Reapareció en Ecuador una especie de sardina que estaba extinguida desde hace 30 años

Fue hallada en el Parque Nacional Yasuní, en el noreste del país

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Después de 30 años, se
Después de 30 años, se redescubrió a una sardina que se creía extinta.

Una especie de pez considerada como desaparecida en Ecuador reapareció después de 30 años en una laguna de aguas negras del Parque Nacional Yasuní, un área natural protegida localizada al nororiente de Ecuador, en las provincias amazónicas de Pastaza y Orellana.

El animal acuático encontrado fue el Hemigrammus unilineatus que es una especie de pez de la familia characidae. Comúnmente se le denomina sardina, aunque estas pertenecen a la familia de los clupeidos que es distinta a la de la especie encontrada. Sin embargo, la información oficial habla de sardinas, con lo cual no queda claro el uso correcto de las categorías ictiológicas.

La characidae es una familia de peces de agua dulce subtropical y tropical, del orden de los characiformes. Los characiformes son un orden de peces con escamas que comprende a los caracinos y demás parientes incluyendo a las pirañas.

Los caracinos se encuentran en lagos tropicales y muchos ríos de Sudamérica, Centroamérica, y África central. Esta y otras evidencias sugieren que primero se diversificaron durante el Cretáceo, hace 145 millones de años. Pocos caracinos se hicieron muy grandes, y son importantes como alimento y hoy como deporte. Muchos son muy pequeños y populares en acuarios por sus brillantes colores y tolerancia a vivir en tanques.

El Hemigrammus unilineatus es un pez gregario y no agresivo que se reproduce con facilidad en cautividad, que vive en zonas de clima tropical y de la zona intertropical que se ubica entre los trópicos de Cáncer y de Capricornio y que rodea la línea del ecuador.

La Hemigrammus unilineatus son originarios de Trinidad y Tobago, de los ríos costeros de Venezuela, Guayana, Surinam y la Guayana Francesa, además de las cuencas de los ríos del Amazonas en ocho países, entre estos Ecuador.

El Instituto Nacional de Biodiversidad del Ecuador anunció el hallazgo. El INABIO, por sus siglas en castellano, es un instituto público de investigación adscrito al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del gobierno del Ecuador. El INABIO presentó los resultados de su investigación en conjunto con el Instituto Biósfera de la Universidad San Francisco de Quito.

El redescubrimiento fue documentado por los ictiólogos Jonathan Valdiviezo-Rivera, Martha Buenaño Carriel y Daniel Escobar-Camacho, y publicado por Check List the Journal of Biodiversity Data en su edición más reciente, de agosto de 2021 y que está disponible para descarga libre en la internet.

En el mundo la especie fue descrita por primera vez hace 163 años en los ríos de Trinidad y Tobago. En Ecuador la especie fue reportada por primera vez en 1981 en una laguna del Parque Nacional Yasuní. A partir de 1991, ningún estudio logró informar sobre la presencia de esta especie en Ecuador. Según los expertos, esto podría deberse especialmente a que la especie es difícil de encontrar durante los muestreos ictiológicos.

La Hemigrammus unilineatus habita en ríos de movimiento lento, afluentes, lagos sinuosos y acequias. Algunos de estos lagos contienen agua clara, mientras que otros tienen una gran cantidad de sedimentos en suspensión o son turbios. Por eso se denominan lagos de agua negra, lo que no debe confundirse con piscinas para el tratamiento de aguas servidas. Es una especie pacífica que convive fácilmente que otras especies mucho más grandes o bulliciosas. Los machos pueden llegar los 5,3 cm de longitud total.

Como todos los Hemigrammus, el estado taxonómico de esta especie es actualmente incertae sedis, lo que significa que es difícil ubicar a la especie dentro de una clasificación. El género se utiliza actualmente como una especie de comodín, lo que ocurre con más de 70 especies similares. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que se requiere una revisión completa sobre su taxonomía, con el resultado probable de que muchas especies se incluyan en géneros nuevos o diferentes. Por ejemplo, en el estudio de Valdiviezo-Rivera, Buenaño Carriel y Escobar-Camacho no se utiliza el término sardina para definir esta especie.

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