Las selvas tropicales antiguas del mundo se están encogiendo a un ritmo alarmante. El año pasado, la cantidad de árboles que se perdieron habrían cubierto una superficie igual a la de todo Bélgica, según muestra un informe reciente.
Las selvas tropicales se encuentran principalmente en los países ecuatoriales, pero almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, por lo que mantenerlas intactas es crucial para combatir el cambio climático global. Además, albergan un amplia rango de especies, entre ellas orangutanes, gorilas de montaña y tigres.
Una vez talados, dichos bosques nunca pueden volver a su estado original, según un estudio publicado el jueves por Global Forest Watch.
Con base en los datos de la Universidad de Maryland, el grupo encontró que el año pasado desaparecieron cerca de 3,6 millones de hectáreas de bosque tropical primario. Si bien no se alcanzaron los picos de 2016 y 2017, cuando los incendios ayudaron a impulsar la pérdida de bosques a niveles récord, fue la tercera pérdida anual más alta desde el inicio de los registros en 2001. Además, el promedio móvil de tres años del año pasado fue el más alto jamás registrado.
"Las selvas tropicales de antiguo crecimiento o "primarias", son un ecosistema de bosque de importancia crucial, que contiene árboles que pueden tener cientos o incluso mil años de edad", dijo Global Forest Watch. "Almacenan más carbono que otros bosques y son irreemplazables cuando se trata de mantener la biodiversidad".
La mayor pérdida de terreno de bosque tropical primario el año pasado se registró en Brasil, donde desaparecieron aproximadamente 1,35 millones de hectáreas, seguida por la República Democrática del Congo, Indonesia, Colombia y Bolivia.
La deforestación mundial está siendo impulsada principalmente por la agricultura, la minería, el desarrollo de infraestructura y los incendios que se han intensificado, por el calentamiento global, según WWF.
Al considerar la pérdida como un porcentaje del bosque primario total, la mayor disminución de árboles se observó en Madagascar y Costa de Marfil, lo que indica un cambio en los países con las mayores tasas de pérdida, en comparación con 17 años atrás.
"En 2002, tan solo dos países, Brasil e Indonesia, representaban el 71 por ciento de la pérdida de bosques primarios tropicales", dijo Global Forest Watch. "Los datos más recientes muestran que las fronteras de la pérdida de bosques primarios están empezando a cambiar. Brasil e Indonesia solo representaron el 46 por ciento de la pérdida de la selva primaria en 2018, mientras que las tasas de pérdida de países como Colombia, Costa de Marfil, Ghana y la República Democrática del Congo aumentaron considerablemente".
La pérdida total de la superficie arbórea en los trópicos el año pasado ascendió a 12 millones de hectáreas, la cuarta pérdida anual más alta desde 2001, según el informe.
Sin embargo, en Indonesia, la pérdida de bosques cayó a su nivel más bajo desde 2003, "continuando así con una disminución esperanzadora que comenzó en 2017", dijo Global Forest Watch. Indonesia ha presionado para preservar amplias franjas de turberas o suelos orgánicos ricos en carbono.
Fuente: Bloomberg