La jefa del Fondo Monetario Internacional instó el jueves al Grupo de las 20 principales economías que adopten un precio mínimo para el carbono, regulaciones sobre inversiones sustentables y apoyo a los países en desarrollo, puntos que señaló como esenciales para combatir el cambio climático.
“Debido a la urgencia para actuar, proponemos un precio internacional mínimo para el carbono entre los grandes emisores, como el G20. La atención en un precio mínimo del carbono entre un pequeño grupo de grandes emisores podría facilitar un acuerdo, que cubra hasta un 80% de las emisiones globales”, señaló Kristalina Georgieva en su participación en la Cumbre de Líderes sobre el Clima, una conferencia virtual organizada por EE.UU., en la que participan 40 líderes internacionales.
La directora del Fondo destacó que esta medida “ofrece un señal fundamental en los mercados” que permite “avanzar inversiones” en energías renovables, movilidad eléctrica y reforestación, entre otros.
Un alto precio del carbono es necesario para garantizar que las emisiones globales se reduzcan en línea con los objetivos del acuerdo climático de París en 2015, afirmó, destacando que ya se han implementado más de 60 planes de precios.
El precio promedio global del carbono, ahora en apenas 2 dólares la tonelada, debe llegar a 75 dólares la tonelada para 2030 para frenar las emisiones en línea con esos objetivos.
“Sin un robusto precio al carbono no seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos de estabilización” dentro del Acuerdo del Clima de París, advirtió.
Los ingresos resultantes, precisó, podrían ayudar a apuntalar “una transición justa, que compense a los hogares por los aumentos de precios y facilite que las empresas y trabajadores pasen de actividades de alta a baja intensidad en carbono”.
Georgieva también dijo que el cambio climático representa enormes riesgos para el desarrollo económico, pero también ofrece “increíbles oportunidades para inversiones transformadoras y empleos ecológicos”.
Obviamente, remarcó Georgieva, el precio mínimo debería ser “pragmático y equitativo, con diferentes niveles para los países a diferentes niveles del desarrollo económico”.
Regular inversiones sustentables
Georgieva también pidió una taxonomía verde, es decir una regulación para las inversiones sostenibles, y un informe estandarizado de los riesgos financieros asociados al clima para desbloquear billones de dólares de inversiones privadas necesarias.
Estas medidas tienen el objetivo, además de homogeneizar criterios, supervisar y controlar a los grandes sectores económicos en relación a sostenibilidad, de permitir a los inversores distinguir fácilmente las actividades que aporten a la economía verde y las que no, y actuar en consecuencia.
Países en desarrollo
El apoyo a los países en desarrollo también es fundamental, dijo Georgieva, para que sea posible disociar el crecimiento y las emisiones de carbono.
El compromiso de los países desarrollados de ayudar a los países en vías de desarrollo con compensaciones por 100 mil millones de dólares “nos conviene a todos”, dijo.
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