El stress hídrico en la cuenca del Paraná, las repetidas olas de calor, los incendios forestales que se propagan fácilmente, tormentas extremas que dejan pueblos con instalaciones devastadas y hasta la invasión de carpinchos en los humedales del Delta no hacen más que confirmar los escenarios que los científicos anuncian hace más de tres décadas: la crisis climática es una realidad y nos afecta, directamente, de diferentes maneras. La pregunta es: ¿qué está haciendo la Argentina para poder enfrentar estos eventos que se vivirán con mayor frecuencia?
En los papeles el país aparece entre los firmantes del Acuerdo de París, para frenar la temperatura global promedio en 1,5ºC. En abril se anunció un compromiso más ambicioso en términos de lucha contra la crisis climática que promete mayor reducción de emisiones de gases de efecto invernadero e inyectar en la matriz energética (generación) fuentes renovables hasta llegar al 30% dentro de menos de nueve años. Por ahora, ese porcentaje alcanza el 8 por ciento.
Sin embargo, en las promesas de corto plazo no parece tan ambicioso: la apuesta al petróleo y gas de Vaca Muerta u offshore; el avance de la deforestación y de la frontera agropecuaria y el desarrollo de nuevos extractivismos no son, precisamente, las recomendaciones que hacen los organismos internacionales para comenzar con la descarbonización de la economía.
El Ministerio de Ambiente encabeza hoy los planes de estrategia a largo plazo, es decir 2050, y también coordina las reuniones con los responsables de las provincias que trabajan en sus propios programas. Sin embargo, carteras como Producción o Energía participan poco de estos planes y han enfocado su agenda en la explotación del litio y el desarrollo de baterías para movilidad sustentable como anuncio más importante. Es un paso importante, pero no debería ser el único.
“Desde Ambiente están avanzando como pueden con los compromisos internacionales. Lo que no se ve es un acompañamiento de otros ministerios. Los planes de implementación de la NDC (Compromiso Nacional Determinado, por sus siglas en inglés) tendría que estar desarrollándose, con instancias de participación todo este año... Y todavía no tuvimos noticias”, indicó Enrique Maurtua Konstantinidis, experto en cambio climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), organización que participa activamente en el armado de escenarios posibles a futuro.
El titular de Ambiente, Juan Cabandié, se refirió a esa cuestión: “Hay que ponerle plazos a la transición energética porque el Presidente y el país, de manera formal, se comprometió a alcanzar el 30% de renovables para 2030 y esa es la razón por la que el Ministerio rechaza la concesión offshore (que se quiere desarrollar frente a las costas de Mar del Plata). En el escenario ideal pensamos que el área de Ambiente no puede ser testimonial, no podemos reducirnos a plantas de tratamiento de residuos. Pero en algún momento el Estado argentino va a tener que tomar la decisión que los temas de energía como los de agua estén dentro de Ambiente. Esto no sólo pasa en países del Norte. El ministerio debería ser una cartera de Transición Energética. Miremos a la región: Costa Rica, Bolivia ya tienen, por ejemplo, una cartera que se encarga del agua”.
Según el inventario nacional de Gases de Efecto Invernadero, los sectores de Energía y Transporte son los que mayores emisiones generan (un 53% de las emisiones totales), seguidos por Agricultura, Ganadería y otros usos del suelo (37%). En este sentido “se está trabajando para promover la intermodalidad: reactivar ramales del tren de cargas para los traslados largos, y usar los camiones para tramos más cortos”, detalló Cabandié.
En FARN, que presentó su Informe Ambiental Anual, Maurtua sostuvo que “las metas están alineadas con la necesidad de reducir emisiones, pero no se condicen con otros anuncios, como los subsidios a combustibles fósiles o un potencial acuerdo con China para instalar megagranjas porcinas”.
¿Estamos a tiempo de hacer algo?
“Sí siempre se puede hacer algo. La pregunta es si Argentina quiere estar en línea con un mundo descarbonizado, con la oportunidad de ponerse a la altura de las circunstancias, o si se va a perder el tren. En Argentina no se ve ni siquiera una estrategia de diversificación económica. Todos los huevos están en la canasta frágil y sucia de los combustibles fósiles”, agregó el experto de la ONG.
Este año la Agencia Internacional de Energía, fundada por países petroleros, por primera vez trazó una hoja de ruta para que en 2050 el mundo pueda ser carbono neutral, esto significa emitir lo mismo que se pueda capturar de gases de efecto invernadero. Para conseguirlo es necesario cambiar drásticamente los modelos de consumo y producción.
“Hay que construir un escenario de transición y hay que descarbonizar algunas cabezas del siglo XX. Es un cambio cultural, hay sectores que aún le ven un lado virtuoso exclusivamente al sector primario. Hace años que tenemos soja y extractivismo y hoy seis de cada 10 chicos son pobres. El modelo extractivista expulsa”, dijo Cabandié a Infobae.
Según el ministro, la Argentina debería trabajar en cuatro ejes principales:
-Dejar de deforestar: “Tenemos que mejorar la ley de bosques nativos, que las provincias delimiten su área productiva y en ese marco penalizar el delito ambiental. Al mismo tiempo hay que crear el andamiaje jurídico para que contenga esas instancias judiciales”.
-Reducir las emisiones: “Hay que trabajar en desarrollar las energías solar, eólica y la producción de hidrógeno”
-”También tenemos que trabajar en la infraestructura urbana y repensar la movilidad para ir hacia lo eléctrico”
-”Una de las cuestiones en las que vamos a insistir es en que somos un país acreedor ambiental. Hay un fondo de 100.000 millones de dólares que los países desarrollados nunca pusieron. Esto también hay que decirlo”.
Para Maurtua Konstantinidis, la clave es acelerar estos cambios. “Eficiencia energética y Renovables. Son dos puntos en donde se puede mover la aguja rápidamente, creando empleo y favoreciendo la seguridad energética. Eso con una acción contundente frente a la deforestación puede generar un buen golpe de timón. Pero la lucha contra el cambio climático es integral. Ningún área viene antes que la otra. Transporte, Agro, ganadería y residuos también hay que abordarlos”.
En términos de adaptación, por ejemplo a inundaciones por lluvias extremas o repetición de olas de calor, el experto fue claro: “No todo es infraestructura. Es normal que se busque por ese lado, es a lo que la política está acostumbrada. Pero hay muchas otras cosas que son importantes: conservación de ecosistemas, más información, sistemas y protocolos ante emergencias. Es fundamental utilizar los mapas de riesgo (que existen) a la hora de planificar.”
Encuentro climático regional
Los gobiernos de Argentina, Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, co-organizarán el 8 de septiembre el “Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas”, que reunirá a representantes de Estado, sector privado, financiero, académico, organismos multilaterales de crédito y organizaciones de la sociedad civil, para pensar juntos sobre ambición climática, medios innovadores de implementación y medidas para mejorar la adaptación y la resiliencia en los países del continente.
El diálogo virtual, que se transmitirá en vivo, se desarrollará en tres segmentos que darán lugar a un debate de alto nivel, paneles de discusión técnica y una mesa redonda ministerial. “Durante el mismo, se abordará la mejora de la ambición climática en vistas a la próxima COP 26 a desarrollarse en Glasgow, el diseño de nuevos mecanismos para acceso a medios de implementación, el fortalecimiento de la resiliencia y la reducción de la vulnerabilidad frente a los impactos del cambio climático”, indicó el Ministerio de Ambiente mediante un comunicado oficial.
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