El calentamiento mundial elevó las temperaturas de los océanos del mundo el año pasado a las más altas registradas, una situación que resulta en acontecimientos climáticos extremos como inundaciones e incendios, según un nuevo estudio.
Los resultados, publicados el lunes en la revista Advances in Atmospheric Sciences, se suman a una creciente lista de señales de alarma que propician llamamientos a medidas contra el cambio climático, desde unos incendios forestales sin precedentes en Australia tras el año más caluroso y seco a la década de temperaturas más altas registradas en el Reino Unido.
El estudio también concluyó que las temperaturas oceánicas en los últimos cinco años han sido las más cálidas desde 1955, citando datos del Instituto de Física Atmosférica (IAP, del inglés) de la Academia de Ciencias de China, un importante instituto de investigación estatal.
“El calentamiento del océano es irrefutable, y una medida clave del desequilibrio energético de la Tierra”, escribieron los autores, entre los que figuran Lijing Cheng, del Centro Internacional de Ciencias del Clima y Medio Ambiente de la IAP.
Según los autores, una mayor evaporación del agua causada por el aumento de las temperaturas agrega humedad adicional a la atmósfera, provocando fuertes lluvias e inundaciones y resultando en un ciclo hidrológico y un clima más extremos, como tifones y huracanes. Unos océanos más cálidos también son una de las “razones clave” en el aumento de los incendios catastróficos en el Amazonas, California y Australia, escribieron.
Según el estudio, más del 90% del exceso de calor se almacena en los océanos del mundo, que continuarán calentándose incluso si las temperaturas del aire en la superficie del planeta llegan a estabilizarse.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, de sus siglas en inglés), respaldado por las Naciones Unidas, dijo en un informe de septiembre que las elevadas temperaturas de los océanos están alterando permanentemente cómo y dónde viven los humanos porque el derretimiento del hielo y la nieve resulta en un aumento del nivel del mar. La humanidad es responsable de la “disminución generalizada” de áreas previamente heladas, con el derretimiento de glaciares, la disminución de la capa cubierta de nieve, la desaparición del hielo marino del Ártico y el incremento de las temperaturas de permafrost, dijo el IPCC.
(Con información de Bloomberg)
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