El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, aseguró hoy en Madrid que “el punto de no retorno contra la crisis climática se nos echa encima”, en una rueda de prensa previa a la cumbre mundial o COP25 que arrancará mañana, lunes, en esta ciudad.
Exigió mayor voluntad política para que el reto que tiene el planeta en la lucha contra el cambio climático no sea “inalcanzable”. “Estamos en el hoyo y cavando, y es demasiado tarde para escapar”, dijo. “Lo que sigue faltando es la voluntad política, para poner un precio al carbono, para detener los subsidios a combustibles fósiles, para dejar de construir plantas de carbón, voluntad para cambiar impuestos, a cobrar por la contaminación”, ha apelado Guterres, que ha instado a “dejar de cavar” y aprovechar las “amplias posibilidades” que ofrecen las energías renovables.
Según ha indicado, aunque hay muchos países que se han comprometido a alcanzar la neutralidad del carbón para 2050 y a reducir las emisiones, “todavía los más grandes no están haciendo su parte”, por lo que, según advierte, la meta climática es “inalcanzable”.
Guterres, que ha abierto las actividades de esta cumbre mundial, ha añadido que su mensaje no es de desesperación sino de esperanza, pero nuestra agresión contra la naturaleza tiene que parar y "es posible hacerlo".
Delegaciones de unos 200 países firmantes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, organizaciones no gubernamentales, comunidad científica y representantes del mundo empresarial y otros colectivos se reunirán desde mañana en la capital de España para mejorar la lucha contra el cambio climático.
“Hay que aumentar la ambición y la responsabilidad”, agregó Guterres, quien dijo que los países deben “presentar sus compromisos” en este encuentro en la capital española que se cerrará el próximo 13 de diciembre. “Los cambios climáticos están ocurriendo más rápido de lo que teníamos previsto” por lo que hay que alcanzar compromisos más ambiciosos, dijo, en aspectos importantes como poner un precio al carbono y acabar con las centrales térmicas de combustibles fósiles.
Cumbre en Madrid
Jefes de Estado y de Gobierno, ministros, representantes de gobiernos de 196 países, organizaciones internacionales, grandes empresas y organizaciones empresariales, actores de la sociedad civil y de distintas ONG ambientales y medios de comunicación de todo el mundo se darán cita del 2 al 13 de diciembre en la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP25) para tratar de impulsar la acción mundial contra la emergencia climática e implantar a partir de 2020 el Acuerdo del Clima de París.
En el aspecto más técnico de la Cumbre, las negociaciones se centrarán en implementar el único aspecto que queda sin acordar para la operatividad plena del Acuerdo de París, el artículo seis, referido a la regulación de los mercados de carbono. Sin embargo, el foco de esta cita se ha puesto en la importancia de que los países firmantes anuncien su voluntad de aumentar la ambición climática, incrementando sus contribuciones nacionales de reducción de CO2 (NDC), algo que deberán expresar formalmente a lo largo de 2020.
La Conferencia se trasladó a menos de un mes de su inauguración desde Chile a Madrid, por las revueltas sociales que se desataron en el país latinoamericano a mediados de octubre. A final de ese mes, el presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció la renuncia del país a acoger la cita internacional y solo dos días después, una vez que España ofreció acoger el encuentro en las mismas fechas y que Chile mantuviera la presidencia de la COP, la ONU confirmó que finalmente se celebraría en la ciudad de Madrid.
La organización del evento se ha realizado en un plazo récord dadas las características de estas conferencias que normalmente tardan un año en prepararse. A pocas horas del inicio aún siguen rematándose los últimos detalles logísticos e incluso de la agenda para dos semanas de actividades y toma de decisiones de calado internacional para los que se han acreditado más de 25.000 personas, entre ellas, 1.500 periodistas de todo el mundo.
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