Dos argentinos, una idea y una urgencia. La fórmula podría aplicar a miles de historias, pero en este caso mezcla innovación, crisis climática y el objetivo de llegar a pequeñas y medianas empresas, el motor de producción de la Argentina pero que rara vez tienen recursos para invertir en acciones contra el calentamiento global.
Así surgió The Carbon Sink, una plataforma de medición de la huella contaminante que dejan empresas e individuos. Una herramienta central de gestión, indispensable para encarar una transición hacia la producción y el consumo sustentable.
Las empresas que miden su huella de carbono, para reducirla o compensarla con proyectos que capturan carbono de la atmósfera bajo estándares internacionales. Pero, en general, estas herramientas sólo son accesibles para países o para las grandes empresas, muchas de ellas obligadas por las normas internacionales. Esa es la necesidad que vieron Sebastián Fragni y Federico Moyano, y por la que crearon The Carbon Sink, que en inglés significa “sumidero de carbono”.
“Hace años que trabajamos con las empresas para ayudarlas a medir el impacto ambiental de sus operaciones y desarrollar opciones para reducir y compensar sus emisiones. Sin embargo, estas herramientas no estaban disponibles para las personas o las PyMEs. Esa es la oportunidad que vimos y por la que creamos la plataforma, con la visión de democratizar el acceso a las opciones de compensación de huella de carbono para los latinoamericanos”.
¿Qué son las emisiones de carbono? El CO2 existe en la naturaleza, pero las actividades humanas, especialmente los combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón), la deforestación y la agricultura exacerban esa generación. Los bosques y los océanos absorben parte de esos gases, en caso contrario las concentraciones serían todavía más grandes.
Sin embargo, cuando eliminamos bosques -como sucede en la Argentina, que pierde un promedio de 150.000 hectáreas al año, según los monitoreos que hace Greenpeace-, reforzamos aún más los efectos negativos sobre el calentamiento del clima. Los troncos de los árboles capturan carbono, ergo, cuando los cortan y los queman liberan ese gas y, por supuesto, dejan de absorberlo.
Lo mismo ocurre cuando se generan emisiones contaminantes con las distintas actividades productivas. El gran tema es cómo medirlo. No se puede reducir lo que no se conoce. En el ámbito internacional es el Acuerdo de París el tratado firmado por más de 192 países que se comprometen a realizar acciones para detener el aumento de la temperatura global promedio muy por debajo de los 2ºC.
El gran debate actual ronda sobre la regulación de mecanismos de mercado (y no mercado) para el intercambio o transferencia de “resultados de mitigación” (esto es reducción de emisiones). Esto es: ¿Cuáles serán las pautas y el sistema contable para comercializar la reducción de emisiones? ¿Cómo se hará para evitar la doble contabilidad (es decir que vendedor y comprador no reclamen la misma reducción de emisiones hacia sus respectivos objetivos climáticos)? La discusión se dará en noviembre, en Glasgow, en la 26o Conferencia de las Partes (COP26), que viene un año atrasada por la pandemia.
Nuevamente, la cuestión es que hay que medirlos para ver luego cómo se intercambian o comercian, según el caso. “La plataforma integra una calculadora de huella de carbono y una ‘tienda’ en la que se puede encontrar una variedad de opciones para compensar su huella de CO2, de manera simple y accesible, apoyando proyectos de captación de carbono de Latinoamérica”, comenta Fragni, que trabajó muchos años en desarrollos forestales.
El empresario cuenta que la medición de las emisiones de CO2 se hace en menos de 15 minutos a través de la calculadora que está en la web. “Nuestra calculadora de huella de carbono fue diseñada por la consultora ProSustentia, especialistas en medición de huella en América latina, siguiendo los lineamientos del Greenhouse Gas Protocol (GHG) que brinda la máxima precisión. Lo hicimos lo más simple posible para que las personas, con 10 preguntas sencillas, obtengan un resultado numérico en tn d CO2 emitidas, con fundamentos basados en estándares internacionales”, dijo.
“Entendimos que teníamos que ofrecer una solución integral, donde las personas puedan medir y automáticamente compensar el resultado en la misma plataforma”, cuentan los emprendedores. Es así como en la web se pueden compensar las emisiones de CO2 de dos maneras.
Por un lado, invirtiendo en proyectos de participación directa que permiten a las personas y compañías un involucramiento mayor en la compensación. Son proyectos de pequeña escala que sin este financiamiento no sería rentable. Y, por otro lado, están los proyectos certificados, que son aquellos que han pasado por procesos formales ante estándares reconocidos, donde las capturas de carbono ya han sido verificadas y validadas por organismos independientes.
Según los emprendedores, como diferencial con otras soluciones, la suya es la primera tienda con opciones certificadas diversas y que pueden combinarse. “Actualmente tenemos cuatro proyectos certificados en Colombia, Perú, Brasil y Chile. En poco tiempo sumaremos más ya que nuestra idea es que haya proyectos de todos los países de la región”, concluye Fragni.