Estados Unidos regresó oficialmente este viernes al Acuerdo de París, con la promesa del gobierno del presidente Joe Biden de hacer de la lucha contra el cambio climático una prioridad máxima.
Un mes después de que Biden asumiera el cargo, Estados Unidos -primera economía del mundo y segundo mayor emisor de carbono- volvió a ser parte del pacto global de 2015 para enfrentar el peligroso aumento de las temperaturas del planeta.
Este reingreso significa que el Acuerdo de París nuevamente incluye prácticamente a todos los países del mundo, después de que el predecesor de Biden, Donald Trump, abandonara el convenio argumentado que era injusto con el país norteamericano.
En un discurso ante la Conferencia de Seguridad de Múnich, Biden pidió a los países europeos que redoblen sus compromisos para combatir el cambio climático. “Ya no podemos retrasar ni hacer lo mínimo para abordar el cambio climático”, dijo. “Esta es una crisis existencial global. Todos sufriremos las consecuencias”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en un comunicado que “el cambio climático y la diplomacia científica nunca podrán volver a ser ‘agregados’ en nuestras discusiones de política exterior”.
“Abordar las amenazas reales del cambio climático y escuchar a nuestros científicos está en el centro de nuestras prioridades de política nacional y exterior. Es vital en nuestras discusiones sobre seguridad nacional, migración, en esfuerzos internacionales de salud y en nuestras negociaciones comerciales y de diplomacia económica”, añadió.
En un elogio al Acuerdo de París, negociado por el expresidente Barack Obama, Blinken dijo que la diplomacia climática será crucial en el futuro. “El Acuerdo de París es un marco sin precedentes para la acción global”, señaló Blinken en un comunicado. “Lo sabemos porque ayudamos a diseñarlo y hacerlo realidad. Su propósito es simple y amplio: ayudarnos a todos a evitar el calentamiento catastrófico del planeta y desarrollar la resiliencia en todo el mundo a los impactos del cambio climático que ya estamos viendo”, agregó.
Biden tiene prevista una cumbre climática para el 22 de abril, que coincidirá con el Día de la Tierra. John Kerry, exsecretario de Estado y ahora enviado climático de Estados Unidos, pidió al mundo que aumentara sus ambiciones en las conversaciones sobre el clima de la ONU que tendrá lugar en Glasgow en noviembre.
El compromiso de Biden es hacer que el sector energético de Estados Unidos esté libre de polución para 2035 y pasar a una economía de emisiones cero para 2050.
Trump, un aliado de la industria de los combustibles fósiles, había argumentado que el Acuerdo de París era injusto para Estados Unidos.
No obstante, más allá de las ambiciones expresadas por los distintos países, los objetivos de este pacto son esencialmente no vinculantes, y cada nación redacta sus propias medidas, un punto en el que insistieron Obama y Kerry, conscientes de la oposición política que enfrentaban en Estados Unidos.
El Acuerdo de París tiene como objetivo limitar los aumentos de la temperatura global a 2º Celsius por encima de los niveles preindustriales y continuar el esfuerzo para bajarlo a 1,5 ºC.
El impulso político en torno al tema ha ido creciendo en medio de señales de que el cambio climático ya se está cobrando un precio importante. Un estudio reciente halló que 480.000 personas han muerto en lo que va de siglo en desastres naturales relacionados con climas extremos, cada vez más frecuentes por los efectos del cambio climático.
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