Es un reactor nuclear de 70 megawatts. Pero con una diferencia sustancial: flota y se mueve. Peligrosamente. Se trata del buque bautizado por el Kremlin como el Akademic Lomonosov. Sus críticos son más drásticos en su identificación: lo llaman "el Chernobyl flotante". Otros, el "Titanic nuclear".
Se espera que en 2019 sea conectada a la red eléctrica en la ciudad ártica de Pevek, con lo que se convertirá en el reactor nuclear más septentrional del mundo, capaz de alimentar de energía a una ciudad de 100.000 personas. Su fabricante Rosatom, asegura que posee "un gran margen de seguridad" y que es "invencible para tsunamis y desastres naturales".
Los grupos ambientales de todo el mundo ya han emitido sus alertas por lo que consideran una amenaza absoluta. Es que según expertos, lo peor que puede hacerse con un reactor nuclear es someterlo a los vientos y las altas olas del Ártico.
Para Jan Haverkamp, director de Greenpeace para Europa Central y Oriental, es "bastante obvio que es una amenaza para el frágil medio ambiente" de la zona donde amarrará el Lomonosov.
El barco nuclear fue remolcado fuera del Puerto de San Petersburgo el pasado sábado con destino a su largo y peligroso viaje hasta Pevek, en el áspero norte ruso. Tardará un año en llegar a destino.
"La planta de energía flotante ha incorporado las mejores cualidades de las plantas nucleares tradicionales", dijo a la agencia de noticias Reuters Vitaly Trunev, el director de Rosenergoatom, una subsidiaria de la central nuclear de Rosatom, durante el lanzamiento. "Está protegido contra todo tipo de daños naturales y técnicos", aseveró.
Pero no sólo es una preocupación internacional. Once mil personas ya han firmado en Rusia un petitorio para que la plante no se traslade a Pevek. Incluso, durante su permanencia en San Petersburgo, hubo preocupación oficial de las autoridades locales que estaban preocupadas por la posible crisis que podría derivarse si algo ocurriera con el buque en una ciudad de más de 5 millones de habitantes.
Por lo tanto, el barco, sin combustible nuclear, será arrastrado por el Mar Báltico, por el extremo norte de Noruega, hasta Murmansk, una ciudad rusa de más de 300,000 habitantes, donde será abastecido de combustible.
Finalmente se anclará en la península de Kamchatka en el Ártico, al noroeste de Rusia, y se amarrará frente a la costa de Pevek, donde reemplazará a un reactor envejecido. Para el año 2019, la primera instalación de este tipo proporcionará energía para la ciudad portuaria y las plataformas petrolíferas.
Para Rosatom, es una prueba que un reactor flotante basado en el mar pueda funcionar. La compañía ya está en conversaciones con posibles compradores en el sudeste de Asia, América Latina y África, según la estación de televisión rusa RT, que estima que 15 países habrían mostrado interés en las plataformas nucleares flotantes.
Greenpeace tiene varias preocupaciones sobre el plan, dijo Haverkamp. Ha escrito informes sobre lo que llama el pasado accidentado de Rosatom y criticó los planes de la compañía de utilizar su última empresa para perforar en busca de combustibles fósiles.
Rosatom, es un conglomerado de industrias relacionadas con la energía nuclear bajo el control absoluto del régimen ruso y produce casi el 20 por ciento de la electricidad del país, según su sitio web. Entre otras cosas, la compañía también extrae uranio.
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