La etiqueta satelital del tiburón ballena de las Galápagos se encuentra en tierra cerca de Manta, Ecuador. Así lo determinó el Proyecto Tiburón Ballena de las Galápagos o GWSP por sus siglas en inglés. La organización de conservación ambiental reveló que la ruta de las especies protegidas ha cambiado de proyección migratoria entre las Galápagos y la Isla del Coco, al noroeste del archipiélago ecuatoriano, en aguas soberanas de Costa Rica, desde donde se lanzó la señal satelital a Manabí, una provincia costera del Ecuador, a 400 kilómetros de Quito, capital del país andino. Desde allí se puede observar la interacción entre tiburones y barcos de pesca.
GWSP está compuesto por un equipo multiinstitucional del Parque Nacional Galápagos, Centro de Ciencias Galápagos y Acuario de Georgia, que manifestaron públicamente que una marca en el espécimen fue encontrada en tierra en Jaramijó cerca de Manta, un céntrico cantón del litoral en la provincia de Manabí.
Según la información recogida por el portal especializado Bitacora Ambiental, los investigadores adhirieron ocho etiquetas satelitales en la misma cantidad de tiburones ballena en las aguas de la Reserva Marina de las Galápagos. El dispositivo que llegó a las aguas continentales del Ecuador pertenece a una especie hembra de 11 metros que se marcó el 29 de agosto de este año.
Las hembras de tiburón ballena se mueven hacia el norte a lo largo de un área llamada ruta Migravía Coco-Galápagos. Los tiburones martillo, las tortugas laúd y los propios tiburones ballena son algunas especies marinas amenazadas que migran en estas aguas. Entre la Isla del Coco y la Isla Galápagos, el dispositivo envió señales regularmente a la costa continental del Ecuador. Según GWSP, tres días después, la marca envió varias señales desde tierra en la zona de Jaramijó de Manta.
El tiburón ballena es una especie catalogada como especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una organización mundial con sede en Suiza. La ley penal de Ecuador prohíbe su captura y comercialización.
Para estos investigadores, el tiburón ballena está relacionado una concentración grande de atunes y puede haber estado enredado en redes de pesca. Una práctica es colocar una red de cerco alrededor del tiburón ballena para aprovechar esta conexión con el atún, aunque esta práctica ha sido prohibida, pueden ocurrir enredos accidentales.
“Por el peso del tiburón es imposible que este haya caído en un barco palangrero o un artesanal. Los barcos atuneros industriales, los cerqueros, registran este tipo de pesca incidental” dijo María Cristina Cely, especialista en pesca ilegal, a Bitácora Ambiental. Cely enfatizó que todos los barcos registrados en la Comisión Americana del Atún Tropical están obligados a liberar especies protegidas, estén vivas o muertas. Este incidente demuestra una vez más la importancia de la gestión del espacio en nuestros océanos, especialmente las rutas de migración de especies amenazadas”, dijo GWSP.
Para Cely, el primer paso es investigar y encontrar a los responsables no solo de este caso, sino también de los delitos anteriores. Por ejemplo, las 26 toneladas de aletas de tiburones zorro y sedoso que se decomisaron en Hong Kong en mayo del 2020 y que aún permanece como indagación previa en la Fiscalía del Ecuador.
En teoría, si se cruzan los datos sobre las posiciones marítimas de los tiburones y los barcos de pesca, se encontrarán indicios de los barcos involucrados, asegura Cely. La tarea puede parecer simple, la falta de transparencia del país es una de las mayores deficiencias, sentencia la experta en pesca ilegal.
“Varias instituciones, personas de la sociedad civil y hasta asambleístas han solicitado repetidas veces al Ministerio de Producción información sobre la pesca, las embarcaciones, pero no hemos tenido respuesta. Las bitácoras son confidenciales, estos son documentos que registran que se pescó y dónde, pero solo ciertas autoridades tienen acceso a esa información”, puntualiza María Cristina Cely para Bitácora Ambiental.
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