Científicos hallaron una gran cantidad de partículas de plástico en la nieve del Ártico indicando que los llamados microplásticos están viajando grandes distancias a través de la atmósfera hasta algunas de las regiones más remotas del planeta.
“Si bien esperábamos hallar microplásticos, nos sorprendieron las grandes concentraciones“, dijo Melanie Bergmann, investigadora del Instituto Alfred-Wegener en Bremerhaven, Alemania. El equipo examinó nieve recogida de lugares en el Ártico, el norte de Alemania, los Alpes de Suiza y Baviera, y la isla de Heligoland, en el mar Norte, con un proceso especialmente diseñado para analizar sus muestras en un laboratorio.
Los hallazgos fueron publicados el miércoles en la revista especializada Science Advances. Estudios previos han hallado microplásticos en el cielo de París, Teherán y Dongguan, China.
El análisis mostró que los fragmentos —generalmente de menos de 5 milímetros— podrían mezclarse en el ambiente de la misma manera que el polvo, el polen y las partículas que expulsan los tubos de escape de autos.
Si bien hay una creciente preocupación por el efecto de los microplásticos en el medio ambiente, los científicos todavía no han determinado qué efecto, si acaso alguno, tienen las partículas en los humanos o el ecosistema.
Bergmann, coautor del estudio, dijo que las concentraciones más altas de microplásticos fueron encontradas en los Alpes de Baviera, y una de las muestras tenía más de 150.000 partículas por litro (un cuarto de galón).
Aunque las muestras del Ártico estuvieron menos contaminadas, la tercera concentración más alta en las muestras que los investigadores analizaron —14.000 partículas por litro— fue hallada en un témpano de hielo en el estrecho de Fram, al oriente de Groenlandia, dijo.
En promedio, los investigadores encontraron 1.800 partículas por litro en las muestras tomadas en esa región.
Martin Wagner, biólogo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, quien no estuvo involucrado en el análisis, dijo que las altas concentraciones podrían deberse parcialmente a los métodos usados por los investigadores, que identifican a los microplásticos como pedazos de paneas 11 micrómetros, o 0,011 milímetros, más delgados que un cabello humano.
“Esto es significativo porque la mayoría de los estudios hasta ahora buscaban microplásticos mucho más grandes”, dijo. “Basado en eso, concluiría que subestimamos bastante los niveles actuales de microplásticos en el medio ambiente“.
“Es importante notar que el estudio demuestra que el traslado atmosférico es un proceso relevante que mueve los microplásticos, posiblemente grandes distancias y a escala mundial”, dijo Wagner. “También, la nieve podría ser un importante reservorio que guarda microplásticos y los suelta cuando la nieve se derrite, algo que no se ha analizado antes“.
Bergmann dijo que los microplásticos detectados en el análisis incluyeron barniz que podría haber sido usado para recubrir carros y barcos, caucho del utilizado en llantas y materiales que podrían haberse originado en textiles o paquetes.
Los autores indicaron que el traslado ambiental de partículas microscópicas de plástico no ha recibido la debida atención como fuente de contaminación y debería de ser monitoreada por los sistemas estándares de monitoreo de polución.
“Realmente necesitamos saber los efectos que los microplásticos tienen en los humanos, especialmente si son inhalados con el aire que respiramos“, dijo Bergmann.
Con información de AP