El gobierno estadounidense anunció este lunes que los automóviles que se venderán en el país a partir de 2023 tendrán que consumir mucho menos combustible que los que se comercializan actualmente, en la última apuesta del presidente Joe Biden para combatir el cambio climático.
“Hemos seguido a la ciencia, hemos escuchado a las partes interesadas y establecemos normas sólidas y rigurosas que reducirán enérgicamente la contaminación que daña a las personas y a nuestro planeta, y al mismo tiempo ahorrarán dinero a las familias”, informó la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Las nuevas medidas aprobadas por el gobierno de Biden revierten las menos estrictas respaldadas por su predecesor, el republicano Donald Trump.
El anuncio se ha hecho público justo cuando el enorme plan de gasto social Build Back Better (Reconstruir Mejor) de Biden puede haber recibido un golpe mortal después de que un senador demócrata clave dijera que no apoyaría el proyecto, de un coste de 1,75 billones de dólares (1,55 billones de euros) y en el que se incluye la financiación de nuevas iniciativas para luchar contra el cambio climático.
Según las nuevas reglas de la EPA, los coches (incluidos SUV y camionetas) deberán ser capaces de recorrer 55 millas o 88,5 kilómetros a una velocidad continua con un galón de combustible (casi 4 litros) para 2026, o sea 40 millas o 64,4 kilómetros en condiciones reales de circulación.
Para conseguirlo, el gobierno cuenta con la capacidad de los fabricantes de automóviles para mejorar el desempeño técnico de los motores, pero también con el aumento de las ventas de vehículos eléctricos.
“Para mediados de 2026, la EPA predice que se pueden cumplir las normas finales, con alrededor de un 17% de vehículos eléctricos vendidos y una adopción más amplia de la tecnología avanzada de motores de gasolina disponible en la actualidad”, dijo.
La agencia estima que “los conductores estadounidenses ahorrarán entre 210.000 y 420.000 millones de dólares (entre 186.000 y 372.000 millones de euros) para 2050 en costos de carburante”.
La reglamentación actual en emisiones, aprobada en marzo de 2020 por la administración de Trump, pide a los fabricantes que mejoren el rendimiento energético de sus modelos en un 1,5% anual entre 2021 y 2026, en comparación con el 5% exigido por el gobierno de su predecesor, el demócrata Barack Obama.
En agosto, Biden había anunciado el objetivo de que la mitad de los autos vendidos en Estados Unidos hacia 2030 sean vehículos de cero emisiones de gases contaminantes.
Biden planteó la medida como una forma de competir con China y otros países que han invertido en vehículos eléctricos al mismo tiempo que busca transformar al sector de transporte de Estados Unidos que es la mayor fuente de emisiones contaminantes.
Desde los jardines de la Casa Blanca dijo que los autos eléctricos allí estacionados son “una visión del futuro que ahora está comenzando a suceder, un futuro de la industria automotriz que es eléctrico, eléctrico de batería, eléctrico híbrido enchufable, eléctrico de pila de combustible”.
“Es eléctrico y no hay retorno. La cuestión es si vamos a liderar o quedar rezagados”, dijo.
El anuncio generó modestos elogios de ambientalistas quienes piden medidas adicionales debido al empeoramiento de la situación climática.
Los “Tres Grandes” fabricantes estadounidenses - General Motors, Ford y Stellantis - aumentaron significativamente sus inversiones en autos eléctricos lo cual torna “más probablemente accesible” la meta de 2030. También expresaron su “ambición común” de que, para 2030, entre el 40% y el 50% de los vehículos vendidos en Estados Unidos sean de este tipo.
(Con información de AFP)
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