Un invierno especialmente seco y temperaturas más altas de lo normal explican el considerable aumento de los incendios en Chile, que en 2021 registró un 380% más de hectáreas quemadas que el año anterior, informaron este martes las autoridades.
La Corporación Nacional Forestal indicó que en lo que va de año se ha quemado una superficie de 28.723 hectáreas, comparadas con las 6.013 hectáreas del año pasado, siendo la sureña región de La Araucanía la más afectada (17.313 ha), seguida de lejos por Ñuble (2.523 ha) y O’Higgins (1.847 ha).
Este año, sin embargo, se detectaron solo 2.356 incendios, lo que supone una disminución del 14% con respecto a los 2.493 reconocidos en 2020, indicó la institución gubernamental.
Actualmente, al menos seis incendios permanecen activos, aunque el que más preocupa es el que afecta a la comuna de Quillón, ubicada en Ñuble y a 450 kilómetros al sur de Santiago.
Hasta allí se trasladó este martes el ministro chileno del Interior, Rodrigo Delgado, quien aseguró a medio día que el incendio estaba “controlado”.
El fuego, que comenzó la noche del 24 de diciembre y contra el que luchan siete helicópteros, ya ha calcinado 2.100 hectáreas y al menos seis viviendas, de acuerdo con la información oficial.
“A esas familias que han tenido la pérdida total de sus casas, se está haciendo las fichas y vamos a aplicar lo mismo que, por ejemplo, en Castro: el bono de arriendo, de acogida o de enseres, y también la vivienda de emergencia”, aseguró Delgado.
Según explicaron las autoridades, la rápida propagación se debe al llamado “factor 30-30-30″, es decir, más de 30 grados de temperatura, menos de un 30% de humedad en el ambiente y vientos que superan los 30 kilómetros por hora.
Chile, que cada verano sufre numerosos incendios, vive su peor sequía en seis décadas, con el 76% de su territorio afectado por la falta de agua, según Greenpeace.
La situación es especialmente crítica en la zona central, donde miles de habitantes reciben agua diariamente gracias a camiones aljibes y este año se registraron máximas en julio que rozaron los 30 grados en pleno invierno.
Las organizaciones ecologistas denuncian que el modelo de agua chileno, cuyo origen se remonta a la economía instaurada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha agravado la sequía que vive el país como consecuencia de la crisis climática.
Chile es uno de los países con el mayor nivel de privatización del mundo y los expertos calculan que el 80% de los recursos hídricos del país están actualmente en manos privadas.
(Con información de EFE)
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