5 claves de la dirigencia de Mario Delgado para consolidar a Morena como la máxima fuerza política del país

Mario Delgado ha dejado una huella importante en la política mexicana desde que asumió la presidencia de Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Su liderazgo ha sido crucial para mantener la unidad interna del partido que van desde la reestructuración y reformas a la organización del partido, hasta las estrategias implementadas para conseguir logros electorales.

Desde su llegada a la presidencia de Morena en 2020, Mario Delgado ha enfrentado múltiples desafíos, el primero de ellos era lograr unidad y cohesión en un partido diverso en sus ideologías. Con miembros provenientes de fuerzas políticas distintas el trabajo conjunto era complicado, por lo que la unidad interna se convirtió en una prioridad.

No obstante, no había que perder de vista el verdadero espíritu del partido, que era la búsqueda del cambio social y la renovación de la política mexicana, hecho que implicaba, por supuesto, mantener viva la llama de la victoria electoral alcanzada en 2018 con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de México y avanzar hacia la expansión del partido a lo largo y ancho del territorio nacional.

Esto no sólo requería propuesta y estrategia, sino también una serie de acciones contundentes para llegar a la meta. A continuación presentamos las principales estrategias implementadas bajo la gestión de Delgado, que llevaron a Morena a consolidarse como la fuerza política con mayor presencia en el país.

Una de sus primeras medidas fue fomentar un diálogo abierto entre las diversas corrientes del partido. Ahí donde muchos veían la diferencia de ideologías como una desventaja, para Delgado simbolizó la mayor fortaleza del partido, por lo que el primer paso era gestionarla de manera adecuada para que las diferencias llevaran a buen puerto.

El liderazgo de Mario Delgado se ha caracterizado por su capacidad para mediar en los conflictos internos del partido. En un partido con tantas corrientes y facciones como Morena, Delgado optó por un enfoque de diálogo abierto y constante, donde se privilegiaba la resolución de diferencias a través del consenso y la negociación.

Este enfoque hizo posible desactivar potenciales crisis que podrían fracturar al partido en momentos críticos. Su estilo de mediación no solo ha mantenido la cohesión interna, sino que evitó divisiones públicas, permitiendo que las diferencias se resolvieran internamente, además de reforzar su liderazgo al demostrar que es capaz de guiar al partido a través de momentos de tensión sin perder el rumbo.

Reconociendo la importancia de la coalición para mantener la hegemonía de Morena en el escenario político, uno de los pasos importantes fue el fortalecimiento de las alianzas con el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Para ello Delgado trabajó estrechamente con los líderes de estos partidos para asegurar una colaboración sólida y efectiva.

Estas alianzas no solo dieron la oportunidad a Morena mantener su liderazgo en el Congreso y en diversas gubernaturas, sino que también contribuyeron a una gestión política más coordinada y eficaz en las regiones donde estos partidos tienen una fuerte presencia. Delgado ha sabido equilibrar los intereses de cada partido, permitiendo una relación mutuamente beneficiosa que ha fortalecido la posición de la coalición en el panorama político nacional.

Morena experimentó una serie de cambios estructurales con Delgado a la cabeza del partido, todos ellos con el objetivo de unificar y consolidar la dirección bajo la que habrían de conducirse de cara al siguiente sexenio.

Las alianzas con partidos como PT y PVEM, trajeron fortalecimiento pero también un escenario de tensiones internas que se avivaba todos los días, ante lo cual, Delgado promovió la creación de un comité directivo más inclusivo, donde se garantizaran voces diversas pero alineadas con los principios fundamentales Morena.

Este enfoque permitió reducir la fragmentación interna y promover una cultura organizativa centrada en la cooperación para fortalecer el partido a nivel nacional. Además, Delgado priorizó la formación de cuadros jóvenes y la integración de liderazgos locales, lo que ayudó a Morena a mantener su dinamismo y relevancia en el panorama político del país.

Uno de los desafíos más complejos que enfrentan los partidos políticos es la selección de candidatos, un proceso que, mal gestionado, puede desencadenar divisiones profundas.

Delgado, consciente de esta realidad, adoptó una estrategia que combinó consultas internas, encuestas y negociaciones directas para evitar conflictos y disidencias. Bajo su liderazgo, Morena ha logrado presentar candidaturas que, aunque no siempre exentas de controversia, han sido el resultado de un proceso más transparente y participativo.

Esta táctica fue fundamental para mantener la unidad interna del partido y ha permitido a Morena consolidar su presencia en diversas regiones, asegurando un equilibrio entre los intereses de las bases y las decisiones estratégicas de la dirigencia.

Prueba de ello es que en su tercer año al frente de Morena en 2023, Delgado celebró uno de los mayores logros del partido: la victoria en la gubernatura del Estado de México, tradicional bastión del PRI. Este triunfo fue un hito para Morena, demostrando la efectividad de la estrategia electoral y la unidad interna que Mario Delgado había promovido.

La presencia de Morena en el ámbito regional fue de vital importancia para la gestión de Delgado, quien vislumbró que la fuerza del partido no solo dependía de su presencia en la capital, sino también al interior de la república.

Asegurar que las distintas regiones del país se sientan representadas y escuchadas en la toma de decisiones, era necesario para continuar con la expansión de esta fuerza política, por lo que se promovió la creación de comités estatales y municipales fuertes, con un liderazgo local que se alinee con los objetivos nacionales del partido.

Este enfoque ha resultado en una gestión política más integrada y efectiva, donde las políticas y estrategias nacionales de Morena se implementan de manera coherente en todo el territorio mexicano.

Estos cinco cambios han sido determinantes para que Mario Delgado no solo mantenga la unidad interna de Morena, sino que también refuerce las alianzas estratégicas que permiten al partido seguir siendo un actor clave en la política nacional y regional de México.

El futuro de Morena luce prometedor, con un partido más fuerte y unido que nunca. Delgado demostró ser un líder capaz de navegar por las complejidades de la política mexicana, y su enfoque en la unidad y la colaboración seguirá siendo crucial en los próximos años. Ahora la pregunta es, si será capaz de llevar estas mismas habilidades para dirigir la Secretaría de Educación Pública, una institución de suma relevancia para el país y que requiere del cambio y la transformación tan pregonadas por Morena.