En el último tiempo la lucha ambiental ha cobrado relevancia a ojos de la sociedad. Tanto es así, que los partidos políticos comienzan a ver la necesidad de incluir la temática en sus agendas programáticas. Sin embargo, la atención ganada no siempre se ha dado por buenas razones. Mientras que la ciencia nos señala la necesidad de reducir nuestras emisiones urgentemente, la agenda climática en Argentina muchas veces es dejada de lado, argumentando que estamos en un país en crisis y no es momento para abordar cosas pequeñas.
Para peor, en los últimos meses el debate público ha girado en torno a resonadas declaraciones donde se niega la existencia del cambio climático. Ahora bien, los emisores de tal discurso no deben ser entendidos como locos sueltos que actúan en solitario. Y lo que es más, sus argumentos (o la falta de ellos) no tienen nada de novedoso. La línea discursiva es, palabras más palabras menos, la misma que replican los negacionistas de distintas partes del mundo.
¿ Qué es el cambio climático y cómo se produce?
Debemos comenzar explicando qué son los gases de efecto invernadero. Los gases de efecto invernadero son aquellos gases que se encuentran en la atmósfera, que absorben y retienen el calor que irradia desde la superficie de la Tierra producto de la radiación solar.
¿Por qué esto es así? Porque al contrario de nuestra intuición, aunque la fuente de energía más importante de la tierra es el Sol, la atmósfera se calienta desde abajo y no desde arriba. La energía que viene del Sol entra a nuestra atmósfera como radiación de longitud de onda corta. Los gases que componen la atmósfera casi no absorben este tipo de radiación así que la mayoría sigue de largo y llega a la superficie: a océanos y continentes.
En cambio, la superficie sí absorbe esta radiación. Pero sólo en parte, pues otra parte se refleja. Esa parte que no se absorbe rebota hacia arriba pero como longitud de onda larga, y ésta sí puede ser absorbida por los gases de efecto invernadero que se encuentran en la atmósfera.
Este proceso, denominado efecto invernadero, es el que mantiene la temperatura de la Tierra más caliente de lo que sería de otra manera, permitiendo que exista la vida en ella. Sin estos gases, de acuerdo a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EEUU (NASA), la temperatura promedio de la tierra sería de 18°C bajo cero, haciendo a la misma inhabitable.
Sin embargo, la atmósfera tiene una ventana que permite que parte de la radiación que rebotó desde la tierra se escape hacia el espacio. Esa ventana es lo que permite que haya un equilibrio, haciendo a la tierra suficientemente caliente para ser habitada, pero no demasiado como para sufrir graves consecuencias climáticas. Si esta ventana atmosférica se cierra, el equilibrio se rompe y la temperatura de la atmósfera aumenta. Y eso es lo que está pasando: los humanos estamos cerrando esa ventana al aumentar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera de forma desmedida.
Aunque muchos de los gases de efecto invernadero se producen naturalmente en la atmósfera, la actividad humana acrecienta su producción de manera excesiva, contribuyendo a un gran aumento de temperatura en muy poco tiempo, lo que produce el calentamiento global, que es justamente, una suba de la temperatura en el planeta. Este aumento del calor, ocasiona las alteraciones climáticas que conocemos como cambio climático: enfermedades, escasez de alimentos, aumento del nivel del mar, desastres naturales, destrucción de ecosistemas, etc.
Por todo esto, el cambio climático es la consecuencia del calentamiento global producido por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora repasemos 5 falsas ideas de los negadores del cambio climático
1) “Hace frío, entonces el cambio climático es mentira”
El último informe “Cambio Climático 2021: Bases Físicas” elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas no hace más que reiterar lo que la ciencia viene sosteniendo hace años.
Al día de hoy, la temperatura media global se encuentra 1,1°C por encima de la era pre-industrial. De esta manera, no importa si un día hace frío en una determinada parte del mundo. Lo que interesa es el promedio de temperatura global, que va ascendiendo año a año. No hay que mirar la foto, sino la película.
2) La temperatura global ya subió en otros momentos de la historia
Efectivamente, la temperatura ha oscilado a lo largo de la historia de manera natural. Como podemos observar en el cuadro, la primera enseñanza es que la escala importa. En el pasado, los cambios de temperatura han tardado miles o millones de años en manifestarse. En cambio, en la actualidad esa variación de temperatura se está dando con tan sólo algunos cientos de años. La clave es la velocidad con la que se producen esos cambios de temperatura.
En segundo lugar, lo que los negacionistas omiten es que las proyecciones elaboradas por la ciencia nos indican que de no hacer nada por revertir esta situación, para 2100 la temperatura podría situarse 4.5°C por encima de los niveles preindustriales. Así las cosas, en poco tiempo podríamos tener la temperatura de hace 5 millones de años, cuando los humanos no habían evolucionado, y la sociedad actual no existía.
El hecho de que en el pasado haya habido temperaturas altas, no significa que no sea un problema en el presente, dado que la civilización tal y como la conocemos no existía en ese momento. Hace 250 millones de años, la temperatura del planeta aumentó tanto que se produjo lo que conocemos como La Gran Muerte, provocando la extinción del 90% de las especies que habitaban la Tierra.
3) La temperatura sube y baja de forma natural
A lo largo de la historia, la Tierra ha oscilado entre glaciaciones y periodos más cálidos. Esto no fue causado por los humanos, sino por cambios en la energía radiada por el Sol, la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y el ángulo de rotación de la Tierra.
Sin embargo, lo que está sucediendo ahora es distinto. De acuerdo a diversos estudios científicos, muchos de ellos publicados en las revistas Science y Nature, el planeta comenzó hace poco una fase natural de enfriamiento que debía culminar en aproximadamente 1,5 miles de años. En cambio, durante los últimos 250 años, la Tierra ha aumentado su temperatura en 1,1 °C.
Ahora bien, ¿cómo podemos estar seguros de que los humanos somos la causa? El último informe del IPCC no deja lugar a dudas, y asegura que el cambio climático es causado por la actividad humana. El aumento de temperatura de la tierra coincide con la mayor cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera. En efecto, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) ha crecido vertiginosamente los últimos años, a causa de la actividad humana, principalmente la quema de combustibles fósiles.
A la vez, podemos afirmar que estos niveles de emisiones no son naturales. El nivel actual de dióxido de carbono, el gas responsable por el 74,4% de las emisiones de efecto invernadero, no tuvo lugar en épocas pasadas con temperaturas similares a la actual.
4) El cambio climático es una falacia impuesta por el socialismo
Los datos alarmantes sobre el cambio climático surgen de los expertos, no de una agrupación política determinada. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) está compuesto por científicos electos por los Estados de los 193 países miembros de la ONU, que no cobran por el trabajo que hacen. Dicho grupo viene elaborando informes desde 1988, de manera tal que resulta irrisorio pensar que una mentira pueda mantenerse durante tanto tiempo y con tantos actores diversos.
Asimismo, resulta menester destacar que, tal y como señala Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor senior de Política Climática en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN): “El informe del IPCC es el reporte más importante a nivel mundial sobre cambio climático, que compila información científica pública disponible de todo el mundo basándose en más de 14 mil papers científicos revisados”. De manera tal que ese grupo lo que hace es compilar y procesar información ya existente a lo largo y ancho del mundo.
5) Los países pobres no pueden ocuparse del cambio climático
En el caso de la Argentina, muchos negadores del cambio climático aseguran que un país con 40% de pobreza tiene otros problemas de los que ocuparse. Si bien existen estos problemas urgentes, a la par, también es cierto que la contribución de Argentina al cambio climático es menor, ya que representa menos del 1% de las emisiones globales.
En los países pobres y con muchas desigualdades, la crisis climática no hará más que profundizar dichas condiciones preexistentes. Así las cosas, es responsabilidad de los gobiernos de cada país de actuar de manera urgente para enfrentar el cambio climático.
Cuando hablamos de energías renovables y eficiencia energética, no hablamos sólo de una política de mitigación del cambio climático, sino también de una oportunidad para alcanzar la soberanía energética, generar trabajo y desarrollar la industria y técnica nacional con valor agregado para las exportaciones. Cuando hablamos de la importancia de los ecosistemas y espacios verdes, no estamos hablando únicamente de capturar carbono y reducir la temperatura, sino también de mejorar la calidad del aire y el disfrute del espacio público para los habitantes de las ciudades.
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