Los primeros días de la 26a Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP26) han visto una serie de anuncios de líderes mundiales que prometieron abordar el cambio climático, desde planes para eliminar gradualmente las finanzas públicas para la energía a partir de carbón, hasta el compromiso de acabar con la deforestación.
Este año, muchos nombres importantes, incluidos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de India, Narendra Modi, asistieron a los dos primeros días de la conferencia para hacer grandes anuncios.
“Esto es diferente a lo que ha sucedido en la mayoría de las cumbres anteriores de la COP”, dijo en diálogo con la revista científica Nature, Beth Martin, especialista en negociación climática que forma parte de las Research and Independent Non-Governmental Organizations (RINGO), una red de organizaciones autorizadas a observar las negociaciones de la COP26. Por lo general, las figuras de más alto perfil no están presentes durante la primera semana, pero llegan cerca del final de la reunión para ayudar a salvar las diferencias a tiempo para una declaración acordada y para la obligatoria “foto de familia de la ONU”.
La revista científica Nature preguntó a los investigadores qué piensan de las promesas que se han hecho hasta ahora, mientras los negociadores de unos 200 países se preparan para sumergirse en conversaciones más detalladas.
Emisiones de metano
Uno de los desarrollos clave en la primera semana fue un acuerdo para frenar las emisiones de metano, un poderoso gas de efecto invernadero que ocupa el segundo lugar después del dióxido de carbono en términos de su impacto en el clima. Liderado por los Estados Unidos y la Unión Europea, el compromiso global de metano busca frenar las emisiones de metano en un 30% para 2030 y ha sido firmado por más de 100 países.
“Obviamente, como científico, diría: ‘Bueno, una reducción del 50% en las emisiones de metano para 2030 sería incluso mejor’, pero es un buen comienzo”, aseguró Tim Lenton, director del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, Reino Unido. “Es una palanca adicional que realmente podría ayudarnos a limitar el calentamiento”.
La investigación ha demostrado que frenar las emisiones de metano utilizando tecnologías existentes podría reducir hasta 0,5° C las temperaturas globales para 2100. Sin embargo, al igual que con el dióxido de carbono, la limitación de las emisiones de metano no sucederá por sí sola.
Con su agenda climática enfrentando desafíos en el Congreso, Biden hizo del metano una pieza central de sus compromisos en Glasgow al anunciar una nueva regulación para frenar las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas. Presentada esta semana por la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU, la regla requeriría que las empresas reduzcan las emisiones de metano de sus instalaciones en un 74% durante la próxima década, en comparación con los niveles de 2005. Si se implementa según lo propuesto, podría evitar la liberación de unos 37 millones de toneladas de metano para 2035, lo que equivale a más que las emisiones anuales de carbono de las flotas de vehículos de pasajeros y aviones comerciales del país.
El objetivo cero neto de la India
Después de retrasar las actualizaciones esperadas de los compromisos climáticos de la India en más de un año, Modi capturó la atención del mundo al principio de la cumbre al anunciar que su país buscaría lograr emisiones netas cero para 2070. La fecha límite es décadas después de la de muchos otros países que han hecho compromisos netos cero, y no está claro si India se está comprometiendo a frenar solo las emisiones de dióxido de carbono o la categoría más amplia de emisiones de gases de efecto invernadero. Pero los científicos dicen que el anuncio podría marcar un paso adelante significativo si India cumple.
“Definitivamente nos toma por sorpresa: esto es mucho más de lo que esperábamos escuchar”, sostuvo Ulka Kelkar, economista en Bengaluru que dirige el programa climático indio para el Instituto de Recursos Mundiales, un grupo de expertos ambientales con sede en Washington DC.
Muchos científicos siguen siendo escépticos sobre las promesas de cero neto de mediados de siglo, en parte porque es fácil hacer promesas a largo plazo, pero es difícil tomar las difíciles decisiones a corto plazo que se requieren para cumplir esas promesas. Pero el compromiso de India incluye objetivos medibles a corto plazo, como el compromiso de proporcionar el 50% de la energía del país a través de recursos renovables y reducir las emisiones de carbono proyectadas en mil millones de toneladas de dióxido de carbono para 2030.
Quedan dudas sobre cómo se definirán y medirán estos objetivos, pero los modelos indican que existe un 50% de probabilidad de que tales promesas de cero neto podrían limitar el calentamiento global a 2° C o menos, si todos los países las implementan en su totalidad.
Efectivo climático
Entre una cascada de anuncios de financiamiento climático de esta semana se destaca un compromiso de más de 450 organizaciones en el sector financiero, incluidos bancos, administradores de fondos y compañías de seguros, en 45 países para mover 130 billones de dólares de fondos bajo su control a inversiones donde el receptor está comprometido con emisiones netas cero para 2050.
Las instituciones comprometidas, que forman parte de la Glasgow Financial Alliance for Net Zero, aún no han especificado objetivos intermedios ni calendarios para lograr este objetivo. El 1 de noviembre, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció que se convocaría a un grupo de expertos independientes para proponer estándares para tales compromisos de emisiones netas cero.
Los gobiernos también anunciaron nuevas inversiones en tecnologías limpias. Y más de 40 países, incluidos el Reino Unido, Polonia, Corea del Sur y Vietnam, se han comprometido a eliminar gradualmente la energía del carbón en la década de 2030 (para las principales economías) o 2040 (a nivel mundial), y detener la financiación pública para nuevas centrales eléctricas de carbón.
“Todo esto es significativo”, advierte Cristián Samper, ecologista y presidente de la Wildlife Conservation Society en la ciudad de Nueva York. Y añade: “La participación del sector financiero y de los ministros de finanzas y energía en la reunión cambia las reglas del juego”.
Sin embargo, los anuncios se han visto ensombrecidos por el incumplimiento de los gobiernos de su compromiso de 2009 de proporcionar 100.000 millones de dólares anuales en financiación climática para países de ingresos bajos y medianos para 2020. Los informes sugieren que se necesitarán otros dos años para alcanzar este objetivo, y que alrededor del 70% de la financiación se proporcionará en forma de préstamos.
“Todos asumimos que sería una subvención. No prestamos atención a la letra pequeña ni esperábamos que los países desarrollados se escondieran detrás de los préstamos“, reconoce el economista climático Tariq Banuri, ex director de desarrollo sostenible de la ONU.
Poner fin a la deforestación
Más de 130 países se han comprometido a detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030. Los signatarios, que incluyen a Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia, albergan el 90% de los bosques del mundo.
No es el primer compromiso de este tipo: la Declaración de Nueva York sobre los Bosques de 2014, firmada por una amplia coalición de casi 200 países, gobiernos regionales, empresas, grupos indígenas y otros, pidió reducir a la mitad la deforestación para 2020 y “esforzarse” para acabar con ella 2030.
También existe un compromiso de larga data de la ONU de frenar y eventualmente revertir la pérdida de biodiversidad. Pero esto sigue sin cumplirse y no hay seguimiento oficial. Los investigadores dicen que es poco probable que se logre el último objetivo sin un mecanismo de aplicación.
Por separado, un grupo de países de altos ingresos ha prometido USD 12 mil millones en financiamiento público para la protección forestal entre 2021 y 2025, pero no ha especificado cómo se proporcionará el financiamiento. Una declaración del grupo, que incluye a Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y países de la UE, dice que los gobiernos “trabajarán en estrecha colaboración con el sector privado para aprovechar la financiación vital de fuentes privadas para generar cambios a gran escala”. Esto sugiere que es probable que las finanzas estén dominadas por préstamos.
Aún así, Samper aseguró que hay razones para ser optimistas. Pocas COPs climáticas previas discutieron la naturaleza y los bosques en la escala que ahora se ve en Glasgow. En el pasado, si se mencionaba la biodiversidad en una reunión sobre el clima, “era como si los marcianos hubieran aterrizado”, dice, porque la ONU trata la biodiversidad y el clima como desafíos separados. “Nunca habíamos visto tanta atención. Podría ser un punto de inflexión“.
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