Líderes de más de 120 países se dieron cita este lunes en Glasgow (Escocia) para dar respuesta a la urgencia climática, en una cumbre que debe dar paso a unas negociaciones decisivas (COP26) para combatir el calentamiento del planeta.
El anfitrión, el premier británico Boris Johnson, abrió la cumbre con un discurso con carácter de urgencia. “La humanidad ha jugado durante mucho tiempo a contrarreloj con el clima. Falta un minuto para medianoche, es el momento de actuar”, afirmó.
Posteriormente, el secretario general de la ONU, António Guterres declaró sobre el estrado que la cumbre debe actuar para “salvar a la humanidad” y proteger el planeta. “Es hora de decir basta”, lanzó. “Basta de maltratar la biodiversidad. Basta de matarnos con el carbono. Basta de tratar la naturaleza como un retrete. Basta de quemar, perforar y minar a mayor profundidad. Estamos cavando nuestra propia tumba”, advirtió.
A su vez, el mandatario estadounidense, Joe Biden, expresó: “Podemos mantener la meta de elevar las temperaturas 1,5°C si nos mantenemos juntos. De eso trata la COP26. Glasgow debe ser el inicio de una década de ambición. El cambio climático ya está arrasando con el mundo, destruyendo vidas. Está costando billones de dólares”. Además de repasar los objetivos de los proyectos de ley que impulsa en el Congreso tras arduas negociaciones en su propio partido, aseguró que las iniciativas permitirán acercarse a las metas climáticas y a la vez dinamizar la economía.
El líder demócrata aseguró que sus compromisos se plasman en acciones y no quedan en palabras. “No hay más tiempo para esperar o discutir. Es el desafío de nuestras vidas, una amenaza existencial. Cada día que demoramos, el costo sube. Que sea el inicio de una década de transformación”, instó.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, instó a elevar sus objetivos de reducción de emisiones porque el ritmo actual no permite llegar “a donde hay que estar”. Según expresó, tiene la esperanza de que la cumbre acabe con metas más ambiciosas de “cómo ha empezado” y señaló que será importante también acordar mecanismos para medir los progresos de cada Estado.
La política germana dijo que los países ricos “tienen especial responsabilidad” en liderar el recorte de gases nocivos y deben cumplir su promesa de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para que combatan el cambio climático, lo que se alcanzará, “tarde”, en 2023.
Tras la sesión inaugural de discursos, se da paso al comienzo de las negociaciones a puerta cerrada, que se celebrarán durante dos semanas en paralelo a centenares de actos y anuncios sobre iniciativas dirigidas a combatir el cambio climático y salvaguardar la naturaleza.
El presidente estadounidense Joe Biden, que proclama el regreso de su país a la arena de las negociaciones sobre el clima, es uno de los protagonistas de una cumbre con grandes ausentes, como el chino Xi Jinping, presidente del mayor país emisor de gases contaminantes, y el ruso Vladimir Putin.
De América Latina no acudieron el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ni el brasileño, Jair Bolsonaro, a pesar de que este último estuvo presente en la cumbre del G20, que culminó el domingo en Roma.
En su discurso, el príncipe Carlos, heredero al trono británico, instó al mundo a ponerse “en pie de guerra” para afrontar la emergencia climática. Frente a los delegados, subrayó que el calentamiento del planeta presenta “una amenaza existencial”, incluso mayor que la planteada por la pandemia de COVID-19.
Por su parte, India alcanzará la neutralidad carbono en el año 2070, anunció el primer ministro Narendra Modi: “En 2070 India alcanzará el objetivo de neutralidad neta cero”.
India es el último de los grandes emisores de gases del planeta que anuncia un objetivo de neutralidad carbono, después de que China indicara que lo logrará en 2060.
La COP26 es una cita esperada porque debe desarrollar los principales temas del histórico Acuerdo de París de hace seis años, como el aumento de los compromisos de cada país para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero, la financiación de la lucha contra el cambio climático, o las reglas de transparencia y control mutuo.
Un total de 196 partes firmaron el Acuerdo de París de 2015, y todas ellas tenían idealmente el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta a +1,5ºC. Pero la realidad es que la Tierra se dirige a un aumento de 2,7ºC, y con esos dígitos su clima, sus ecosistemas, entran en “territorio desconocido”, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
-Cincuenta gigatoneladas-
El mundo emite anualmente más de 50 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, según cálculos de la ONU. Una gigatonelada representa 1.000 millones de toneladas. “Nuestros estudios indican que se producirá un incremento de emisiones del 16% en 2030, cuando deberíamos registrar una reducción del 45%”, resumió la secretaria ejecutiva del órgano de la ONU para el cambio climático, la mexicana Patricia Espinosa.
Y aunque públicamente existe la conciencia de que esa situación debe cambiar, subsisten grandes interrogantes sobre el modelo energético alternativo y su capacidad de responder a las enormes exigencias de desarrollo de la mayoría del planeta.
Esas diferencias volvieron a aparecer en la cumbre del G20 en Roma, que aunque ratificó el compromiso con el +1,5ºC, no dio pautas claras para conseguirlo. “Me voy de Roma decepcionado”, declaró el secretario de la ONU, Antonio Guterres.
Biden por su parte acusó directamente a China, Rusia y Arabia Saudita de no estar a la altura del desafío. El presidente estadounidense instó a la comunidad internacional a “mantenerse concentrados” en esos países.
Pero las previsiones de crecimiento mundial implican un desafío global, reconocen los expertos. El G20 es responsable del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y sus miembros volvieron a hacer equilibrios en su comunicado final.
“Los países del G20 dejarán de financiar centrales de carbón en el exterior. Pero habían prometido hacerlo con todas las energías fósiles. Lo que empezó el G20, la COP26 debe terminarlo”, advirtió Pierre Cannet, de la organización ecologista WWF en Francia.
-Consecuencias “aterradoras”-
Los países pobres piden ayuda para mitigar o adaptarse a las consecuencias del cambio climático. Los países ricos prometieron 100.000 millones de dólares anuales, una cifra que ya debieron haber entregado en 2020. Sin embargo, faltan 20.000 millones de dólares. Las principales potencias económicas aseguran que el tema será resuelto en un par de años.
Mientras, países como la Alianza de Pequeños Estados Insulares denuncian las consecuencias “aterradoras” que podrían llegar en poco años si el nivel del mar sigue aumentando, como aseguran los científicos.
“Parece que algunos no tengan miedo, o peor, que sean indiferentes”, declaró su negociadora en Glasgow, Lia Nicholson.
Los líderes mundiales darán sus discursos en un centro de convenciones bajo gran vigilancia, y la mirada desconfiada de ecologistas, entre ellos la sueca Greta Thunberg, que preparan movilizaciones y acciones de protesta.
(Con información de AFP/Jordi Zamora y Anna Cuenca)
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