Una flota clandestina de origen chino se dirige a las costas de Chile con la misión de depredar sus recursos marítimos, según advirtió mediante un comunicado Oceana, una organización dedicada al monitoreo de los mares con presencia en todo el mundo. De acuerdo con esa ONG, ese conjunto de buques es el mismo “que invadió las costas de las Islas Galápagos poniendo en peligro su fauna marina".
Además, los barcos pesqueros apagaron sus sistemas de seguimiento para no ser detectados, lo cual pone de relieve el accionar ilícito y clandestino de esta armada paralela que posee el régimen chino.
“Pese a haber dejado la zona (de Galápagos), esta misma flota sigue su ruta por Sudamérica y, de acuerdo con recientes análisis de imágenes satelitales, se evidenció que ya se encuentran al límite de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Perú y a 400 millas náuticas al noreste de la ZEE de Chile, en probable dirección al país”, dice el comunicado.
La información fue develada por Oceana, que analizó las rutas de navegación de las embarcaciones a través de la plataforma Global Fishing Watch, en la cual se pudo detectar a un total de 126 embarcaciones (de las 340 originales) que pescaron durante 23.896 horas, desde el 14 de agosto hasta el 19 de septiembre entre Ecuador y Perú. Desde la organización de conservación marina explican que la reducción en el número de embarcaciones no respondería al retiro de algunos de estos pesqueros, sino más bien a “acciones irregulares”.
“De acuerdo con los últimos datos, podemos observar que el número de embarcaciones disminuyó desde 300 a 126; sabemos que estos barcos no desaparecieron y se ve pocos de ellos abandonando el área. El tamaño de esta flota debería ser motivo suficiente de preocupación y, aún más, cuando es probable que estén apagando sus sistemas de identificación automática”, afirmó Marla Valentine, analista de Pesca Ilegal y Transparencia de la oficina de Oceana en los Estados Unidos.
De acuerdo con los analistas del grupo ambientalista, se registraron mayor cantidad de transbordos en agosto, es decir, la descarga de pesca de un barco a un buque transportador que lleva la mercadería a China. “Esto podría ser un indicador de que los barcos han aumentado su esfuerzo pesquero a medida que navegan hacia el sur”, dice el comunicado. El transbordo permite a los barcos descargar sus capturas y continuar la actividad pesquera sin entrar en ningún puerto.
La presencia de embarcaciones chinas pescando en América del Sur no es una novedad para la directora de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer, quien explica que esto se repite anualmente. "Hemos visto en años anteriores cómo cientos de estos barcos se han ubicado justo en el límite de los parques marinos de Juan Fernández y Nazca Desventuradas, en donde la Armada de Chile se ha encargado de monitorear y mantener dichas embarcaciones fuera de nuestra Zona Económica Exclusiva”, afirma Van der Meer.
“Estamos siguiendo con atención el trayecto y comportamiento de la flota china que se dirige a esta parte del mundo, y que tiene como objetivo capturar jibia o cualquier otra especie de importancia comercial, con una capacidad de pesca gigantesca", añadió la ejecutiva.
César Astete, director de la Campaña de Pesquerías de Oceana Chile, reafirma este punto, señalando que China, según los informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es por lejos la potencia pesquera más grande del mundo. “Es necesario un compromiso internacional en esta materia, considerando que a nivel mundial el 65% de las poblaciones de peces se encuentran sobreexplotadas, y la acción de las embarcaciones chinas compromete la recuperación en aquellos territorios donde estamos trabajando por proteger zonas de reproducción pesquera”, manifestó Astete.
Se estima que casi 17 mil embarcaciones chinas operan en aguas internacionales. China, además, ocupa el último lugar en el Índice de Pesca Ilegal, no Declarada y no Reglamentada (INDNR), y su flota se ha visto constantemente implicada en actividades de sobrepesca, captura de especies en peligro, violación de jurisdicciones de países, alteraciones de documentación de pesca y trabajos forzados. Todavía, el régimen conducido por Xi Jinping no tomó cartas en el asunto y su armada paralela continúa devastando los mares.
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