El factor humano, representado en la crisis climática y el calentamiento global, resultó ser un punto determinantes para que se hayan al menos quintuplicado las probabilidades de una ola de calor en Europa, respecto a la que sería la evolución natural de la temperatura. Así lo reveló un estudio reciente realizado por científicos de la World Weather Atributtion que relaciona directamente la acción del hombre con el calor extremo que sufrió Francia la última semana.
"Una ola de calor azotó gran parte de Europa durante la última semana de junio de 2019. El evento batió varios récords históricos en lugares concretos de Francia, Suiza, Austria, Italia, Alemania, República Checa y España. En particular, se observó el registro pico de máxima temperatura de todos los tiempos en la Francia metropolitana (antiguo récord de 44,1° C en Conqueyrac, Gard) que se batió el 28 de junio con una nueva marca de 45,9° C, más de 1,5° C por encima de la anterior", sostiene el informe al que tuvo acceso Infobae.
Los científicos hallaron que estas olas de calor son ahora también más calientes en junio, unos 4ºC por encima de las temperaturas en la misma época del año de hace un siglo. De hecho, el informe especificó que en el siglo XXI una ola de calor de tal magnitud como la de la última semana resultó diez veces más probable de lo que podía haber ocurrido 100 años atrás.
El estudio analizó las temperaturas medias de tres días en toda Francia, donde se registraron las temperaturas más altas del Viejo Continente. Las marcas medias diarias tienen más impacto en la salud que las temperaturas mínimas.
De hecho, la última ola de calor afectó de manera rotunda a la vida cotidiana de Francia: el Gobierno decidió posponer las fechas de exámenes nacionales escolares y prolongó el tiempo de apertura de las piscinas públicas.
"Hemos experimentado una ola de calor cuya intensidad podría convertirse en la norma a mediados de siglo. El nuevo récord de 45,9° C establecido en Francia es un paso más para confirmar que, sin medidas urgentes de mitigación del cambio climático, las temperaturas en el país podrían alcanzar los 50°C o más a finales de siglo", indicó Robert Vautard, científico Senior del CNRS de Francia, uno de los autores del estudio.
Las principales conclusiones del informe:
Cada ola de calor que se produce en Europa hoy en día es más probable e intensa debido al cambio climático inducido por el hombre.
En Francia los expertos utilizaron dos escalas espaciales: toda Francia, por un lado, y una ciudad, Toulouse, por el otro. Sólo se consideraron las olas de calor de junio porque tienen una temperatura diferente respecto a las de julio y agosto.
Las observaciones muestran un aumento muy grande en la temperatura de esos eventos. Actualmente se estima que las olas de calor ocurren con un período de retorno de 30 años. Sin embargo, al compararlas con las de una frecuencia similar de hace un siglo, se estima que aquellas habrían sido unos 4º C más frías.
Combinando modelos y observaciones, se llegó a la conclusión de que en algunos casos se quintuplicaron las probabilidades de repetir una ola de calor.
Las olas de calor son mortales, aunque ese factor no es fácilmente visible en ese momento. Este riesgo es agravado por el cambio climático, pero también por otros factores como el envejecimiento de la población, la urbanización, estructuras sociales cambiantes y niveles de preparación.
El impacto total sólo se conoce al cabo de unas semanas, cuando se hayan analizado las cifras de mortalidad.
Estudios de atribución como éste permiten a los científicos aseverar cuál fue la influencia de la crisis climática en la probabilidad de un nuevo evento y en su intensidad.
En estos estudios, los científicos advirtieron que la influencia humana influyó en el calentamiento de 1º C de las temperaturas diarias.
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