Un nuevo aplazamiento de la clausura del plenario de la Cumbre de Clima de Madrid llevará a la COP25 a la decimocuarta jornada de negociaciones entre las delegaciones de los países para intentar llegar a un acuerdo frente al cambio climático.
El acto de clausura del pleno, que ha sufrido diversos cambios desde el viernes, ha sido de nuevo aplazado hasta la medianoche hora local (23:00, hora GMT).
Las partes negocian “in extremis” un nuevo texto que permita consensuar posiciones en la lucha contra la crisis climática, después de que el último borrador presentado por la Presidencia chilena que ostenta la COP25 causara la indignación de varios de los países y de las organizaciones no gubernamentales.
Las críticas al documento vienen sobre todo de la ausencia de ambición climática y de la falta de claridad respecto a las contribuciones que deben hacer los países a nivel nacional para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
“Es imposible marcharse de esta COP sin un mensaje fuerte sobre la ambición”, había reaccionado en nombre de la Unión Europea la ministra finlandesa de Medio Ambiente, Krista Mikkonen.
“Lucharemos (...) Necesito volver a casa y mirar a mis hijos a los ojos y decirles que tenemos un resultado que garantizará su futuro”, dijo Tine Stege, enviada especial de las Islas Marshall, amenazadas por la subida del nivel del mar.
México, Argentina y Uruguay denunciaron por su parte que en el borrador se retiraran referencias a la importancia de tener en cuenta los derechos humanos y la protección de los pueblos indígenas en las acciones climáticas.
A la vez, las naciones en desarrollo multiplican sus pedidos a los países ricos para que cumplan su compromiso de ayudarles financieramente a mitigar y adaptarse al cambio climático.
El coordinador de la presidencia de la COP25, Andrés Landerretche, explicó el sábado en una rueda de prensa que esperaba que al final de día se incorporaran las contribuciones al documento para poder avanzar.
Es que después de dos semanas de negociaciones y de repetidos llamamientos de la sociedad civil liderada por la adolescente sueca Greta Thunberg, la comunidad internacional sigue examinando si está dispuesta a elevar la “ambición” en 2020, esto es, las metas de cada país de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los gobiernos “creen que el cambio climático sucederá en el futuro, que tenemos tiempo. Estamos aquí para recordarles que necesitamos actuar ahora”, dijo en la COP25 Alexandria Villaseñor, una militante estadounidense de 14 años.
Los objetivos planteados en el Acuerdo de París de 2015 son insuficientes para limitar el calentamiento a +1,5 ºC, un umbral que según los científicos permitiría contener sus efectos devastadores.
Landerretche afirmó que la pelota está ahora en el campo de los países participantes, cuyas delegaciones negocian de forma ininterrumpida desde el viernes por la mañana. Además, pese a los aplazos, confió en alcanzar un acuerdo “en las próximas horas”. “No prevemos ninguna suspensión” de la conferencia, afirmó.
Brasil, que desde el año pasado libra una batalla que impide aprobar el capítulo esencial de los mercados de carbono –un sistema de intercambio de emisiones entre países – no dio muestras de dar su brazo a torcer y a la vez mostró objeciones en otro asunto.
El país amazónico juzgó “inaceptable” cualquier referencia a iniciar un trabajo sobre el uso de tierras, tras un reciente informe del grupo de expertos de la ONU sobre el clima que alertó sobre la sobreeplotación de los suelos, debido sobre todo a las prácticas agrícolas.
Al ritmo actual, la temperatura mundial podría aumentar en 4 o 5 ºC a finales de siglo respecto a la era preindustrial, comprometiendo el futuro de las jóvenes generaciones, según los científicos. Mientras la ONU estima que habría que reducir las emisiones en un 7,6% anual entre 2020 y 2030, estas siguieron aumentando en 2019 en el mundo.
Con información de EFE y AFP
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