Una escena impactante y muy simbólica marcó la Cumbre del Clima en Glasgow, la ciudad escocesa que acoge desde el domingo la conferencia de la ONU sobre el futuro del cambio climático (COP26). A orillas del río Clyde, portando antorchas y recipientes con agua de sus tierras natales, indígenas de varias partes del mundo caminaron un largo camino muy cerca del lugar donde se están celebrando las reuniones oficiales y fueron recibidos por miembros de los pueblos nativos escoceses.
Desde allí, acompañados por decenas de miembros de las comunidades indígenas presentes en la COP26, se dirigieron a los Jardines de Holden para encender una llama simbólica, que marcará, hasta el fin del encuentro, la unidad de los pueblos y la responsabilidad de los gobiernos con el futuro de la humanidad.
Esta ceremonia impactante mostró la determinación de los representantes indígenas para hacerse escuchar en un momento en que la humanidad está discutiendo su propio futuro. Representantes de los pueblos originarios de varios países del mundo arribaron a Glasgow para hacer un llamamiento a toda la población y especialmente a los jefes de Estado y sus equipos: desde nuestro origen común debemos velar por una acción efectiva, que permita el buen vivir para el futuro de todo ser en el planeta y el universo entero.
La responsabilidad es de todos y de cada uno
Hace décadas que los pueblos indígenas instan a los líderes mundiales a comprometerse con el proceso global de cuidado del planeta de forma seria y responsable. El mensaje se asemeja al planteado por los jóvenes que llegaron a la COP26: los países desarrollados son los que más han contribuido para el calentamiento global a lo largo de los últimos siglos y por lo tanto, deben generar compromisos a nivel local y global para que la economía y la sociedad se orienten a la sustentabilidad.
Más de 200 delegados indígenas están realizando en Glasgow, desde el 30 de octubre hasta el 12 de noviembre, su cumbre paralela, denominada Minga Indígena COP26. Para los pueblos originarios, la palabra Minga representa un acto solidario y colectivo para el logro de un objetivo. Ese término es utilizado para los trabajos en la agricultura, en los espacios comunitarios colectivos y en la construcción de caminos y puentes. Justamente eso es lo que vinimos a buscar en Escocia: generar puentes para la idea de que un futuro mejor es posible si todos los actores se comprometen para lograrlo
Los pueblos indígenas además de basarnos en nuestro conocimiento profundo de la naturaleza, estamos al lado de la ciencia, y los científicos no podrían ser más claros sobre las consecuencias desastrosas de los modelos de desarrollo capitalista, colonialista y destructivo que los gobiernos han privilegiado hasta ahora.
El último informe del panel de científicos del clima (IPCC) ha hecho un llamado urgente de atención no solo para quienes están insertos en el proceso de negociación climática de la COP26, sino para toda la humanidad. Es por esta razón que hemos movilizado muchísimos esfuerzos para lograr que los pueblos indígenas estemos presentes a la conferencia y compartamos la visión indígena de armonía con la naturaleza, de la cual los humanos somos inseparables.
En este sentido, la Minga Indígena se propuso abordar la ciudad con experiencias en torno al arte y la cultura. Sus centros culturales, teatros, iglesias y parques, además del propio río Clyde, serán los espacios para las manifestaciones de los pueblos originarios. Abuelas y abuelos y representantes de la juventud han llegado desde lo más alto de las montañas, lo más profundo de la selva y las islas más apartadas del continente para traer un poco de sus comunidades a Glasgow.
Los delegados llegaron de distintos puntos del planeta, desde el polo norte en Alaska hasta la Patagonia en el sur de Chile, su objetivo es mostrarse y generar un cambio de conciencia hacia un nuevo paradigma.
A diferencia de otros años en los que la Minga Indígena montaba espacios colectivos para dormir, por los protocolos sanitarios impuestos por la pandemia de COVID-19 debieron alojarse en las casas de las familias de Glasgow. Esto ha creado oportunidades para el intercambio cultural, de manera que las familias y en especial los niños puedan experimentar el compartir con culturas tan lejanas.
Volver a conectar con la naturaleza y difundir el respeto al planeta es el principal objetivo de los pueblos indígenas congregados en Glasgow: nuestros esfuerzos colectivos replicarán en el universo, unido con la energía de los que caminaron en este planeta antes y la de los que caminarán después de nosotros. Que el respeto sea la llave para la relación no solo entre los humanos, pero también de nosotros con los animales y las espiritualidades. El planeta no puede esperar.
* Calfín Lafkenche es el coordinador de la Minga Indígena.
SEGUIR LEYENDO: