Son cinco países en la mira: Argentina, Brasil, Arabia Saudita, Japón y Australia. Estas naciones habrían intentado influir en los datos de un informe científico sobre cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de que el organismo internacional reste importancia a la necesidad de abandonar rápidamente el uso de combustibles fósiles y del consumo de ganado para evitar el avance del denominado efecto invernadero. También Noruega marca objeciones sobre el paper medioambiental original.
El lobby de esas naciones quedó al descubierto por una filtración de documentaciones del organismo internacional al que tuvieron acceso los periodistas Justin Rowalatt y Tom Gerken de la cadena británica BBC.
Además de Argentina, entre los países señalados por la supuesta maniobra de presión se encuentran Arabia Saudita, Japón, Australia y Brasil. De acuerdo con ese medio británico los mismos documentos muestran que algunas naciones ricas están cuestionando pagar más a los estados más pobres para ayudarlos a adoptar el uso de tecnologías de energías más limpias.
Según BBC, los documentos muestran que los países tienen diferencias respecto de las recomendaciones de la ONU, pocos días antes de que se les pida que asuman compromisos significativos para frenar el cambio climático y mantener el calentamiento global en 1,5 grados. El próximo 31 de octubre dará inicio en la ciudad escocesa de Glasgow la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26).
Los documentos filtrados son más de 32.000 presentaciones escritas realizadas por gobiernos, empresas y otras partes interesadas al equipo de científicos que compila el informe de la ONU diseñado para reunir la mejor evidencia científica sobre cómo abordar el cambio climático.
Los llamados “informes de evaluación” son redactados cada siete años por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el organismo de la ONU que evalúa científicamente el cambio climático.
Esos documentos son usados por los países para encarar acciones en torno del clima y es considerado crucial para la conferencia que se llevará a cabo en la ciudad escocesa.
Si bien muchos gobiernos han declarado su compromiso en torno de acatar las recomendaciones científicas para evitar el calentamiento global, esta situación estaría poniendo en cuestión su verdadera voluntad y abre interrogantes en torno de los resultados que tendrá la próxima cumbre.
Según la filtración a la que tuvo acceso BBC, varios países y organizaciones argumentan que el mundo no necesita reducir el uso de combustibles fósiles tan rápido como recomienda el borrador actual del informe.
De acuerdo con el medio británico, Argentina, Noruega y la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) están en desacuerdo con la declaración de los científicos. Noruega argumenta que los expertos de la ONU deberían contemplar la posibilidad de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CAC), una herramienta potencial para reducir las emisiones de combustibles fósiles.
Además, indicó BBC, Brasil y Argentina, dos de los mayores productores cárnicos y de cultivos de alimentos para animales en el mundo, argumentan firmemente en contra de la evidencia que consta en el borrador del informe respecto de la necesidad de reducir el consumo de carne para bajar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El borrador del informe afirma que “las dietas a base de plantas pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 50% en comparación con la dieta occidental media”, pero Brasil dice que esto es incorrecto.
Ambos países piden a los autores que eliminen o cambien algunos pasajes del texto que se refieren a “dietas basadas en plantas” que desempeñan un papel en la lucha contra el cambio climático, o que describen la carne de res como un alimento “con alto contenido de carbono”, agregó BBC.
Argentina también pidió que se eliminen del informe las referencias a los impuestos sobre la carne roja y a la campaña internacional “Lunes sin carne”, que insta a las personas a renunciar a la carne por un día.
La nación sudamericana recomienda “evitar la generalización sobre los impactos de las dietas a base de carne en las opciones bajas en carbono”, argumentando que hay evidencia de que las dietas a base de carne también pueden reducir las emisiones de carbono.
Sobre el mismo tema, Brasil dice que “las dietas a base de plantas no garantizan por sí mismas la reducción o el control de las emisiones relacionadas” y sostiene que el foco del debate debería estar en los niveles de emisiones de los diferentes sistemas de producción, más que en los tipos de alimentos, agregó el informe del medio británico.
Brasil, que ha experimentado aumentos significativos en la tasa de deforestación en la Amazonía y algunas otras áreas forestales, también cuestiona una referencia a que esto es resultado de cambios en las regulaciones gubernamentales, alegando que esto es incorrecto.
En cuanto a los combustibles fósiles un asesor del Ministerio de Petróleo de Arabia Saudita exige que “frases como ‘la necesidad de acciones de mitigación urgentes y aceleradas a todas las escalas...’ deberían eliminarse del informe”.
Un alto funcionario del gobierno de Australia rechaza la conclusión de que es necesario cerrar las centrales eléctricas de carbón, a pesar de que poner fin al uso de carbón es uno de los objetivos declarados de la conferencia COP26.
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