faz del planeta. Los osos viven y viajan sobre el hielo marino, donde cazan focas y se relacionan entre sí. Una vez que el hielo marino se derrite, los osos se vuelven casi totalmente acuáticos. Todo nuestro modo de operar cambia por completo con el deshielo. Pasamos de trabajar con skidoos y vehículos de oruga a hacerlo completamente en barco y viajar miles de millas náuticas en busca de osos”, detalló Wilson.
El equipo de producción trabajó con científicos del Instituto Polar Noruego, que desde hace tiempo comparten sus conocimientos sobre la región y el comportamiento de los osos. Este profundo conocimiento de los osos fue esencial para el éxito del rodaje, pero la producción siguió siendo un reto. El reto fue aún mayor cuando la pandemia mundial impidió a los cineastas rodar durante todo el año. Al final, los miembros del equipo -que incluía un director de fotografía de largo alcance ganador de un Emmy y un BAFTA, un operador de drones premiado y un revolucionario sistema de cámara giroestabilizada y un operador y guías profesionales del Ártico- registraron 241 días de rodaje sobre el terreno.
Filmar al mayor depredador terrestre y al mayor miembro de la familia de los osos conlleva un cierto riesgo. Sin embargo, según los cineastas, no sólo estaban acompañados por guías experimentados, sino que su conocimiento colectivo del comportamiento de los osos los mantuvo a salvo y les permitió capturar mejores imágenes. “Puedes esperar días o incluso semanas sin encontrar ningún oso. Y cuando te encuentras con uno, eso no significa que vayas a poder filmar. Ese oso elegirá si está dispuesto a tolerar que estés en su presencia el tiempo suficiente para filmar; somos muy cuidadosos en estas circunstancias”, remarcó Wilson. Y añadió: ”El oso siempre tiene que aceptarte desde el momento en que apareces en su horizonte. La mitad de los osos te aceptan y la otra mitad no.
La experiencia de los cineastas con los animales se presta a crear un guión preliminar para la película mucho antes de llegar al lugar. “Escribimos nuestro guión inicial de 40 páginas basándonos en nuestras expectativas al haber filmado osos polares en los años anteriores a esta película. Por supuesto, los animales nunca leen los guiones, así que ocurren muchas cosas que ni en tus sueños más salvajes te esperarías”, indicó Fothergill.
Un tema evolucionó a lo largo de la producción, convirtiéndose en una parte esencial de la película. “Era importante para nosotros incluir la historia medioambiental que subraya lo que están viviendo los osos”, manifestó Wilson. Pero para que los espectadores se hicieran una idea de lo que estaba ocurriendo, los cineastas sabían que necesitarían que su historia se desarrollara a lo largo de una década o más. Según Wilson, “sería falso contar una historia sobre un solo oso que hubiera sido testigo del cambio climático, porque en realidad es lo que ocurre durante un periodo de tiempo mucho más largo”. Al elegir contar una historia que abarca 15 años de la vida de un oso, somos capaces de mostrar el tipo de cambios que están ocurriendo en lugares como Svalbard”.
Disneynature y el Fondo de Conservación de Disney continúan con su largo compromiso de cuidar la vida silvestre y sus hábitats apoyando a Polar Bears International (PBI). Entre una serie de actividades, PBI está desplegando una nueva herramienta de detección por radar aéreo que permite a los aviones identificar las guaridas de los osos polares para ayudar a proteger estos lugares para las madres y los cachorros de los osos polares durante este período crucial, dando a cada nuevo cachorro el mejor comienzo posible en la vida.
La organización sin ánimo de lucro también trabaja con las comunidades del Ártico para reducir los posibles conflictos entre osos y personas, así como para inspirar la acción sobre el cambio climático en todo el mundo. “Polar Bears International es una organización excepcional que realiza un trabajo excepcional tanto para los osos polares como para el medio ambiente en el que viven”, indicó Conli. “Conciencian a la población en general de lo que ocurre en el Ártico y de las realidades a las que se enfrentan los osos polares hoy en día, y nos inspiran a todos a tomar medidas para cambiar positivamente el futuro de esta especie. Es un gran orgullo haber trabajado con su increíble equipo”.
12 fun facts sobre los osos polares en Svalbard
- Aproximadamente 3.000 osos polares -una novena parte de la población mundial de osos polares- viven en la región del Mar de Barents, fronteriza con Noruega y Rusia. Se calcula que unos 300 osos polares permanecen en Svalbard (Noruega) durante todo el año.
- Las hembras de oso polar de Svalbard pesan entre 150 y 350 kilogramos y los machos entre 300 y 700 kilogramos. La longitud de los osos polares adultos varía entre 180 y 260 centímetros.
- Los osos polares son el mayor depredador terrestre del mundo y el mayor miembro de la familia de los osos. Sin embargo, como pasan la mayor parte de su vida en el hielo marino, son la única especie de oso clasificada como mamífero marino.
- La temporada de apareamiento de los osos polares es en abril o mayo; las hembras de Svalbard suelen aparearse por primera vez alrededor de los 5 años.
- Las hembras embarazadas engordan mucho, a menudo duplicando su peso cuando construyen una guarida para dar a luz a finales de otoño. Allí entra en un profundo sueño invernal, reduciendo su tasa metabólica y su temperatura corporal para conservar la energía.
- Los osos polares suelen dar a luz en torno al año nuevo a uno o dos cachorros diminutos que pesan apenas un kilo. Gracias a la leche rica en grasa de la madre, la familia puede abandonar la seguridad de la madriguera en marzo o abril, cuando los cachorros han alcanzado unos sólidos 10 kilogramos.
- La madre oso polar no recibe ayuda de su compañero solitario, y los jóvenes siguen a su madre hasta los 2,5 años.
- Los osos polares prefieren comer focas anilladas, la especie marina más común en Svalbard, pero también se conforman con cadáveres de animales, pequeños mamíferos, aves e incluso huevos y vegetación.
- La piel de los osos polares es de color negro intenso, como se ve en su nariz y en las almohadillas de los pies, y absorbe la luz infrarroja del sol para crear calor. Su pelaje es translúcido pero parece blanco porque refleja la luz visible.
- No se dejen engañar por su aspecto tranquilo: los osos polares corren hasta 40 kilómetros por hora y tienen 42 dientes muy afilados, que utilizan para atrapar y devorar a sus presas.
- Los osos polares se ven más a menudo en la superficie, pero pueden nadar durante días para llegar a otra planicie de hielo. La travesía a nado más larga jamás registrada por un oso polar fue de nueve días y 426 millas, comparable a la distancia entre Washington, D.C., y Boston.
- La vida media de un oso polar en la naturaleza es de 15 a 18 años. El oso polar más viejo del Ártico vivió 32 años, y el oso polar más viejo conocido en un parque zoológico vivió 45 años.
SEGUIR LEYENDO: