Varios países están tratando de cambiar un informe científico fundamental sobre cómo abordar el calentamiento global antes de la COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 que se realizará en la ciudad de Glasgow, Escocia el 12 de noviembre.
Los documentos, dados a conocer por los periodistas Justin Rowlatt y Tom Gerken de la BBC, revelan que varias naciones, entre las que están Arabia Saudita, Japón, Australia, Noruega, Argentina y Brasil, solicitaron a la ONU que minimice la necesidad de alejarse del uso de combustibles fósiles.
Estos informes también muestran que algunas naciones ricas (como Suiza y Australia) cuestionan tener que pagar más a las naciones más pobres para facilitarles la adopción de energías más limpias y menos contaminantes.
A días de que se les pida a los gobiernos que se comprometan a realizar acciones concretas para frenar el cambio climático y mantener el calentamiento global en 1,5 grados, los países parecen estar en desacuerdo con los pedidos de la ONU.
Los documentos filtrados a los que accedió la BBC contienen también más de 32 mil presentaciones escritas de gobiernos y compañías al grupo de científicos que realiza el informe de la ONU, que se hace cada seis o siete años y a cargo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Este informe es fundamental en la decisión de cómo abordar el cambio climático, y un documento crucial para las negociaciones que se llevarán a cabo en la ciudad escocesa en el mes de noviembre.
Según la BBC, la mayoría de los comentarios de los gobiernos son constructivos y buscan mejorar el reporte final. Sin embargo, son varios los países y organizaciones que argumentan en sus escritos que el mundo no necesita reducir el uso de combustibles fósiles tan rápido como se recomienda actualmente.
Un asesor del Ministerio de Petróleo de Arabia Saudita pide que “frases como ‘la necesidad de acciones de mitigación urgentes y aceleradas a todas las escalas...’ deberían eliminarse del informe”.
Por su parte, un alto funcionario australiano rechaza con vehemencia la necesidad de cerrar las centrales eléctricas de carbón.
Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo, reclama eliminar que “el enfoque de los esfuerzos de descarbonización en el sector de los sistemas energéticos debe estar en cambiar rápidamente a fuentes de cero carbono y en eliminar activamente los combustibles fósiles”.
Noruega argumenta que los científicos de la ONU deberían ver la captura y almacenamiento de carbono como una herramienta potencial para reducir las emisiones de combustibles fósiles.
Por su parte, la OPEP pide al IPCC que “elimine la frase ‘el activismo de los grupos de presión, protegiendo los modelos comerciales de extracción de rentas, evita la acción política’”.
Dos de los mayores productores de carne y cultivos para consumo animal del mundo, Brasil y Argentina, argumentan de manera tajante y vehemente en contra de la evidencia que afirma que es necesario bajar el consumo de carne para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Brasil dice que es incorrecto que “las dietas a base de plantas pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 50% en comparación con la dieta occidental promedio”.
Ambas naciones sudamericanas solicitan eliminar o cambiar partes del texto que hacen referencia a “dietas basadas en plantas” que desempeñan un papel en la lucha contra el cambio climático, o que describen la carne de res como un alimento “con alto contenido de carbono”.
Argentina, además, cree que hay que quitar del informe las referencias a los impuestos sobre la carne roja y a la campaña internacional “Lunes sin carne”, que insta a las personas a renunciar a la carne por un día, y dice que hay que “evitar la generalización sobre los impactos de las dietas a base de carne en las opciones bajas en carbono”.
Brasil afirma que “las dietas a base de plantas no garantizan por sí mismas la reducción o el control de las emisiones relacionadas”. Este país también cuestiona una referencia a que la deforestación es resultado de cambios en las regulaciones gubernamentales, y dice que es incorrecto.
Con respecto a la energía nuclear, varios países, en especial de Europa del Este como República Checa, Polonia y Eslovaquia, dicen que el borrador del reporte debería ser más positivo sobre el papel que puede desempeñar la energía nuclear en el cumplimiento de los objetivos climáticos.
India argumenta que “casi todos los capítulos contienen un sesgo en contra de la energía nuclear”, y afirma que es una “tecnología establecida” con “buen respaldo político, excepto en unos pocos países”.
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