Ecuador encara obras para corregir el daño ambiental causado por la construcción de una represa china

Durarán 330 días y buscan encauzar el flujo del agua Río Coca

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Foto aérea que muestra la erosión en la zona de la hidroeléctrica. La presa está en el punto marcado con la letra B. En el punto C es donde se encontraba la cascada que colapsó en febrero. (Instagram/JORGE JUAN ANHALZER)

Para controlar la erosión del Río Coca, aguas abajo de la captación de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la Corporación Eléctrica del Ecuador firmó un contrato de USD 12.95 millones que deberá ser ejecutado en 330 días calendario.

El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, se creó en el gobierno de Rafael Correa y se lo presentó como el “más grande de la historia del Ecuador”. La Central Hidroeléctrica fue construida por la empresa china Sinohydro y está ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Además de tener al menos 7.000 fisuras en los distribuidores de turbina de la casa de máquinas de la Central que han llevado a que Ecuador esté en una batalla judicial con Sinohydro, la Coca Codo Sinclair es una de las causas que ha provocado la erosión regresiva del río Coca y que ahora amenaza al Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE).

La erosión de un río se produce “cuando la hidrodinámica de un río es tan fuerte que puede carcomer las orillas y taludes aledaños a su cauce, cambiando el trayecto original del río” y se vuelve regresiva “cuando el socavamiento se come el lecho del río, pero en sentido contrario a su cauce”, según explicó Esteban Terneus, director de la Escuela de Gestión Ambiental de la Universidad Internacional del Ecuador, en una publicación del 2020.

Aunque la erosión regresiva puede ser un fenómeno natural, Terneus explica que en el caso del Río Coca, “el haber alterado los caudales originales de los aportantes que conformaban la cascada de San Rafael, restándole su capacidad de flujo y conducción de volumen de agua” ha creado “un debilitamiento y resquebrajamiento de los lechos de agua, dejándolos mucho más susceptibles a ser acarreados por el agua, en épocas de intensas lluvias y explosiones súbitas de caudal”.

La empresa ecuatoriana Accyem Proyectos –una de las 11 postulantes entre empresas nacionales y extranjeras– fue la elegida para ejecutar el contrato que implica la construcción de las ataguías, que son estructuras temporales para encauzar el flujo del agua, “para el manejo del río de la primera pantalla de pilotes y de los espigones de direccionamiento para hacer frente a una erosión superficial. Las obras de desvío del río tienen la finalidad de aislar en el terreno el espacio suficiente donde se implantarán las obras de control pantallas rígidas”, según explicó la Corporación Eléctrica del Ecuador en un comunicado. Además, la empresa pública indicó que: “De manera complementaria también se proyecta la construcción de dos espigones para reestablecer el flujo del río hacia el sector derecho del cauce, por lo que, frente a una eventual llegada de la erosión, se direccionará el caudal hacia las obras de control”.

Las obras iniciarán actualmente, durante la temporada de estiaje –cuando el río tiene un nivel de caudal mínimo–, a 1.2 kilómetros aguas abajo de las obras de captación de la central Coca Codo Sinclair.

La Coca Codo Sinclair fue inaugurada por el entonces presidente Rafael Correa –condenado y prófugo de la justicia por el caso de sobornos de Odebrecht–, el ex vicepresidente Jorge Glas –condenado por asociación ilícita en el mismo caso de Correa– y el presidente de la República Popular China, XI Jinping. La Central Hidroeléctrica costó más de USD 2.200 millones y se financió con un crédito otorgado por China. En febrero de 2019, la Contraloría General del Estado estableció en un informe que la obra generó perjuicio económico al país por las fisuras existentes. El perjuicio, por el que Ecuador presentó una solicitud de arbitraje en contra de la empresa china Sinohydro ante la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, supera los USD 1.000 millones.

Una vez concluida la hidroeléctrica, según la Escuela Politécnica Nacional, la morfología del río mostró “cambios importantes” y una tasa de erosión del 42 %. , el coordinador del programa de agua en América del Sur en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Emilio CoboCobo, que cita estos datos en una publicación, señala que “esto muestra claramente la incidencia del proyecto sobre la dinámica del río, cambios que son evidentes en el aspecto del río estos últimos años”.

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