Por primera vez en 10 años, nació un cóndor andino al sur de Ecuador

La noticia alimentó la esperanza de que contribuya a conservar la especie en peligro

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Un polluelo de cóndor andino nació en bioparque de Cuenca. (Foto: CONEXIÓN NOTICIAS)
Un polluelo de cóndor andino nació en bioparque de Cuenca. (Foto: CONEXIÓN NOTICIAS)

En el Bioparque Amaru, ubicado en Cuenca, al sur del Ecuador, luego de una década nació un cóndor andino en cautiverio. El pequeño, que aún permanece con sus padres, genera expectativas. Primero, porque el “condorito” se une a los 130 aves de esta especie que están censadas; luego, porque sus padres se vuelven una pareja reproductiva que podría contribuir a la conservación de la especie.

La última vez que en esa zona nació un cóndor andino fue en el 2012. Luego de esa fecha, los expertos del parque buscaron emparejar a dos de estas aves. La tarea empezó en el 2020. Al cóndor macho Inty y al cóndor hembra Pacha los juntaron para propiciar el cortejo. Sin embargo, los cuidadores observaban que las aves no tenían “mucha sintonía”. Fue entonces cuando pensaron en separarlos, pero al poco tiempo empezó el cortejo y la hembra demostró signos de gravidez.

Los cóndores vieron su primer huevo a finales de 2021, pero lo rompieron, por su inexperiencia. A pesar del incidente, un mes después, Pacha puso un nuevo huevo cuya incubación tuvo éxito y la cría nació el pasado 25 de febrero.

Según explicó Ernesto Arbeláez, presidente y director de conservación de Fundación Amaru a El Universo, “la formación de las parejas es lenta, la incubación de los huevos y el desarrollo de las crías toma dos años, y para que vuelvan a tener una cría tienen que pasar otros 24 meses; entonces, la tasa reproductiva en comparación con otras aves es espaciada y lenta”. Los expertos del parque esperan que en cuatro meses el cóndor bebé pese unos nueve kilogramos para que tenga menos riesgo. Luego pasará un año y medio para que no dependa de sus padres.

Las poblaciones de cóndores disminuyen

El cóndor andino es un ave que habita en América del Sur y el declive de su población es motivo de preocupación en muchos países. Según la mitología, el ave expresa el ser superior de las personas, después de pasar por un proceso de transformación espiritual que inicia en el inconsciente, que pasa por el consciente y que llega al ser trascendente.

Las sociedades incas lo denominador “kuntur” que significa mensajero de los dioses. Se trata de una de las aves más grandes y robustas del mundo, superando los 140 centímetros de longitud desde el pico a la punta de la cola y 330 centímetros de envergadura. Su cabeza desnuda, adornada por un crespón rojizo y su cuello abrigado por un plumaje blanco, que contrasta con el cuerpo y alas negras, iluminadas por destellos plomizos, hacen ver al cóndor como un ser majestuoso.

En las provincias ecuatorianas de Pichincha, Napo, Imbabura, Carchi y Cotopaxi los habitantes de las zonas que comparten el hábitat con el cóndor, por supersticiones, atribuyen al ave las muertes o enfermedades de su ganado y por esa razón la envenenan. En otros casos se ha verificado la caza ilegal de la especie, lo que constituye un delito ambiental. También el envenenamiento de los zorros es un problema porque se convierten en alimento de los cóndores.

Para Fabricio Narváez, coordinador de proyectos de la Fundación Cóndor Andino Ecuador, en declaraciones para la Revista Vistazo, “una población saludable de cóndor andino debería tener unas 600 o 700 parejas reproductivas”. Lo que resulta inviable en una población de apenas unas decenas de especímenes.

La pérdida del hábitat, los envenenamientos, la cacería o el crecimiento de la frontera agrícola son las principales amenazas del cóndor andino en toda la región. Por eso es fundamental proteger su entorno y salvar al ave de eventuales peligros asociados a su potencial abatimiento. Solo entre el 2018 y 2019 se confirmó la muerte de 20 aves. En el 2014, un cazador fue sentenciado por la justicia ecuatoriana a 3 meses de prisión por haber matado a un cóndor. Las redes sociales se indignaron con el reo tras divulgar unas fotos en sus cuentas personales posando con el ave sin vida mientras forzaba la extensión de sus alas. La Fiscalía utilizó las fotos para iniciar una investigación de oficio. En Ecuador, matar un animal con maldad puede sancionarse hasta con 3 años de prisión, según la legislación penal vigente.

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