Según un estudio publicado en la revista Nature, más de la mitad de las reservas de combustibles fósiles del planeta deben permanecer en el suelo si el mundo quiere alcanzar la mitad de sus objetivos climáticos más ambiciosos. La investigación determinó que el 60% del petróleo y el gas natural, y el 90% del carbón, deben permanecer sin extraer y sin usar desde ahora y hasta el 2050. Eso sería vital para que el mundo tenga al menos la mitad de posibilidades de frenar el calentamiento en 1,5 grados centígrados.
Estos resultados son ampliamente consistentes con los hallazgos de numerosos informes recientes, de las Naciones Unidas, la Agencia Internacional de Energía y otros, que “han proporcionado evidencia de que se requieren recortes dramáticos en la producción de combustibles fósiles de inmediato para avanzar hacia la limitación del calentamiento global a 1,5 grados”, explicó Dan Welsby, investigador del University College London y autor principal del estudio.
Según el Acuerdo Climático de París, las naciones están trabajando para mantener las temperaturas globales dentro de los 2°C de sus niveles preindustriales, y dentro de los 1,5°C si es posible. Las investigaciones sugieren que los efectos del cambio climático como derretimiento de los glaciares, aumento del nivel del mar y condiciones meteorológicas más extremas, subirán a temperaturas más altas. Los objetivos de Acuerdo de París son un intento de limitar las consecuencias del calentamiento global tanto como sea posible. Sin embargo, los estudios sugieren cada vez más que el objetivo de frenar 1,5 °C se aleja cada vez más.
El mundo ya se ha calentado más de un grado celsius desde el inicio de la era industrial, que comenzó hace unos 150 años. Un informe histórico de la ONU sobre el cambio climático, publicado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, advirtió que la marca podría subir 1,5°C en dos décadas. Para tener incluso un 50% de posibilidades de alcanzar el objetivo, sugiere el informe de la ONU, el mundo puede emitir solo alrededor de 460 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono adicional a la atmósfera. Eso es otros 12 años más o menos de emisiones al ritmo al que va el mundo actualmente. Eso significa que las emisiones globales de carbono deben reducirse drásticamente e inmediatamente para alcanzar el objetivo.
Pequeños gestos, grandes consecuencias
El nuevo estudio, publicado por cuatro investigadores del University College London, mostró un retrato igualmente urgente y observó al futuro desde un ángulo diferente. En lugar de calcular las emisiones de acuerdo con un objetivo de 1,5°C, estimó la cantidad de reservas de combustibles fósiles que deben quedar sin utilizar. El informe comenzó con una estimación de carbono de aproximadamente de 580 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. Eso se basa en un informe anterior del IPCC , de 2018, centrado en el objetivo de 1,5°C, el informe más reciente sugiere un presupuesto sustancialmente menor.
Luego, los investigadores utilizaron un modelo especial para simular cómo los sistemas energéticos del mundo podrían evolucionar en las próximas décadas para mantenerse dentro de ese presupuesto. Por ejemplo, las simulaciones sugieren un rápido cambio de los combustibles fósiles hacia las fuentes de energía renovables. El modelo también asume una cantidad sustancial de eliminación de dióxido de carbono en el futuro, utilizando varias formas de tecnología para succionar carbono de la atmósfera.
Incluso con estas suposiciones, el estricto presupuesto de carbono era “esencialmente el límite mismo de lo que nuestro modelo puede resolver”, advirtió James Price, otro autor del estudio. El modelo intenta ceñirse a restricciones realistas sobre los costos y la velocidad a la que las economías globales pueden reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
El modelo sugirió que son necesarios recortes pronunciados en la producción de combustibles fósiles de aquí a 2050 para cumplir con el objetivo de 1,5°C. Para ciertos tipos de combustibles fósiles en ciertas partes del mundo, el modelo implicaba que la producción ya debería haber alcanzado su punto máximo. Para otros, la producción debe comenzar a caer de inmediato. Para todas las regiones del mundo, por ejemplo, el estudio sugiere que la producción de carbón ya debería haber alcanzado su punto máximo. La extracción de petróleo en todas las regiones debería haber alcanzado su punto máximo para ahora o al menos para el año 2025.
Para el gas natural, hay un panorama regional más complicado. En gran parte de Europa, Estados Unidos y Rusia, por ejemplo, la producción de gas debe alcanzar su punto máximo ahora. Por otro lado, la producción de gas puede seguir aumentando durante un tiempo en otras partes del mundo. El Medio Oriente, África y ciertas partes de Asia podrían ver un aumento en la producción de gas hasta la década de 2030 antes de comenzar a caer.
En total, la producción de petróleo y gas debe disminuir en aproximadamente un 3% cada año hasta 2050, encontró el estudio. Muchas regiones con las mayores reservas de combustibles fósiles deben mantener proporcionalmente grandes porciones de esos recursos en el suelo. Canadá, por ejemplo, debe mantener el 83% de su petróleo extraíble en el suelo, en comparación con alrededor del 38% en Rusia y otros estados ex soviéticos.
En Estados Unidos, el estudio sugiere que el 31 % de las reservas de petróleo, el 52% del gas natural y el 97% del carbón deben permanecer en el suelo. Estos recortes ya son abruptos. Pero es probable que el estudio haya subestimado el desafío, advierten los autores.
Por un lado, el documento investiga solo lo que se debe hacer para tener un 50% de posibilidades de alcanzar el objetivo de 1,5 C. Mejores probabilidades requerirían una acción aún más fuerte. El estudio también asumió un mayor cálculo de carbono, lo que significa que se permite más emisiones, de lo que sugiere el informe más actualizado de la ONU.
El modelo utilizado en el estudio también supone una gran cantidad de eliminación futura de dióxido de carbono, basándose en tecnologías sobre las que muchos científicos aún son escépticos. Entonces, ¿son posibles estos recortes de producción? “Ciertamente son técnicamente viables”, propone Welsby. Pero advirtió que, en este momento, “nuestros planes globales y trayectorias operativas de combustibles fósiles van en la dirección completamente equivocada”. Para Price, ”realmente se trata de tener la voluntad política para resistir la tentación de extraer hasta la última gota de combustibles fósiles y concentrarse en presionar realmente con fuerza la economía baja en carbono. Definitivamente es factible, pero se reduce a una cuestión política”.
La mayoría de las consecuencias climáticas ocurren en efecto cascada y se potencian: cada pequeño calentamiento las empeora, lo que significa que cada pequeño calentamiento prevenido marca la diferencia. Sobrepasar los 1,5°C no significa que el mundo se caiga inmediatamente por un precipicio climático. Al mismo tiempo, trabajar para limitar las temperaturas globales tanto como sea posible debería seguir siendo el objetivo final.
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